Capítulo 3. Decisiones.
A cada paso que daba, me arrepentía de haber entrado. Pero a Eve se la veía tan entusiasmada que no tuve valor de echarme atras. Caminabamos las dos. Yo, agarrando las maletas. Ella, agarrando mi brazo, y mi inseguridad a partes iguales.
Los chicos que había visto antes en el jardín ya no ocupaban sus respectivos sitios, sino que se movían hacia la entrada del edificio. Las chicas, sin embargo, permanecían jugando a las cartas.
-¿Es la primera vez que vienes?
La miré y afirmé con la cabeza. Lo intuía. Eve ya había estado en el internado antes. Por eso tenía tanta pinta de pertenecer al sitio. Encajaba perfectamente con el prototipo del alumna perfecta.
Eve miró a un lado, pero no me dió tiempo a ver que miraba antes de que cambiara de objetivo, posando los ojos en el suelo. Me dí cuenta de que ya no sonreía tanto como antes. De hecho, no quedaba ni un resto de su antigua felicidad en su casa.
-No te preocupes; seguro que rápido te empieza a gustar esto. Ya verás. Todos decimos lo mismo al principio, y luego... Este es un lugar fantástico, ¿sabes?
Un ligero acento francés sobresalía en ella cuando decía frases largas. Pero de manera muy ligera. Su inglés era casi perfecto.
Sí, seguro que me iba a gustar. Seguro que iba a ser fantástico, como ella decía. Seguro. Aún no siendo como ninguno de ellos.
-Eso espero.
A continuación, todo sucedió muy rápido. La lluvia empezó a caer, y aminoré el paso. Sin pensar. Agarrando las maletas y corriendo a través de todo el jardín, hasta llegar a la puerta. Eve la abrió, y ya no hubo vuelta atras. Nos metimos en el interior del internado.
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Solo un paso.
Roman d'amour¿Es cierto que solo hay un paso del amor al odio? Si es así, a Bianca no le resulta tan sencillo. Carlos es el chico popular, cínico, psicópata manipulador, maleducado; aunque tiene dos grandes virtudes bajo esa fachada: es leal, y tiene un coraz...