Capítulo 98.

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Rebecca:

-Tenemos que bajar o ella vendrá y abrirá esa puerta sin ni siquiera preguntar si puede hacerlo- Le señaló a Demián que está recostado sobre la cama.

-¿Y dime que hago con esto?- dice refiriéndose a lo que tiene entre medio de las piernas. Está claramente molesto y de alguna forma yo también.

Le lanzó una bata de baño y le ordeno ponérsela para ocultar su problema.

-Vamos- Digo tomando su mano cuando escucho que Beatrice sigue diciendo mi nombre.

-¡No sabes lo que duele, por un demonio!- susurra entre dientes mientras bajamos las escaleras.

-Debo imaginarlo- Acaricio su brazo como si eso pudiera ser de ayuda para él. -Lo siento mucho, nadie tenía idea de que vendrían- beso su mejilla y él se limita a girar los ojos.

Al estar abajo puedo ver a mi madre de pié mientras les ordena a mi padre y a André traer sus maletas, y ellos le obedecen sin rechistar.
Mientras que Sofía está sentada sobre el sofá con Ángelo profundamente dormido sobre sus brazos.

Suelto a Demián y me acerco a mi madre que me sonríe, me abraza y me besa la cara, también me acaricia el cabello diciendo que me ha extrañado, y en seguida hace lo mismo con Demián a él lo abraza un poco más lo que me hace pensar que lo quiere más a él que a mí.

<<Celos estúpidos>>

No le doy mucha importancia a eso así que voy directo con Sofía, nos abrazamos como podemos para no despertar al bebé.
Nos ponemos al tanto de todo, y sí extrañaba tanto hablar con ella de frente las llamadas me tenían aburrida.
Miró a mi pequeño sobrino, tiene el cabello más largo y quebrado, es muy lindo lo que me provoca acariciarlo, igual paso mis dedos sobre sus mejillas regordetas y ligeramente sonrosadas para después dejar un beso.

—Parecen duraznillos— Le digo a Sofía con voz chillona.
—Es tan bonito—

—Sí muy lindo aparentemente pero igual es un caos bien hecho. No sabes lo que su padre y yo lidiamos para que se vaya a dormir— Responde con pesar pero igual lo mira con demasiado amor.

—Necesita un hermano o hermana— Sugiero riéndome y Sofía levanta las cejas.

—No por ahora, André y yo queremos esperar un poco más— Asiento con la cabeza. —Tal vez en 5 años—

Veo a mi padre y a mi hermano entrando con maletas y al verme mi padre extiende sus brazos y yo corro a él como cuando era niña y él volvía de trabajar.
Mi padre me besa en la coronilla y me suelta para que pueda saludar a mi hermano.

—Engordaste un poco desde que me
fuí— Digo apretando la panza de André.

—Sí y tu no te quedas atrás— Ríe.

—¿Y qué? Si sigo viéndome fabulosa— Hablo con las manos en la cintura.

—¿En dónde está tu hermana?— Me pregunta mi madre después de casi media hora que llegó.

—Durmiendo supongo, no salió de su habitación así que no creo que haya podido escucharte—

—Iré a verla— Nos dice levantándose y yendo hacía arriba.

Demián se abraza con mi padre y se da lo que yo llamo "un saludo de hombre" con mi hermano, aprietan sus manos haciéndolas resonar y palmean sus espaldas, no sé porqué siempre hacen eso.

—¿Demián en pijama? ¿Qué pasa aquí Rebecca?— Habla mi padre evidentemente molesto y me mira esperando una respuesta.

Yo me pongo nerviosa y tartamudeo cuando abro los labios.

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