Capítulo 09.

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Michael Jackson:

Septiembre, 1983.

“Thriller” se ha convertido en un éxito rotundo y me siento demasiado orgulloso por lo que he logrado y al público le encanta que es lo más importante. Durante estos nueve meses he grabado los video clips del álbum como “Billie Jean” “Beat It” y el más reciente “Say Say Say” con Paul McCartney. A pesar de todo el éxito y toda la fama se siente un vacío, en veces me siento en soledad y no entiendo ¿por qué? Si tengo demasiada gente en mi alrededor pero parece que nadie logra entenderme. Solo quisiera tener a alguien que me escuche, quiero encontrar a un amigo que se interese realmente en mi persona y no solo en lo superficial, alguien que vea más allá de mi nombre que me conozca a profundidad que no me suelte.

Estaba encerrado en mi habitación hoy decidí tomar un descanso ya que estaba un poco agotado por todo el trabajo de coreografías, grabaciones y ensayos para la que sería mi última gira con mis hermanos yo estaba decidido quería trabajar en solitario y lo haría sin importar lo que Joseph pensara, tengo demasiadas ideas y para poder explotarlas tengo que trabajar por mi cuenta. Tenía una grabadora en mi mano mientras coreaba una nueva canción que tenía en mente y no quería perderla.                  

Tocaron a mi puerta, era mi madre, ella entró en mi habitación diciendo que teníamos visitas fruncí el ceño ya que casi nadie se paraba por aquí, salimos juntos al living y me encontré con una pareja joven ellos se pusieron de pie y vi a una chica de cabellos castaños con labios rojos, mire sus ojos, esos ojos que vagamente recordaba y al chico alto de cabello negro.                          
  
La chica se notaba nerviosa enganchada al él mientras enterraba las uñas en el antebrazo del pelinegro que creí que la piel sangraría, ellos me sonreían de oreja a oreja y yo hice lo mismo, ella se soltó del pelinegro y se abrazó a mi efusivamente yo le correspondí aspirando su perfume ese aroma a lavanda me gustaba, estaba emocionada y sus ojos estaban a punto de soltar lágrimas.

<<¿Qué sucede?>>

—Puede que no nos recuerdes del todo, porque para ti ha pasado más de una década— Me dijo el chico, tomando a la chica de los hombros separándola de mi.

Lo miré extrañado.

—Esto puede parecerte una locura, pero por favor escucha lo que tenemos para decir— Dijo la castaña y yo estaba poniéndome nervioso.

Mi madre se sentó junto a mí y tomó mi mano.

—Nosotros hemos estado en tu niñez cuando tu solo tenias seis años y te hemos seguido de lejos desde 1972 hasta 1979— Reí, el tipo estaba loco.    —Y todo en menos de un año.

Mis ojos se movían de un lado a otro.

—¿Qué clase de película me estas contando? —Dije. —¡Esto es algo imposible!
—¡No lo es! —Replicó la chica.   —Tu dime como explicas que durante 20 años hemos estado junto a ti sin envejecer ni siquiera un poco.

Esto no era más que una estúpida broma de mal gusto, quise irme pero mamá me detuvo.

—No, no estamos locos ni estamos mintiendo y la señora Katherine puede confirmar lo que decimos— Dijo el chico, volteé hacia mí madre y ella asintió diciendo que siempre ha estado en contacto con ellos.

Regrese la mirada a los chicos y me explicaron que eran personas del año 2022 y que habían logrado crear su propia máquina de tiempo y todo para “protegerme”

<<¿Cuál era el peligro?>>

—Sabemos que tienes un contrato de publicidad con Pepsi y en este año haz filmado el primer comercial— Dijo la chica, asentí. —En enero de 1984 sufrirás un accidente de quemadura en el cráneo causado por la pirotecnia usada para el comercial y nosotros estamos aquí para evitarlo—.

Mi madre y yo los miramos sorprendidos. Ellos sacaron un maletín lleno de hojas con demasiada información y fotografías, era verdad vi fotografías mías en donde yo estaba sobre una camilla con vendajes en mi cabeza y en el hospital, tomé la nota de periódico y leí las líneas que confirmaron el accidente.

—¿Qué necesitan a cambio de su ayuda? —Pregunté.
—No queremos nada a cambio, solo les pedimos que nos permitan cuidar de ustedes— Nos dijo la castaña.
—Te daré una copia de todo el informe sobre los viajes en el tiempo. Solo promete que no dirás nada, nadie puede saber de esto o sería un riesgo para todos— habló el chico.

Asentí.

