Capítulo 12.

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Michael Jackson:

Enero, 1984.

Otra noche con insomnio el aburrimiento me abruma y todo lo que hago para entretenerme es tomar un bolígrafo y una hoja de papel y escribir líneas para nuevas canciones.
Deje lo que estaba haciendo a un lado y mire al techo en la obscuridad, estamos en la primera semana del mes los ensayos para el comercial han iniciado y yo sigo creyendo firmemente en que la chica castaña volverá.

<<¿Pero cuándo?>>

Levante el teléfono quise llamarla y me sentí tonto, fue como si por un momento me hubiera olvidado de que ella no esta aquí. Seguí escribiendo por una hora más y el teléfono sonaba, dejé la contestadora y escuche la voz de la chica diciendo que había regresado su voz me sorprendió y sonreí mirando hacia el teléfono, estaba ansioso por que el nuevo día comenzará quería volver a verla, quería volver a hablar con ella.                                      
Dormí por las horas restantes y al día siguiente salí por la tarde intentando ser lo más cuidadoso posible, llegue a su edificio y subí las escaleras tocando su puerta y unos segundos una chica rubia se apareció frente a mi abriendo la puerta del departamento, fruncí el ceño creo que me confundí de número. Ella comenzó a gritar y jalo de mi muñeca haciéndome entrar, todo era demasiado extraño y yo solo quería salir de aquí.

—¡Rebecca, Michael está aquí! —volvió a gritar la chica. —Soy Sofía, dime por favor que no estoy soñando.
—Supongo que no porque tus gritos se escuchan demasiado reales— respondí riendo.

La chica hizo que me sentará en el sofá y ella hizo lo mismo me miraba como si yo no fuera real. Mis ojos se dirigieron al pasillo y vi salir a Rebecca sonriéndome me levante y le abracé con un beso en su mejilla, su perfume llegó a mi nariz me gustaba el aroma a lavanda combinado con el de su champú.

—Disculpa su emoción pero es imposible si se tiene a Michael Jackson frente a frente por primera vez— me dijo la castaña y yo solo sonreí.

Sentí como si hubiera pasado demasiado tiempo desde la última vez que la vi, y mientras los tres hablábamos se sentía como si él tiempo no pasará. Rebecca se levantó y fue a la cocina para regresar con una charola con brownies y un poco de leche, tomé uno tras otro.

—Esto está muy bueno— le dije y ella me sonrió.
—Me gusta hacer postres, no sabría que vendrías pero come todos los que quieras.

Le tome la palabra y seguí hasta quedar satisfecho, terminé y me quedé en silencio.

—¿Cuál es el plan para interrumpir el comercial? —pregunté.
—La grabación se hará.

La chica rubia y yo la miramos confundidos.

—¡No! Estamos aquí por una razón y es evitar el maldito comercial— le dijo Sofía.
—Sabes creo que es mejor cancelar y dar por terminado el contrato— dije, ella negó.
—Eso podría traer problemas legales, tu ya has recibido un pago por varios millones de dólares— respondió y asentí. —Ya tengo un plan solo necesito tu gafete de acceso, despreocúpate y solo haz lo tuyo.

Ella hace que me confunda pero su mirada refleja seguridad es como si con solo mirarme me dijera que todo estará bien. Mire el reloj de mi muñeca espere que marcará las 7:00p.m. para poder marcharme sin ser visto y baje acompañado por ellas, después de la despedida subí al auto para regresar a casa.
Tenía una sonrisa en mi rostro y se hacía más grande cada que recordaba la tarde de hoy.

Enero 25,1984.

En dos días será la grabación del comercial y estoy más aterrado y nervioso que nunca, Rebecca solo dice “tengo un plan” pero no me da detalles o algo así y eso hace que me sienta mucho más nervioso. Esta tarde me ha citado en su departamento para sacar una copia falsa del gafete, según ella lo necesitará para poder acercarse y estar dentro de la locación.

Llegue con las chicas le entregue el acceso a Rebecca y se fue a su habitación dejándome con Sofía.

—¿Sabes lo que planea? —Le dije a Sofía.
—No tengo idea, solo nos queda tener fe en su locura.

