On The Line

Capítulo 61.

Rebecca:

Junio 18, 2026.
CDMX.

Pasé despierta hasta altas horas de la madrugada esperando a que la hora de mi interrogatorio llegara pero nada sólo me hicieron creer que me harían las preguntas la noche anterior y hoy por la mañana por fin me llevaron fuera de la celda pero solo para encerrarme de nuevo pero ahora en un cuarto completamente cerrado.

Pregunta tras pregunta y en cada respuesta me hice ver inocente a mi, a Alejandro y a Demián, pero al parecer a los investigadores eso no les gustó en lo absoluto ya que de alguna manera querían demostrar que éramos culpables. Me sentí demasiado molesta, estaba muriendo de sueño, mi trasero y espalda baja dolían y mi estomago reclamaba comida y en algún momento quise gritar "¡sí soy culpable! ¡ahora deja de joderme!"
Sería una completa estupidez hacer eso pero quería que esto terminara, solo quería volver a casa, tomar una ducha y dormir en mi cama.

—¿Cuándo podré irme?— Pregunté antes de que me regresaran a la celda.

—Cuando se demuestre que eres inocente.

—¡Pero sí lo soy!

—Eso no lo decides tu— Respondieron.
—Llevátela de una vez—

Me dieron algunos empujones hasta llegar otra vez a la celda.

Estaba desesperada, y mi madre no me traía noticias de lo que pasaba.

Una manera de distraerme era recordar la música que me gustaba y cantarla en mi mente, solo así podía mantenerme serena y me ayudaba a no desquiciarme.

Por la tarde mi madre volvió y hoy parecía más tranquila que el día de ayer.

—¿Has venido por mi? ¿Vas a llevarme de vuelta a casa?— Pregunté esperanzada pegándome en los barrotes.

—No todavía— Me frustre otra vez.
—No entiendo nada sobre cómo funciona esto pero la policía quiere tenerlos retenidos por más tiempo aunque no se ha encontrado nada.

—¡Esto es injusto y estúpido! ¡No pueden tenernos aquí!— Comencé a gritar.

—Shh, deja de hacer esto— Me señaló mi madre. —No voy a déjalos aquí, le pedí a nuestra defensa llegar a un acuerdo con ellos y tendremos que pagar una "fianza"—

<<Fianza o más bien un soborno>>

Tendríamos dar una cantidad de dinero para tener nuestra libertad otra vez. ¡Maldito sistema de mierda!

Mi madre notó mi desagrado a la estúpida petición de la policía.

—Es eso o dejarte aquí, decide tu— Me dijo mirándome esperando mi respuesta.

No me quedaba de otra, ya no quería estar más aquí sola y encerrada.

—Hazlo entonces.

Beatrice asintió.

—Saldrás mañana en la mañana y nos iremos de vuelta a Verona ya tengo todo tu equipaje listo, y no no es una pregunta es una orden.

Fruncí el ceño.

—Pero eso sería como asumir que somos culpables de lo que se nos acusa.

—No importa, tarde o temprano quedará demostrado que no es así— Dijo. —Ahora no podemos seguir aquí, debemos que mantenernos juntos para protegernos.

—¿Y el laboratorio? ¿La empresa? ¿Mi fundación?—

Saber que tendría que dejar todo eso me preocupaba.