Dante Blake:
Octubre 01, 2023.
CDMX.
Conducía para llegar a la empresa, hoy tendríamos una reunión para decidir la publicidad y el tipo de productos que se lanzarían en la temporada de invierno hacia tiempo que no me encontraba con Rebecca y durante casi un mes le he enviado una rosa cada día a modo de “disculpa” lo cual me da la esperanza de que ella se ha apaciguado ya que en todo lo que va de las últimas semanas no las he recibido devuelta y hoy quise entregársela yo mismo.
Caminé por los pasillos hasta llegar a su oficina y abrí la puerta encontrándome con Sofía cerrando la tapa de la laptop y levantándose de la silla al verme entrar.
Estaba disgustado, no quería ver a la rubia quería a Rebecca.
—¿En dónde está Rebecca?— pregunté con un duro tono de voz.
—Ella despertó con un poco de resfriado y se quedó en casa— me respondió tartamudeando.
—Debes esforzarte al mentir, tus excusas son estúpidas— le dije entrecerrando los ojos. —No soy idiota. ¿En dónde está ella?
—No miento, ella no volverá hasta mañana— dijo evadiendo mi mirada. —Llamare a Víctor y comenzaremos la reunión.
—Olvídalo no decidiremos nada hasta que Rebecca no regrese, ustedes son incompetentes y quedo demostrado con el contrato—
La rubia intento protestar pero la ignore dando la vuelta y tomando la manija de la puerta, estaba decidido a irme pero al abrir me encontré con la chica que me tenia obsesionado.
Ella levantó su mirada y fije la mirada en sus ojos que no expresaban nada, ella ya no me miraba con miedo solo era una mirada vacía.
—¿Cómo se recupero del resfriado tan rápido, señorita Ferrer?— Le pregunte sin dejar de verla.
—Fue un milagro supongo— respondió con sarcasmo.
No le di importancia a su comentario estúpido y le mostré la rosa que tenía para ella.
—Quise entregártela yo mismo—
Ella la arrebató de mi mano y la puso sobre el escritorio de la recepcionista.
—Gracias— respondió girando los ojos.—Ya sabes que hacer con ella— le dijo a la chica del escritorio y ella asintió.
Podía sentir la incomodidad de la recepcionista; me hizo sentir estúpido y enfadado al mismo tiempo.Rebecca dio la vuelta y caminó para entrar en la oficina y la seguí por detrás.
—Ya que mágicamente te has recuperado podemos empezar con la reunión— demandé y ella asintió.
Ella al igual que su equipo daban las ideas de lo que se tenía pensado hacer para el invierno y en cada mínima oportunidad que tenia la interrumpía alegando en que yo no estaba de acuerdo con sus ideas, quería acabar con su paciencia por la humillación que me hizo pasar y lo había logrado, logré que ella terminará por cabrearse y yo disfrutaba joderla en silencio.
—Llevamos toda la mañana con esto ¿podría decirse por algo de una vez, sr. Dante?— Me habló Rebecca con un gesto de enfado en su rostro.
—¡No!— respondí y todos los que estaban en la oficina me miraban arrugando las cejas. —Sus ideas son basura, llámenme cuando tengan algo bueno.
Me levante para irme de una vez y Rebecca se paro frente a mi solo para gritarme.
—¡Me tienes harta con tu mierda, si las ideas son basura solo termina el maldito contrato y deja de jodernos!—
Ella realmente estaba furiosa y creo que en el tiempo que llevo de conocerla nunca me había gritado así y mucho menos en público.
A mi mente llegó la idea de tomar su cuello y apretarlo hasta que me suplicara soltarla, deseaba con todas mis fuerzas hacerlo pero me contuve con tantos testigos iría directo a una celda.
—No pienso acabar con el contrato hasta después de los dos años, ya lo sabes— dije sonriendo sínicamente. —Deja de llorar y busquen algo o te irás a la quiebra—
La deje parada como un hongo y salí sin dejar que siguiera diciendo estupideces, ya tenía suficiente con el berrinche de hoy.
Salí del edificio con pasos fuertes y subí al auto dando un azote en la puerta y soltando un golpe en el volante, cuando creí que mi día no podía empeorar mi móvil vibraba por una llamada entrante de los laboratorios “Alanis” contesté y me pidieron ir con urgencia, terminé con la llamada lanzando el móvil en el asiento del copiloto.
El dolor de cabeza estaba acabando conmigo así que busqué aspirinas en la guantera y tome una esperando a que calamara mi estrés, y sin ánimos de encontrarme con el matrimonio Ferrer conduje hasta las afueras de la ciudad. Caminé por el estrecho pasillo hasta llegar a la oficina de Alejandro, encontrándome con él, su esposa y también con el insignificante Demián.
—¿Qué no era una reunión solo de socios?— Les dije. —No entiendo porque su empleado está aquí.
Me miraron mal y Alejandro me contestó.
—Demián es nuestra mano derecha, él y Rebecca se encargan de los laboratorios cuando nosotros salimos del país—
Quise decirle que se callara, pero guarde un poco de respeto y solo gire los ojos.
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On The Line
FanficRebecca, hija de un matrimonio dedicado a la ciencia y fanática de Michael Jackson se propone crear la primera máquina del tiempo y al paso de dos años lo logra teniendo como objetivo ayudar a evitar las desgracias en la vida del Rey del pop con ayu...