Capítulo 71.

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Michael Jackson:

Diciembre, 1994.
California.

Lisa estaba a mi lado y viajamos el Julio pasado por Europa para nuestra luna de miel. Al parecer todos se volvían locos cuando nos veían bajar juntos tomados de la mano, fotografías por todos lados, Lisa y yo éramos la sensación. La princesa de rock and roll casada con el rey del pop, esto era algo aún increíble para todos y hasta para mí, ella me hacía volver a la realidad cada mañana que la miraba dormida a mi lado.

También he trabajado demasiado (como siempre), ahora para el álbum "HIStory". Será tal vez un álbum controversial para la maldita prensa y los estúpidos tabloides pero es mi forma de responder a todos esos rumores falsos sobre mí. Es un álbum muy importante para mí y creo que hasta ahora es el más personal también, le he puesto demasiado empeño y espero que a la gente le guste.
Porque la publicidad ya promete demasiado.

Últimamente he recordado los días que pasaba en muy lejano futuro y a veces quisiera irme y volver pero no puedo, no ahora. Porqué... ¿Qué explicación le daría a Lisa? No puedo irme solo porque sí, ella se preocuparía y por supuesto que se preguntaría en dónde estoy.

—Señor Jackson, tiene visitas— habló Carlos llegando hasta el jardín en donde yo estaba y me hizo voltear a él.

Fruncí el ceño.

—¿Visitas? ¿Ahora?— Pregunté confundido porque era algo raro recibir visitas sin que nadie avisara.

—Sí e insisten en verlo dicen que no se irán hasta que salga— contestó y le seguí.

—¿Son fans?— volví a preguntar sin dejar de caminar.

—No. Será mejor que lo vea por si mismo—

Seguí avanzando y mis ojos miraron al frente divisando a ellos, esas personas que alguna vez compartieron conmigo.
Me pareció un espejismo el que ellos estuvieran ahí, Beatrice y Alejandro sonreían saludándome moviendo la mano en el aire, Sofía y André igual mientras el rubio sostenía a su hijo en sus brazos y ella, ella estaba ahí dándome la espalda mientras llenaba de besos a su sobrino. Ella seguía manteniendo el cabello castaño, lo había cortado y esta vez me pareció verlo un poco más oscuro, no sé creo que solo fue mi imaginación, estaba más delgada y unos centímetros más baja. Había pasado demasiado tiempo que ya me parecía otra persona.

Me apresuré para llegar a ellos y lo primero que hice fue correr a ella y tocarla en el brazo para poder verla sonreírme una vez más.

Mi corazón estaba desbocado, estaba frenético.

—Rebecca— Le susurré con emoción.

La chica volteó a mi y la decepción me invadió.

—No, ella no está aquí— Respondió Lucía torciendo los labios a modo de tristeza.

Sentí que toda esa emoción había desaparecido.
La castaña no volvió y tal vez nunca lo haría.

—¿En dónde están tus cabellos rojos que tanto te caracterizan?— Pregunté.

—Me cansé del rojo, quise volver a mi cabello natural— dijo. —Mi cabello no importa en lo absoluto. ¡Mejor déjame abrazarte!— Sin más lo hizo, me apretó con sus brazos y yo a ella. —Todos te hemos extrañado demasiado—

—Suéltalo ya, nena que todos queremos saludarlo— habló Beatrice. Ella se acercó a mí separando a su hija de mi y besó mi mejilla diciéndome que extrañaba verme pasear por su jardín.

Todos me llenaron de abrazos, Alejandro, André y Sofía.

—Ella está bien, si es lo que necesitabas escuchar— dijo Sofía susurrándome.

Sí supongo que sí.

<<Y me pregunto ¿Cómo logró desechar tanto amor en tan poco tiempo?>>

Creo que eso ni siquiera lo era, sigo creyendo que todo fue una mentira. O no fue suficiente lo que yo le di. No lo sé y no quisiera pensar más en ello pero a veces no puedo controlar mis pensamientos.

Escuché los balbuceos de Ángelo que me hicieron volver a la realidad, me acerqué a él y lo tomé en mis brazos. Era muy lindo, estaba mucho más grande a como yo lo recordaba, su cabello había crecido un poco más y parecía un ángel cuando reía.
Siempre he anhelado tener un hijo y Ángelo me hacía desearlo un poco más.

—Este lugar realmente tiene magia— dijo Alejandro pasando sus ojos por todos lados.

—Sí pero deberías verlo por la noche. Es mejor todavía— Contesté.
—¿Quieren conocerlo?—

Asintieron y los llevé por todo el lugar, montados en los carritos de golf, me estaba divirtiendo y al parecer ellos también.

Habíamos parado en la zona de animales para alimentarlos un poco y Ángelo era el más emocionado, gritaba y aleteaba las manos con felicidad.

—¿Te gusta la vida en matrimonio, Michael?— preguntó Beatrice.

Suspiré.

—Sí, Lisa es una mujer muy atenta, ella me ama y yo a ella, siempre cuida de mi y creo que soy muy afortunado de tenerla a mi lado— Respondí firme mirándola a los ojos.

Beatrice me sonrió de una manera muy calida.

—Les deseo todo lo bueno— Asentí agradecido. —Una cosa más— tomó mis manos y me hizo prometer: —No la dejes ir, no dejes que esto termine nunca—

Afirme con la cabeza y ella me abrazó fuerte como si ya no pudiera volver a hacerlo.

Todo fue muy extraño.

—¿Cuándo podremos conocerla?— preguntó Alejandro.

—Sería algo increíble conocer a la princesa de rock and roll y esposa del rey del pop— Dijo Sofía con emoción.
—¡Son la realeza de la música!—

Reí.

—Quédense aquí para la cena y podrán conocerla—

Aceptaron de inmediato y mandé a colocar cinco platos más en la mesa.

Sería una sorpresa para Lisa pero no creo que le desagrade o al menos eso espero.

—Solo una cosa más. Ella no sabe nada sobre los viajes, ¿verdad?— habló Alejandro.

Y negué en seguida.

—No ella no tiene idea de esto así que sigamos manteniendo el secreto— todos asintieron. —Y tampoco sabe lo que pasó con Rebecca así que es mejor no mencionar nada— Pedí.

—Quédate tranquilo que eso ya quedó atrás o al menos para ella y supongo que para ti también, ¿no es así?— Cuestionó Lucía sonriendo.

Asentí fingiendo seguridad.

Del bolso de la chica salió ese particular sonido y abrió los ojos emocionada, solo dos personas podían estar llamando Demián o Rebecca.
Lucía sacó el "reloj" y dio un salto de alegría mencionando que Rebecca estaba llamando, al parecer ella no había llamado en mucho tiempo.
Lucía caminó escondiéndose detrás de un árbol y contestó la llamada repitiendo el nombre de su hermana una y otra vez.

Quise ir tras ella para poder hablar con Rebecca, solo quería saber que estaba bien pero sabía que no debía hacerlo así que me guarde las ganas de hablar con ella y seguí en lo mío.

Tal vez algún día volvería a escucharla y saber que esta bien, pero no hoy.

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