Capítulo 15

159 9 0
                                    

Narra Tiziana

_Mai, llegamos. Despertate.-Guido me habló suavemente y me ayudó a bajar del auto. 

_¿Y esto?-Pregunté al encontrarme parada frente a una casa que parecía abandonada en el medio de la nada. 

_Es una compra mía. Es acá donde me quedo cuando mi vida colapsa, vengo a estar tranquilo y en paz. Pasemos.-Me abrió la puerta y entré.-No es una mansión como tu casa, pero es lo suficientemente cómodo para mi. Tampoco hay empleadas, así que vas a tener que bancarte mis comidas. 

_¿Cuánto tiempo pensas que me voy a quedar acá? ¿Una semana?

_Si fuera por mí, me quedaría acá con vos toda la vida.-Se acercó para besarme, pero preferí alejarme. No quería confundir las cosas.

_¿Me puedo dar una ducha? Estoy empapada.-Señalé mi cuerpo que choreaba agua a causa de la lluvia que me agarró.

_Si, por acá.-Tomó mi mano y me guió hasta el baño.-Acá hay un buzo mio que te va a quedar como vestido y una toalla para que te seques. Yo me voy a bañar en el otro baño y voy a prepararte algo caliente para que tomes.

_Gracias.-Dije y se fue. 

Mientras me bañaba, mi cabeza no paraba de pensar una y otra vez en todo lo que me había pasado hoy, y en el ser horrible que me había convertido a causa del ego de Guido. Él me había manipulado a su antojo, hizo de mi lo que quiso. Y no lo culpo, porque la única responsable de todo esto era yo, por haberme dejado cambiar de ese modo. 

_Te preparé un café.-Me dijo lo más seco del mundo, al verme llegar al living. 

_Gracias.

_Yo me voy a acostar. Deja todo ahí cuando termines.-Asentí y se fue. 

No pude pedirle que se quede conmigo, sabía que estaba enojado porque me quiso dar un beso y le corrí la cara. Pero lo único que necesitaba en este momento era paz, no generarme más confusiones. Además, acababa de descubrir que la persona que más quería, me había estado engañado. Si, sentía cosas por el rubio todavía, no lo iba a negar. Pero volver con él, sería como retroceder. Además, él ya tenía su novia. 

Me tiré sobre la mesa y comencé a llorar pensando en Guido, en Mariana y al ver que ya no era la misma. 

_Hey, ¿Qué pasa?-Guido me escuchó y vino a abrazarme. 

_Perdón. 

_¿Por qué?

_Por esto, por causarte todas estas molestias. 

_Mai, vos no sos ninguna molestia. Y si hago todo esto es porque te amo, porque quiero verte bien. 

_Ya no sé ni quien soy.-Lloraba. 

_Maite, la chica de los ojitos miel. 

_O Tiziana, la chica engreída que por ser "la hija de" trata mal a medio mundo, creyéndose lo mejor. 

_Si, últimamente fuiste eso. Pero lo importante es que te diste cuenta de que estabas equivocada y de ahora en más poder ser quien quieras ser y reparar los errores. 

_No sé Guido, siento que estoy perdida, otra vez. Encima traté mal a Mariana, le dije cosas horribles cuando es mi hermana. ¡MI HERMANA GEMELA, GUIDO! No lo puedo creer todavía, no sé que sentir, que hacer. 

_Tranquilizate, estas muy alterada. 

_¡NO PUEDO, GUIDO!-Me levanté de la silla.-Estoy perdiendo mi vida de nuevo. 

_No estas perdiendo nada, simplemente tuviste una mala experiencia con Guido, nada más. 

_Ya me cansé de las malas experiencias. 

_¿Me podes contar todo lo que pasó con Guido?-Suspiré y le contó todo.-Es un hijo de puta, donde lo vea, lo cago a trompadas. 

_A mi me tenes que cagar a trompadas.-Me senté en el sofá.

_Quedate quieta, me alteras. 

_Perdón. 

_¿Por qué pensas que a vos hay que cagarte a trompadas?

_Por boluda, por dejarme manipular, por volverme una cheta sin escrúpulos. Le di todo, pensando que me quería, y me cagó. Y encima la piba esta re buena, es una mujer, no una pendeja como yo. 

_Con el físico no hacemos nada. Tu conciencia tiene que estar tranquila, porque diste todo por amor. 

_Pero así quedé, destruida. Mi familia me lo dijo, pero yo no les creí. Pensé que inventaban todo eso para alejarme de Guido, porque no lo querían. Pero al final tenían razón. 

_Ellos van a entenderlo, vos estabas enamorada y confiabas en él. Lo bueno es que abriste los ojos y te diste cuenta de quien es realmente. 

_Necesito ver a mis hermanos, a mi papá y a mis hermanas. Mariana, tengo que hablar con ella. Quiero saber que fue de ella todo este tiempo, donde estuvo, no sé, quiero irme. 

_No, en este estado no te vas a ir. Tomate el café y después te vas a dormir.

_No quiero nada, quiero hablar con ellos. 

_Ya vas a hablar con ellos, pero primero descansa. Vamos a la cama. 

Guido le preparó la cama y se acostaron ambos. Él la abrazó para darle calor y para sentirla cerca. Debía aprovechar ese momento, ya que no sabía cuando volvería a repetirse. 

_¿Y Celeste?-Preguntó ella de la nada. 

_¿Qué tiene?

_¿Sabe que estas acá conmigo?

_No, ella ya no sabe nada de mi. 

_¿Se pelearon?

_No quiero hablar de eso, descansa. 



Lejos del sol 2: RenacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora