Capítulo 07.

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Sofía:

Eran casi las 8:30 p.m. y estábamos de regreso a mi apartamento después de pasar la tarde arreglándonos el cabello, me encantaba pasar tiempo con mi única amiga pero el tema de Demián comenzaba a irritarme y él se vuelve un poco más molesto cada que insiste en lo mismo y yo me pregunto ¿Porque no entiende que Rebecca ha dicho que No?
Intenté que el chico ya no fuera nuestro tema de conversación y comencé a hablarle sobre todo lo que hemos avanzado para el primer lanzamiento de la marca y esto es un proyecto que nos emociona demasiado ambas.

—André estará aterrizando mañana por la tarde y tu vendrás a la cena que mis padres preparan para él— me dijo mientras se estacionaba.

Asentí emocionada, él había robado todo de mí hace un año y finalmente lo tendría frente a mi. Lo poco que sabía de él era que fue agente de la policía en México y tres años después se mudó a Verona y ahora ejerce como coronel de la policía Italiana.

Me despedí de Rebecca con un abrazo y baje del auto subiendo a mi apartamento, me sentí como la chica más afortunada en ese momento y recordé como conocí a Rebecca hace tres años.

Octubre 2019, Estado de México. 

Siento como si cada día fuera peor que el pasado con una madre adicta a la heroína y al alcohol, mientras trabajo por las noches atendiendo la barra de un bar aguantando insultos de los estúpidos clientes para intentar sobrevivir. Ay momentos en los que siento que ya no puedo, que quisiera morir pero no me atrevo a atentar contra mi vida, no puedo, no tengo el valor ni la fuerza suficiente para hacerlo.

Todos los malditos días son lo mismo llegar a casa y encontrar un desastre con mi madre tendida en el suelo reclamándome dinero para conseguir más de su mierda, no se porque no ha muerto de una sobredosis. Tengo demasiados problemas y la mujer que se hace llamar mi madre me jode aún más teniendo todo el día aquí a su pareja, otro adicto igual que ella.

Una noche mientras estaba tratando de tomar una ducha el tipo se metió en mi habitación y trato de abusarme, como pude me defendí golpeándolo y arañando su cara yo tenía tanto coraje y la adrenalina me dio la fuerza para tomar las tijeras y encajárselas una y otra vez en el cuello haciendo que se desangrara y muriera, los nervios corrían por todo mi ser y mi corazón latía como si fuera a salir de mi pecho, salí de la habitación sin soltar las tijeras busque a mi madre y la encontré sentada en el sofá, creí que dormía pero sentí su pulso y ella al fin había muerto.
Era casi de madrugada y salí dejando todo atrás, camine hasta que mis piernas se cansaron bote las tijeras con las que asesine en un basurero y al amanecer tome un autobús que me llevara a la Ciudad de México, camine y camine por el centro de la ciudad buscando empleo pero nadie me daba ayuda. Encontré una cafetería y solo tenía dinero para comprar una botella de agua, me senté en una mesa alejada de todos y note a dos adolescentes una mayor que la otra. Sentí la mirada de una de ellas y al levantar la cabeza tenía a la chica mayor a mi lado.

—¿Has comido algo?— Me preguntó y negué. —Entonces puedes pedir lo que quieras yo pagaré tu cuenta.

Le sonreí y quería llorar en 19 años nadie había sido tan amable conmigo, solo recibía malos tratos.

Me llevó a su mesa y me dijo el nombre de ella y su pequeña hermana.

—Soy Rebecca y ella es Lucía—

Le dije mi nombre y mientras comía ellas me hablaban sobre su vida y ahora sabía que eran hijas del matrimonio Ferrer los científicos y dueños de los laboratorios “Alanis” uno de los más reconocidos del país.

Existen personas que te transmiten demasiada confianza que quisieras contarle toda tu vida y Rebecca era una de ellas pero este no era el momento ni el lugar para hacerlo.

—¿Estás buscando empleo?— Dijo y asentí. —Hay una vacante para recepcionista en los laboratorios y el puesto puede ser tuyo.

Acepte de inmediato y me abracé a ella agradeciendo su ayuda.

Una semana trabajando en la recepción y casi todos los días me encontraba con la chica, fue un viernes mientras almorzábamos que me atreví a contarle mi historia, ella me escuchaba sin juzgarme y dándome todo su apoyo y lo único que dijo fue que era mejor que un parásito como mi madre y su pareja estaban mejor muertos suena cruel pero tenía razón.

Siempre he dicho que ella es mi “Ángel” nos cuidamos la una a la otra, guardamos nuestros secretos y nos apoyamos.

<<¿Qué más debo pedir?>>

La vida me ha recompensado por toda la mierda que yo no merecía.

Agosto 20, 2022.

La noche de la cena era hoy y sentía como mis manos sudaban y mis piernas temblaban, estaba tan nerviosa por ver a André que un vacío en mi estomago se formó.
Escuche un claxon sonar, eran Rebecca y Lucía que ya esperaban por mi, me adentre en el auto y en todo el camino intenté relajarme pero me fue imposible mi mente solo imaginaba escenarios ficticios de lo que podría suceder durante la cena. 15 minutos después habíamos llegado a casa de los Ferrer y Beatrice como siempre me dio una cálida bienvenida siempre me ha gustado estar aquí ellos me hacen sentir como si yo fuera una más de su familia, estábamos en el jardín y me enganche del brazo de Lucía pidiéndole que no se apartara de mi.

El ambiente se sentía muy relajado ya que no había más invitados solo Demián y yo nosotros dos éramos los más cercanos a la familia, teníamos una relación más que laboral con ellos nosotros ya éramos considerados amigos cercanos. Nos sentamos degustando los alimentos y yo miraba a todas partes buscando mirar a André pero él no estaba aquí, pregunté por él y nadie sabía en dónde estaba, media hora después llegó el chico alto de cabello largo y rubio con ojos azules y me sentí morir una y otra vez.
Él se paseaba saludando a todos y llegó conmigo, se pego a mi dejando un beso en mi mejilla y su perfume me atrapó colándose por mis fosas nasales, tenía unos ojos hermosos y para mi era el chico más guapo que jamás haya visto.

Lucía no dejo que se fuera y se quedo junto a nosotras. Él me tenía fascinada, me hablaba sobre su vida y yo hice lo mismo pero omitiendo algunos detalles sobre la mía. Quería que esta noche no terminara era perfecta, me encantó estar junto a él bailando con su cuerpo pegado al mío.
Tenía que irme, André me ofreció llevarme a casa y por supuesto que acepte, llegamos al edificio y antes de bajar besó mis labios con suavidad y una explosión de emociones escaparon dentro de mi, me pidió salir solo nosotros dos y acepte sin pensarlo.Entre en mi habitación sonriendo y me tire en la cama dejando suspiros por el rubio de ojos azules.

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