Capítulo 96.

19 2 0
                                    

Rebecca:

Es de mañana, siento un poco de frío así que me acurrucó entre mis sábanas, espero unos 20 minutos más y me levanto cuando Lucía golpea mi puerta diciéndome que tiene el desayuno hecho.

Me ducho y al salir del baño, ni siquiera peino mi cabello cuando ya estoy frente a la puerta de Michael, doy algunos toques pero no me responde supongo que sigue dormido así que lo dejo en paz.

Me siento frente al espejo cepillo mi cabello mientras mi mente se pregunta porqué hice eso, debí haber llamado a Demián antes que nada para desearle un buen día y no a Michael.
Levanto los ojos mirando al techo y suelto un suspiro.
Me apresuro a terminar con lo que estaba y preparo mi bolso para irme, tomo todos los papeles y sobres que están en mi escritorio y lo echo dentro del bolso, no tenía tiempo de organizar y revisar ahora lo haría más tarde si me sobraba tiempo.

—Yo casi termino y tu plato seguro está frío— dice mi hermana cuando me ve llegar a la mesa.

—Lo comeré igual gracias por cocinar me ahorras demasiado tiempo— Contesto sirviéndome café.

—No sé porqué siempre tardas demasiado, ¿que sería de ti sin mí?— Ríe.

—Probablemente me iría con el estómago vacío y casi demayandome— Bromeo.

—¿A dónde iras hoy?— Pregunta llevando su plato al fregadero.

Intento masticar y pasar el bocado lo más rápido que pueda para poder responderle.

—A la empresa como siempre, y a la fundación quiero ver como va todo ahí la verdad he estado muy ausente, y también iré a los laboratorios tal vez cerca de las cuatro de la tarde— Digo enlistando con mis dedos. —¿Porqué?

Lucía tuerce los labios y levanta los hombros despreocupada.

—Déjame ir contigo, no quiero quedarme sola— la miré confundida.

—Creí que te gustaba pasar tiempo con Michael, y con tu novio. ¿En dónde está? ¿Discutieron, y no quieres verlo?

—No, no discutí con él— ella volvió a sentarse en la mesa. —Ellos se fueron por la madrugada—

Levanté las cejas sorprendida y mi semblante cambió.

Michael se había ido y yo ni siquiera lo sabía.

—Creí que se iría hoy por la noche— Comenté. —Se despidió de ti y no de
mí— Susurré con un poco de pesar.

Lucía me miró con pena y yo me sentí excluida, como si no tuviera importancia.

—No, estoy segura que tal vez si lo hizo pero a su manera— Lo defendió.

Traté de reconponerme, no quería que se supiera que me sentí mal por eso, aunque bueno es demasiado tarde para eso.

—Bueno no importa— Dije con mi mejor cara. —Alistate ya, yo no tardo mucho—

Lucía asintió y la vi irse a su habitación supongo, mientras que yo me quedé lavando los platos.

Estaba un poco sentida por que Michael se había ido sin decir nada, y me reclamé a mi misma por sentirme triste, no debía, no tenía por qué.

—¡Ya estoy lista!— Gritó Lucía y yo le sonreí asintiendo.

Lavé mis dientes y seguido salimos de la casa.

Mi hermana me entretenía con una de sus tantas conversaciones y me hacía reír a veces.

Pasamos la mañana en la empresa y ella fue de gran ayuda, y tal vez la uniría a mi equipo de trabajo, juntas vamos a sobrellevar nuestro gran pero al mismo tiempo pequeño imperio.

On The LineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora