Capítulo 48.

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André:

Octubre 28, 2023.
Verona, Italia.

El tan esperado día llegó, hoy me uniría a Sofía por el resto de mi vida o al menos así lo teníamos planeado, todo el futuro es incierto no teníamos idea de lo que sucedería después y para ser honesto tampoco deseaba saberlo, solo quiero ir descubriendo día por día lo que la vida traerá para nosotros.

Como ella lo pidió es una boda de otoño, el mes, día y lugar perfecto quise complacerla en todo y parece que dio un buen resultado, será una sorpresa para mi el ver el lugar de la fiesta no quise involucrarme demasiado en eso sé cuanto ella añoraba esto así que quise dejar que ella planificara a su estilo. Solo me hice cargo de unas cuantas cosas escoger menú y una iglesia, escogí el Santuario Della Madonna Della Corona el lugar da una vista impresionante ya que está situada sobre un acantilado, estamos entre el cielo y la tierra.

2:30 p.m.

Me sentía demasiado nervioso mis piernas temblaban y mis manos sudaban, yo ya estaba en el Santuario esperando por mí novia y no estaba solo mi padre y Michael me acompañaban. Los tres estábamos esperando fuera del santuario, mientras algunos invitados comenzaban a llegar, Michael no dejaba de asomarse por los barandales aumentando mis nervios sentía miedo de que él pudiera caer en cualquier momento así que me acerqué y lo tome del brazo pidiéndole que no continuara con eso.

—Solo relájate me estaba sujetando fuerte— Me dijo sacudiendo mi traje con su mano. —Disfruta esto que no te casarás todos los días.

—Realmente quiero calmarme pero no puedo mis nervios son más fuertes— Respondí apretando los labios. —Dime si mi traje se ve bien— Él asintió. —¿Y mi cabello?

—Todo luce perfecto— Respondió.
—¿Puedes decirle que todo está bien?— habló acercándose a mi padre.

Alejandro se acercó a mí y palmeo mi espalda.

—Todos estamos emocionados por esto y me siento feliz por que te casarás con el amor de tu vida— Dijo y sonreí al igual que Michael que lo escuchaba atento. —Cuida bien de Sofía, ahora ella será tu compañera de vida y ella ahora será una hija más para Beatrice y para mí, una hermana más para Rebecca y Lucía. Esposa, amiga y confidente para ti, trabajen el amor todos los días, jamás dejen de alagarse el uno al otro, tratense como si todos los días fuera su primera cita—

Sonreí imaginando como serian mis días con Sofía, como Alejandro lo dijo una primera cita todos los días.

Mi padre hablaba firme y sin darme cuenta nos tenía a Michael y a mí tomados por los hombros uno a cada lado de él.

—Y como siempre lo he dicho si algún día el amor se acaba y ya no desean seguir juntos sean honestos y terminen de manera amistosa, jamás escojan la traición, jamás rompan el corazón de la persona los ama y aman—.

Alejandro alternaba la vita entre Michael y yo mientras nos mirábamos con las cejas arqueadas.

—La traición no es algo que vaya conmigo puedes estar seguro que yo jamas haría algo tan horrible como
eso— Le dijo Michael mirándolo a los ojos y mi padre le sonrió.

—Lo sé y por eso confío tanto en ti, solo es un breve consejo—

—De mi parte también puedes tener la seguridad de que jamás traicionaría a Sofía, la amo demasiado como para hacer algo tan ruin— dije sincero.

—No lo hagas por mi y tampoco quiero que me hagas una promesa hazlo por ti y por ella ¿Imagina como se sentiría ella? ¿Cómo te sentirías tu?— Alejandro me habló con los ojos puestos en mi y sujetando mis brazos. —Aunque estoy seguro que eso no sucederá porque sé el tipo de hijos que crié.

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