Rebecca:
Marzo 02, 2029.
Verona, Italia.Es de mañana y estoy alistándome como puedo, los dolores en mi espalda son más leves y eso me permite moverme un poco más.
-¿A dónde vas?- me pregunta Lucía entrando en mi habitación. -No puedes irte sola-
La miro por el espejo.
-Iré a buscar a Gabriel, necesito hacer algo para traerlo conmigo e iniciar con los trámites de adopción-
-Él tiene un padre, ¿es posible que puedas adoptarlo?
-No lo sé, por eso es que iré a investigar- respondí de mala manera a su estúpida pregunta.
-Estás exagerando, él ni siquiera es tu responsabilidad-
Me hizo enfadar con sus estúpidos comentarios y la miré mal de inmediato.
-¡No hables sobre lo que no entiendes! ¡Cierra la maldita boca si no tienes algo bueno que decir!- le grité. -¡Y te quiero fuera de mi habitación! ¡Largo ni siquiera me mires!-
Lucía me miraba extrañada, jamás le había gritado de esta manera pero esta vez me sacó de quicio y el estrés solo me hacía explotar más.
-¡¿Qué pasa?!- nos dijo Sofía parándose en la puerta. -Puedo escuchar tus gritos hasta el otro lado de la ciudad-
-¡Pasa que nadie entiende nada! ¡Pasa que todos son unos idiotas! ¡Pasa que quiero un puto segundo de paz!- me exalté. -¡Quiero que dejen de cuestionarme! ¡Quiero que dejen de decirme que es lo que debo hacer o no!-
-Tranquilízate, todos estamos muy alterados con todo lo que sucedió, sé que tu un poco más pero no puedes ir desquitando tu frustración con el mundo- Sofía me hablaba con tanta paz.
No entendía como ella siempre se mantiene tan positiva.
-¡No estaré tranquila hasta no ver a Gabriel!- dije. -Tengo que ir-
-Deja que alguien vaya contigo.
-Déjame acompañarte- me susurro Lucía. -Si quieres cuidar de él está bien, si quieres solo verlo está bien-
La miré entre cerrando los ojos.
-¡No necesito que me digas lo que debo hacer o no, y no me importa si quieres venir o no, no te necesito!-
La vi con ojos llorosos y salió de la habitación en silencio.
-Estás siendo demasiado grosera. ¿Qué pasa contigo?- dijo Sofía poniendo los brazos en jarras. -Estoy segura que ahora se fue a encerrar para poder llorar-
Me estaba comportando como una perra insoportable. Y ni yo misma me aguantaba.
-No me importa- Hablé tomando mi cartera. -Cierra la puerta al salir-
Bajé despacio las escaleras y Demián estaba ahí sentado en el sofá mirando su móvil.
-¿Puedes hacerme un favor?- Pregunté antes de bajar el último escalón.
Se levantó y caminó a mi con prisa.
-¿Qué necesitas?
-Ir a donde Gabriel. ¿Puedes llevarme?
-Sí, pero te advierto que hay prensa aquí afuera.
-Ya lo sé, los vi desde la ventana-.
Demián buscó las llaves del auto y despacio salimos a donde estaba, me ayudó a subir a el y al estar en la avenida un par de reporteros nos prohibieron el paso, acercándose a mí ventanilla.
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On The Line
FanfictionRebecca, hija de un matrimonio dedicado a la ciencia y fanática de Michael Jackson se propone crear la primera máquina del tiempo y al paso de dos años lo logra teniendo como objetivo ayudar a evitar las desgracias en la vida del Rey del pop con ayu...