On The Line

Capítulo 94.

Demián:

Inicio de semana otra vez, al entrar en los laboratorios la mayoría me da un saludo, en especial la recepcionista principal y yo solo le doy una ligera sonrisa mientras paso de largo hasta la oficina. Tomó el elevador que por suerte está vacío señalo al piso que quiero ir y la puertas se cierran y entre ellas puedo ver como Bianca corre intentando entrar pero no logra hacerlo y yo me burló de ella.

Al estar en el pasillo de mi oficina entro a ella y me encierro para poder trabajar en paz.

Mi móvil suena avisándome que tengo un nuevo mensaje y luego de unos minutos lo tomo para saber de quien se trata y poder contestar.

"Espero que tengas un buen día mi querido pelinegro. Te quiero, besos"
~Rebecca.

Al parecer su enfado conmigo disminuyó y eso me alegra, se ha puesto igual de amorosa que antes y me hace sonreír al leer su mensaje.

"Gracias bella mía. Yo también te quiero y te envío muchos besos más"
~Demián.

Me quedo mirando el móvil como un idiota esperando su respuesta pero Bianca me hace distraerme cuando entra sin avisar con un mal semblante en su cara, es como si quisiera aniquilarme.

—¿Sabes qué debes de tocar antes de entrar a la oficina de tu gefe?— Le digo aún sentado en mi silla. —Y llegas 15 minutos tarde—

—¡Sí gracias a ti!— Me reclama.
—¿Porqué no detuviste el elevador?—

—Yo no le hago favores a nadie— Respondo. —Ahora trae tu cuadernillo y comienza a escribir los pendientes de hoy— Ordenó señalando con una pluma en mis dedos.

Bianca obedece y entra y sale sin tardar demasiado se sienta al otro lado del escritorio y le dicto todo lo que tiene que hacer durante el día.

—Más despacio no soy una maldita máquina— me interrumpe cuando no puede seguir el ritmo de mis palabras.

—Es tu trabajo, si no puedes con eso entonces ahí tienes la puerta puedes irte ya— Hablo dejándo caer mi espalda sobre el respaldo de la silla y veo como ella aprieta la pluma con fuerza.

Bianca me mira aún peor.

—¿Porqué te comportas como un cretino?— comenta entrecerrando los ojos. —Bueno lo eres, pero no deberías aparentarlo tanto—

—¿Y tú porqué haces preguntas tan estúpidas?— replico. —Déjame en paz y ahora ve a hacer tu trabajo, que no te pagan para molestarme—

Veo a Bianca ponerse de pié pero antes me mira como burlándose de mi.

—Parece que alguien no está feliz. ¿Tu adorada novia ya te mandó al carajo?— La veo reírse.

Y yo sonrió de lado.

—Por supuesto que no y eso no pasará si yo no quiero.

—Estás perdiendo el tiempo, tienes más y mejores opciones, algo mejor que
ella— Me dice mordiendo su labio.

—¿Alguien como tú?— Arqueo una ceja.

—Exactamente— Contesta con mucha seguridad.

—No lo creo, tu no eres ni la mitad de lo que ella, tu fuiste solo mi diversión— Digo sin la importancia que Bianca se merece.

—Bueno lo mismo puedo decir de ti— Sigue sonriendo. —Tu tampoco eres la gran cosa, ni siquiera eres tan bueno teniendo sexo y debo decir que me dejaste un tanto insatisfecha—

Bianca soltó una risa y esta vez un poco más escandalosa.

—Eso no me dijeron tus gemidos de zorra el viernes por la noche.