On The Line

Capítulo 08.

Rebecca:

Es la última semana de agosto y últimamente me he sentido bastante presionada con la producción de la marca y por la próxima visita a Michael que será a 1983 para advertir sobre el fatídico accidente y la sola idea de pensar en ello me aterra, esto es de las peores partes en la vida de Michael, me la paso buscando las notas sobre el accidente del comercial en el 84 videos e incluso fotografías y todo para que pueda servirme como pruebas en caso de que él no crea en lo que digo.

—¿Cuándo nos vamos? —Me preguntó Demián entrando a la oficina y sacándome de mis pensamientos.

—El próximo martes pero antes tengo que viajar a Los Angeles— respondí.

Él frunció el ceño.

—¿Porqué a Los Angeles?
—Necesito viajar antes de irnos es algo importante para mi— me limité a decir.

Tenía un vuelo reservado para esta tarde y me iría por todo el fin de semana sin darle aviso a nadie. Volé por tres horas y media al llegar a California me hospede en un hotel en el centro de la ciudad, conseguí un auto y salí a conducir por las calles con la música a todo volumen, miraba las luces que iluminaban toda la ciudad y me sentí tan feliz, los paseos por carretera siempre me relajaban, sentía como si tuviera el mundo a mis pies.

Regrese al hotel y me quede por un rato en el bar, tomando una Coca-Cola con un poco de brandy, sonreí a la nada recordando buenos momentos e imaginando que sucedería en un futuro.

Agosto 28, L.A California.

Me quedé sentado en una mesa del bar estaba solo, todas las noches era lo mismo solo bebiendo e inhalando cocaína hasta perderme para después conseguir a una zorra que quitara mis ganas de follar. Miraba alrededor parejas demostrando su amor, amigos riendo y personas solas igual que yo.

Mi mirada se posó en una chica que sonreía sola y me hizo pensar que estaba loca, solo la observaba quise acercarme a ella pero minutos después pago su cuenta y se fue, hice lo mismo y le pregunté a un mesero si sabía quién era ella, él negó.
Me apresuré y fui tras de ella siendo cuidadoso, la observaba por la espalda y el movimiento de sus caderas al caminar me atrapó. Ella llego al fondo del pasillo entrando a su habitación y la suerte estaba de mi lado ya que mi habitación estaba al inicio, volví a preguntar por ella a un empleado y él se negó en un principio, saque mi billetera y le ofrecí algunos billetes el chico me dio el nombre de la mujer y con esto era más que suficiente, me encerré y llame al investigador que trabaja para mi, le di el nombre de la chica y me aseguro tener su información por la mañana.

Su nombre resonaba en mi cabeza una y otra vez, su apellido me sonaba… D’Angelo.

<<¿Elena D’Angelo tenía relación con la chica?>>

Busqué en Internet y me encontré con fotografías de la familia de la diseñadora, la chica estaba entre ellos ahora solo me quedaba esperar la información para poder confirmar lo que acababa de ver.

A la mañana siguiente un correo llego a mi móvil y leí detenidamente.

• Nombre: Rebecca Ferrer D’angelo.
• Edad: 20 años.
• Padres: Alejandro Ferrer Alanis y Beatrice D’angelo Lombardi.
• Hermanos: Lucía y André Ferrer D’angelo.
• Ocupación: Asistente de laboratorio y empresaria.
• Estado civil: Soltera.
• Nacionalidad: Mexicana.

Sabía todo de ella hasta el más mínimo detalle, sabía incluso lo que sucedió con ella hace dos años y seguiría investigando un poco más para poder acercarme a ella.                                      Archive la información y me quedé en la puerta, la chica caminaba en mi dirección y mis ojos estaban en ella, se veía tan segura de sí misma quise que me mirara pero pasó de largo sin ni siquiera mirarme de reojo. Quise ir tras ella y saber a donde se dirigía con tanta prisa pero tenía que mantenerme tranquilo hasta que la oportunidad de estar frente a frente llegará y estaba seguro que no demoraría demasiado.

Rebecca:

Salí caminando por el pasillo con mis pasos haciendo ruido, tomé el auto y conduje buscando florerías para comprar girasoles, después de encontrar lo que buscaba me dirigí a “Forest Lawn Memorial Park” no sé por cuanto tiempo conduje, eso era lo de menos solo quería llegar y encontrar el lugar de descanso de Michael, camine por el lugar y luego de varios minutos logré encontrarla.
Mire alrededor para asegurarme que nadie me observara ni escuchara lo que tenía para decir.

—Hola… He traído tus flores favoritas— Dije como si él me escuchara.                —Escuche que las llamabas “la flor feliz”

Me sentía estúpida haciendo esto, hablando con nadie pero aún así seguí.

—La primera parte está hecha y se aproxima lo peor pero jamás dejaremos que nada te dañe, juro que daré mi vida por ti de ser necesario, siempre fuiste un excelente ser humano que no merecía malos tratos ni humillaciones.

Mis ojos amenazaban con llorar.

—Juro que nadie va a silenciarte, juro que nadie va a lastimarte pero solo pido que me escuches y que dejes ayudarte—.

Me callé como esperando una respuesta que jamás llegaría, deje los girasoles en el suelo y me fui de regreso al auto, quería conocer “Neverland” y dejé que el GPS me guiará, una hora y media después estaba en la entrada del rancho baje y me pose frente a la enorme propiedad solo mire por fuera ya tendría oportunidad después para conocer los alrededores.

Por la noche llegué al hotel y después de comer comencé a empacar, mi vuelo saldría a la media noche y tenía que apresurarme, estaba en lo mío cuando escuché un golpe a mi puerta me acerqué y no había nadie tal vez sólo fue un niño jugando una broma, mis ojos bajaron y noté una rosa con un pedazo de papel en blanco solo con las iniciales D.B. fruncí el ceño y la tome para regresar adentro. Eso fue algo muy extraño pero no le di importancia y terminé con lo que estaba haciendo.

Septiembre 01, CDMX.

Regrese a México por la madrugada y esta tarde decidí recoger a Lucía de la universidad quería mostrarle lo que sería mi futuro lugar especial. Espere por 15 minutos y ella al fin había llegado subió conmigo al auto y la lleve a las afueras de la ciudad, ella no dejaba de hacer preguntas hasta que llegamos al lugar con áreas verdes.

—¿Porqué estamos aquí?— Me dijo. —Debemos regresar esto está en la nada.

—¡Exacto! Aquí nadie podrá encontrarme— Respondí sonriendo.

Jale de su mano y le hice un recorrido por el lugar, todo era boscoso, con aire limpio y un lago grande. Corríamos y dábamos vueltas como si fuéramos niñas pequeñas, me gustaba estar aquí.

—¿Esto tiene dueño?—
Asentí.
—Ahora es mío—. Dije. —Mande a investigar sobre la propiedad y el gobierno estuvo a punto de adueñarse, pero negociamos y créeme que me costó varios miles para que no sucediera.
—¿Cómo sabías de esto?
—Una vez estaba llegando tarde a los laboratorios y el GPS me indicó un atajo pero fue inútil y me dio esta ruta que sólo hizo que me perdiera. Tiempo después regrese y jure que esto sería para mí—.

Estábamos sentadas frente al lago hablando sobre los planes que tenía para estar aquí, quería una casa de campo para comer helado y olvidar mis problemas y presiones.

—Entonces será como tu lugar feliz— me dijo Lucía.

Asentí, respirando profundo.

—Sí— Confirmé. —Aquí nadie podrá hacer daño, no habrá dolor ni miedo, este siempre será un lugar seguro—

Me sonrió y se abrazó a mi, pasamos la tarde ahí ninguna de las dos quería irse pero era necesario volver al mundo real. Mañana volveríamos con Michael a 1983 y algunas cosas me mantenían inquieta ya no solo era Michael Jackson ahora era el Rey del pop, él estaría en la cima del éxito      

Por la noche ni siquiera hice el intento de querer dormir, solo me quede en la ventana mirando las estrellas esperando el amanecer.