Minutos después ella volvió entregándome el acceso.

—Llegaremos antes al foro y tu harás como si no nos hubieras visto en tu vida— me dijo Rebecca, asentí. —Te veré en dos días.

No me queda más que esperar los dos días.

                            PARTE II.
Rebecca:

Enero 27, 1984.

Fue una suerte que empaque el móvil y la laptop, time fotografías del gafete de Michael y falsifique dos más para Sofía y para mi cambiando los nombres. El día anterior salimos para comprar herramientas para sabotear la grabación ya tenía todo listo esta era mi única oportunidad y no podía fallar. Eran las 8:00a.m. subimos al auto y 45 minutos después llegamos al lugar de grabación y le explique a Sofía lo que haríamos, entrar fue fácil casi no había gente dentro del foro aun era temprano.

Al entrar corrí al escenario en donde se colocaron los cañones de pirotecnia uno a cada lado, tomé las pinzas para cortar los circuitos que conectaban los cañones y con ayuda de Sofía movimos su dirección sabía que no funcionarían pero quería asegurarme que si mi corte fallaba las chispas no saltaran sobre Michael, reemplazamos los cañones por unos faros grandes que ayudarían a dar un efecto más dramático, revisé las luces y funcionaban bien no había problema con ellas y escondí debajo de los cañones los cables cortados para no dejar demasiada evidencia. Más personas comenzaban a llegar y tome a Sofía de la mano para escondernos en lo más oscuro del foro nos quedamos de rodillas detrás de algunas cajas solo mirando de reojo para no ser descubiertas, miré el reloj eran las 11:00a.m. y Michael había llegado el director les daba órdenes estaban a punto de comenzar a grabar, Michael daba un último ensayo cuando todo se quedó en silencio.

La música comenzó y Michael sobre el escenario bailando y dando vueltas mientras que yo grababa desde mi lugar escondido, el director pidió encender las luces y con ellas lanzar la pirotecnia la persona encargada de ello siguió la orden pero solo las luces dieron efecto, el director se alteró Michael terminó la grabación y gritos se escuchaban buscando un culpable de que la pirotecnia no funcionara. Michael se acercó con su director intentando calmarlo no alcanzamos a escuchar lo que decía solo pudimos mirar que revisaban la grabación y después de mirarla una y otra vez pidieron convencer al director de que fue una buena grabación a pesar de no tener los efectos que el quería las luces ayudaron demasiado.
Podía sentir la adrenalina corriendo en mi sangre, el director le daba el regaño de su vida a la persona encargada de los efectos me sentí un poco mal por eso ya que en parte fue mi culpa pero eso no es nada comparado con las quemaduras de segundo y tercer grado en el cráneo que Michael sufriría. Apague la cámara e intente buscar a Michael con la mirada pero ya se había ido.

—Esta hecho ¿podemos irnos? Estoy muriendo de hambre— me dijo Sofía.
—Espera solo un poco, no podemos salir ahora— respondí.

Y mi estomago también comenzaba a doler pidiendo un poco de comida.

Esperamos a que la gente comenzará a dispersarse y corrimos a la salida, le lance las llaves del auto a Sofía subimos a el y arranco conduciendo con velocidad. Ambas seguíamos demasiado nerviosas, ella nos llevó a un pequeño restaurante de comida mexicana para tomar el desayuno.                                Antes de bajar ella comenzó a reír y yo con ella.

—¡Esto fue una puta locura! —me gritó. —Pero se logró y ha valido la pena.

No dejábamos de reírnos, quería llamar a mis padres y decirles que todo salió como lo planeamos quería gritar que Michael estaba bien. Después de comer Sofía insistió en pasear por la ciudad, entró a un mini súper y llegó con botellas de licor y demasiada comida chatarra.

—Llama a Michael y dile que celebraremos que esta completo— me dijo.

Negué.

—No creo que sea conveniente dejémoslo para después, él tiene que descansar—.

Ella asintió y condujo de regreso al edificio.
Entramos y nos encerramos colocando el seguro, puse la música a todo volumen, bailamos y bebimos hasta caer, Michael estaba bien, nosotras estábamos bien ya nada más importaba.

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