Capitulo 57 Los Hijos Del Rey Seiya

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SEGUNDA PARTE:

17 AÑOS DESPUÉS DE LA MUERTE DE LA ENVIADA DE LOS DIOSES:

Ya han pasado 17 años de la "muerte" de Serena, y ya sólo faltaban algunos meses para qué el sello se rompieran y ese ser oscuro llamado de Rubeus se liberará, después de la muerte de Serena las dimensiones se cerraron y los monstruos no habían vuelto a aparecer por un largo tiempo hasta hace poco, tal y cómo Serenity lo hania dicho, cada vez qué se acr el momento, pequeñas grietas se formaban t se lograban liberar pequeños monstruos qué atacan a la gente de nuevo, pero los magos aún seguían con su conversación de proteger a todos, tal y cómo Serena lo hubiera deseado, los Cuatro magos continuaban con sus vidas sirviendo al rey Seiya, quién ahora estaba casado y tenía dos hijos.

-¡Por los Dioses! ¿Dónde se ha metido ese muchacho! - gritó el rey Seiya furioso al no encontrarlo en el castillo.

-Querido no grites, es sólo un joven qué quiere divertirse - expresó Lita.

-¿Divertirse? Por favor lita, los rumores de Mamoru no son buenos ¿Supongo qué ahora debe estar divirtiéndose con mujeres? ¿Eso es divertirse? - cuestionó Seiya.

-Querido no te alteres o te harás viejo - dijo Lita mientras se acercaba a Seiya y acariciaba su rostro.

-Es qué me preocupa Lita, ya está en edad de qué madure, Mamoru será quién me sustituya y no está tomando las cosas con seriedad - dijo Seiya.

-Sabés qué no es así, Mamoru se ha esforzado mucho para no desfraudarte, ha sido el mejor de todos en la escuela de magia, déjalo ahora qué disfrute su juventud, dentro de unos meses cuándo despierte ese ser oscuro no sabemos lo qué pasará - comentó Lita.

El rey Seiya se levantó de su trono y caminó hacía la ventana.

-Es cierto, no sabremos lo qué pasará cuándo enfrentemos a ese ser oscuro, es la primera vez en la historia qué lo enfrentaremos sín la enviada de los Dioses - dijo Seiya.

-Mí amor, no pongas esa expresión, Serena no me hubiera gustado vernos tristes después de 17 años - expresó Lita.

-Otra vez tienes razón Lita, no sé qué haría sín tí - dijo Seiya.

Ambos se acercaron y se dieron un tierno beso hasta qué la presencia de alguien se hacía anunciar.

-¡Padre! ¡Madre! Saludos - dijo Lizzy.

-Oh, aquí está mí querida princesa - expresó Seiya.

El rey Seiya se acercó a su hija y le dió un beso en la frente.

-¡Padre! - murmuró Lizzy.

-¿Qué ocurre mí pequeña? - preguntó Seiya.

-Ya ni me llames así, ahora soy toda una mujer - se quejó Lizzy.

-¿Qué? - el rey la miró con cara de no creerlo.

-Querido, a lo qué Lizzy se refiere es qué ya está en edad de casarse al igual qué su hermano - comentó Lita.

Lita trató qué Seiya se calmara, sus hijos estaban en una edad difícil y eso lo atormentaba cómo padre.

-¿Y a qué viniste hija? - preguntó Lita.

-Ah sí, es cierto madre, he oído qué han concertado una reunión con varios nobles de todos los reinos ¿Eso es cierto? - indagó Lizzy.

-¿Querido? - preguntó Lita sorprendida.

-Así es, lo siento Lita pero sí te lo decía, te hubiera opuesto a eso - respondió Seiya.

-¡Por supuesto! No estoy de acuerdo qué quieras comprometer a nuestro hijo a la fuerza, sabés qué Mamoru se va a negar - Lita lo regañó.

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