Todo ha sucedido muy rápido que mi cerebro no lo entiende del todo y es difícil asimilar y creer en su palabra, ellos son desconocidos para mi. Ellos estaban por irse y no podía dejarlos ir sin saber sus nombres, pregunté y ahora sabía que eran Demián y Rebecca.

—Estamos en el centro de la ciudad— Me dijo Rebecca entregándome la dirección y un número telefónico. —Puedes llamar o visitarnos cuando desees. Los números de apartamento son 100 y 105—

Se despidieron de nosotros y volví a mi habitación para leer las hojas, pase hasta altas horas de la madrugada tratando de entender esta locura y aunque parecía imposible esto no era un sueño o una ilusión, esto era real.

                           PARTE II.

Rebecca:

Llegamos de regreso al edificio y la emoción de tener frente a mi al Michael de la era “Thriller” no desaparecía. Demián ordenó pizza y estuvimos en su apartamento hasta la madrugada charlando sobre la tarde de hoy, moría por regresar al 2022 y contarles a todos sobre cómo es la sensación de estar frente a tu mayor ídolo.
Busque mi cámara la encendí y enfoque a Demián para comenzar a grabar.

—Dime algo sobre ti, dime como se siente estar en los 80’s.

Me sonrió y encendió un cigarrillo mientras actuaba como un chico rebelde de la época.

—Soy Demián Lizcano Trejo, 24 años estoy en 1983 y he conocido al rey que cambio la industria musical— le dijo a mi cámara.  —Estar en la década de los 80’s se siente increíble estoy cumpliendo un sueño—

Di un sorbo a la lata con soda y Demián me enfocó, era mi turno de decir algo y mi mente estaba en blanco.

—¡Estoy en los 80’s! ¡Lo logré, perra! —Dije gritando y sonriendo a la cámara.

Demián y yo comenzamos a reír sin sentido alguno, esta era una noche que jamás olvidaría, me sentía tan llena de energía e ilusionada todo parecía estar bien y nada podría arruinarlo, nos quedamos hasta el amanecer bailando y comiendo hasta reventar entre el humo del tabaco.
Después de no dormir salimos a un supermercado por el medio día, teníamos que comprar comida de verdad no podíamos solo alimentarnos de porquerías, y a nuestro regreso llame a Sofía con el aparato que me dio mi madre quería saber cómo iban los trámites de la empresa y ella dijo que todo estaba casi listo solo necesitaba mi firma para concluir con todas las reglas, dejé a un lado el tema del trabajo y pregunté sobre su relación con André y me alegre por ella al saber que están avanzando, hacía tiempo que no me sentía tan feliz y parecía que el universo se alineó para hacer todo esto posible.

Demián:

Estábamos en el apartamento de Rebecca habíamos decidido cocinar aquí y mientras desembolsábamos los víveres ella tenía el altavoz, estaba en llamada con Sofía, mientras yo estaba lavando vegetales ella dijo algo estúpido y Sofía no es Sofía si de su boca no sale alguna tontería.

—Supongo que Michael es más guapo en persona.
—Sí.
—Entonces ¡¿que esperas?! Tienes la oportunidad de conquistar a tu amor platónico de la adolescencia.

Escuchar eso me molesto un poco y solo seguí escuchando su conversación mientras empezaba a cortar con enfado los vegetales.

—Yo no estoy aquí para enamorarlo, así que deja de imaginar cosas que jamás sucederán— respondió Rebecca en un tono serio.

Me sentí aliviado de saber que ella era una persona coherente.

Siguieron hablando por media hora más y agradecí cuando terminó, la voz de Sofía a veces me irritaba ella es mi amiga y la aprecio pero en ocasiones termina con mi paciencia.                Rebecca colocó la pasta al fuego y mientras esperábamos que estuviera lista encendí el estéreo y subí el volumen para escuchar “Human Nature” volví con Rebecca y la tome para bailar en la cocina ambos reíamos, intente acercar mis labios a los suyos pero se alejo soltándose de mi.

—No quiero sonar cruel pero te recuerdo que te quiero como mi amigo, no en plan romántico.
—Y yo te recuerdo que no me rindo a la primera, voy a seguir intentando hasta conquistarte.
—Suerte con ello— me dijo palmeando mi brazo.

Se sentía el silencio incómodo yo buscaba su mirada pero ella no dejaba que sus ojos se cruzaran con los míos, terminamos de cocinar y la merienda la pasamos sin decir nada y aunque intentaba hacerla reír a ella no le interesaba supongo que se enfadó.
Por hoy decidí no insistir más y volví a mi apartamento solo como siempre, todo se sentía frío y aburrido y aunque la mayor parte de mi vida la he pasado así no pierdo la esperanza de tener a Rebecca todos los días y noches para ayudar a calmar la maldita soledad.

On The LineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora