Rebecca:
No sé por cuánto tiempo me quedé encerrada en el baño. Podía sentir mi cuerpo tembloroso, mis brazos dolían y mi mejilla ardía, ni siquiera quería mirarme al espejo porque sabía que me encontraría con una dolorosa marca en el rostro.
Solo me quedé ahí sentada en el suelo atrancando la puerta con mi espalda por si él quería entrar. Me la pasé sollozando, era horrible, lloraba una y otra vez solo de recordar lo que pasó. El tenerlo sobre mí fue asqueroso, su mirada inspiraba miedo, fue un verdadero milagro el que pudiera escapar (por ahora).
Tengo pavor de él y parece que nadie podrá ayudarme. Cuando quise pedir auxilio me tomaron por maniática, estoy atrapada, siento que no puedo escapar, es como si todo se encojiera dejándome sin respiración, algo me dice que no hay solución.
Mi corazón acelerado por el nerviosismo me hace sentir como si estuviera a punto de morir.<<¡Sí, ahora. Debes ponerle fin!>>
Me dice la voz de mi cabeza y me hace pensar en que debería hacerlo, así podré acabar con todo. Yo ya no tendría que lidiar con esto, y todo lo demás podría seguir su curso en paz.
Mordía mis uñas, y en un segundo me levanté tomando la botella de shampoo y lanzándola con fuerza contra el espejo haciendo que se estrellara y que algunos pedazos cayeran sobre mis pies.
Algo me estaba tentando, me ordenaba tomarlo y sí lo hice, tomé un pedazo pequeño y afilado.<<Solo un corte preciso y profundo en cada muñeca y estarás en paz>>.
Susurró la voz de mi cabeza otra vez.
Miraba mi muñeca izquierda y podía ver las venas delgadas y verdosas que se reflejaban por debajo de mi piel. Estaba a un solo corte de la solución. Quise hacerlo cuando apreté fuerte ese pedazo de espejo, pero no pude.
No podía hacerlo, era demasiado cobarde para provocarme la muerte.
El tan solo pensar en el dolor que me causaría me aterraba, moriría lento si lo hacía y no deseaba terminar mi vida de una manera dolorosa, soy demasiado temerosa.Y realmente no quiero morir, solo quiero que el dolor se vaya lejos de mí, quiero que Dante desaparezca y me deje tranquila. Amenudo extraño cuando él no era una parte de mi vida. A veces quisiera tomar esa máquina y volver al día en que se paró en la empresa para cambiarlo y hacer que nunca nos hubiéramos conocido pero también creo que eso no cambiaría nada tal vez de alguna u otra manera él se hubiera cruzado en mi vida tarde o temprano.
Escuché la puerta abrirse y eso me hizo ponerme alerta, quien quiera que hubiera sido no tardó y supongo que fue alguna persona que trabaja en el hotel. Entreabrí la puerta del baño intentando no hacer ruido y me asomé de apoco asegurándome de estar sola, esta habitación no era demasiado grande así que podía ver en casi todo el espacio y para mi suerte estaba vacía, Dante se había ido y un poco de esperanza llegó a mí, esta era mi oportunidad para largarme de una maldita vez, tomaría mi móvil, el pasaporte y un poco de dinero y me escaparía a cualquier lugar lejos de aquí.
Salí del baño con rapidez y me apresuré a buscar mi bolso en donde tenía lo que quería, solo me faltaba buscar el "reloj" para poder hablar con André y que supiera en donde está Dante y así al fin lo atraparía. Busqué desesperada en el cajón donde recordaba haberlo guardado pero no estaba ahí, seguí buscando por todos lados sin éxito, ya no había tiempo tenía que irme sin el. Busqué mi móvil en el bolso y también había desaparecido junto con mi cartera, ni siquiera las llaves de la habitación estaban aquí.
¡Dante había robado mis cosas y ahora estaba incomunicada!
Solo tenía el teléfono de línea, y me debatía entre llamar a la policía local o irme de una vez sin nada y esperar a que un milagro ocurriera.
Me decidí por la primera, ¡sí!, la policía tal vez podría ayudarme así que tomé el teléfono y teclee esperando que tomarán mi llamada lo cual duró una eternidad y mientras sostenía el teléfono en mi oreja, la puerta se abrió y vi a Dante entrar y al verme al teléfono corrió a mí arrebatándomelo y desconectando el aparato, lanzándolo al suelo.
¡Maldita sea! Se estaba poniendo violento otra vez y volvió a despertar el miedo en mí.-¿A quien llamabas?- Exigió saber.
Me callé sintiendo mis manos temblorosas. -Te advertí que no hicieras nada estúpido pero parece que te encanta llevar la contraria--¡Quiero irme!- Supliqué con la voz quebrada mientras jalaba de su ropa y de apoco bajaba por su cuerpo casi arrodillándodome ante él.
-¿Cuantas veces tengo que repetir que no?- respondió mirándome sin expresar nada, era un insensible.
-Ahora quédate quieta, deja de llorar y escucha mis reglas-Me hizo levantarme y me sentó sobre la cama quedando él frente a mi.
-No te irás, así que olvida esa estúpida idea, ya te he encontrado y no voy a dejarte escapar otra vez- Mi corazón se estrujó al escucharlo y mis ojos ardieron demasiado intentando evitar llorar. -Llamarás a André y le dirás que deje de buscarnos, vas a decirle que te quedaras conmigo porque tu así lo quieres-.
-No va a creerme, él sabe que jamás me quedaría contigo por voluntad propia-
-Pues tendrás que convencerlo- Contestó sin importancia. -Y deja de interrumpirme que aún no termino- Siguió. -Serás sumisa, callada y no vas a cuestionarme, no vas a golpearme otra vez y estarás dispuesta a complacerme en todo lo que yo quiera y cuando lo quiera-
<<¿Pero que se ha creído este imbécil? ¿A caso parezco una mujer sumisa y obediente?>>
-¿Y que me darás a cambio?- Pregunté.
-Tengo a alguien que tu quieres ¿lo olvidas?- Era Gabriel... -Además no olvides que yo tengo una copia de todo tu informe. No quieres que tu gran secreto quede descubierto ¿o sí?- Era cierto me había olvidado que aún quedaba esa copia.
Estaba jodida, definitivamente. Él me tenía en sus manos.
Dante se acercó aún más a mi y me tomó por el rostro mirando la marca que su golpe dejó.
-Lamento mucho el haberte
golpeado- Me susurró acariciándome y cambiando por completo el tono de su voz. -No volverá a repetirse si tu no me provocas, solo haz lo que pido y no vuelvas a desafiarme y podremos estar en paz- Me quedé en silencio y estaba haciendo un esfuerzo enorme para no gritar. -Tienes 5 minutos, maquilla tu rostro y date prisa que nos iremos de aquí- Ordenó.-¿Puedes darme mi móvil?- Pedí y él negó en seguida.
-No. ¿Me has creído estúpido? No voy a dejar que llames a la policía o des un golpe bajo avisando a André de donde estoy- Contestó. -Olvídate ya de eso y deja de hablar o me harás enfadar otra vez-.
Tenía que mantener la boca cerrada, no exaltarme y ser complaciente con él.
No sé si podré y tampoco quiero hacerlo.
Debo pedir fuerzas e ingeniármelas para poder hacer lo que pide.
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On The Line
FanficRebecca, hija de un matrimonio dedicado a la ciencia y fanática de Michael Jackson se propone crear la primera máquina del tiempo y al paso de dos años lo logra teniendo como objetivo ayudar a evitar las desgracias en la vida del Rey del pop con ayu...