Capítulo 91. So tell me when you're gonna let me in.
Sonreí, sin saber muy bien qué decir. Axel, de una manera o de otra, siempre me dejaba sin palabras. Era increíble en eso.
Me separé por fin de él, y terminé de comer. Sabía que me estaba mirando, pero no le daba importancia. Seguro que se estaba riendo de mí comportamiento.
-Te has separado.
Me miró con cara triste, y se levantó en un instante, rodeando la mesa hasta llegar a mí, y sentarse a mi lado en el banco. Luego me dio un pequeño abrazo, y volvió a su sitio. Yo reí por su ocurrencia.
Axel era una persona impulsiva, lo iba pillando. Tenía una forma de ser un tanto peculiar, pero se dejaba llevar. Eso era una de las cosas que más apreciaba de las otras personas, puesto que mi mente calculadora no me dejaba hacerlo.
-Pero que sepas que soy un tío duro, ¿eh? Espero que no me haya visto nadie. Ya sabes... Por la reputación y eso.
Me quedé un poco con la boca abierta, antes de empezar a reír desconsoladamente. Definitivamente no era un 'chico duro' si decía eso. Seguía siendo achuchable, y punto.
Negué con la cabeza, y me terminé la comida. ¡Él aún no había empezado! Señalé su plato con un gesto de falso enfado, torciendo la sonrisa.
-Ya, claro. Ala, come.
Me puse sería de repente, pero por dentro seguía riéndome. No se me ocurría nada más que decir. Me había desarmado con lo que había dicho él.
-Vale, mamá.
'Mamá'. Así también me había llamado Carlos en una ocasión. Dios, es que no podía hacer más que recordarle, ¿o qué? Esto era una mierda.
Sonreí con falsedad, e intenté escabullirme de la situación. Cambiar de tema. Lo más rápido posible, porque si no, no pararía de pensar en él.
-De nada, Axel. ¿Hacemos algo esta tarde?
Me extrañaba que esa frase hubiera salido de mi boca, pero tampoco era que me arrepintiera de decirla, o nada por el estilo. En fin... La verdad es que tampoco tenía nada mejor que hacer, que no fuera hacer los deberes por una vez, por supuesto.
-Emm... ¿Ya quieres que te enseñe los baños?
No pareció ni tener tiempo para pensarlo, cuando asintió convencido, y puso su sonrisa pícara. Oh. Era para ponerse a reír y no parar.
Era un jodido descarado. Pero es que... ¡Tenía unas ocurrencias! Madre mía, cada vez que me acordaba de la situación cuándo le pregunté por los baños...
- En realidad, pensaba más en dar una vuelta o así... ¡Por el jardín!
Bajé la mirada, avergonzada sin saber muy bien por qué. Contra todo pronóstico, puso una mano encima de la mía, e hizo que le mirase. Tenía una sonrisa lobuna.
-Oh, me siento herido. Bueno, pero una vuelta por el jardín puede terminar en los baños, ¿no?
Me di un golpe en la cabeza con la mano, en un gesto exasperado. ¿Qué se creía diciendo eso? Quería que me sonrojara, pero realmente es que lo estaba hacía ya rato. Podía llegar a ser muy puritana cuando me daba la vena. Excepto un día antes, que había llegado a pensar en acostarme con... ¡Deja de pensar en eso!
-No.
Mi respuesta fue rotunda, aunque no sabía muy bien a quién iba dirigida. A Axel, por supuesto. No estaba tan loca como para contestar a mi conciencia, no.
-¿Prefieres que sea en mi cuarto?
Y dale. Ya estaba bien de reírse de mí, ¿no? Él solo sonreía sin parar. ¡Ni en los jardines, ni en su cuarto, ni en ningún sitio! ¡Joder!
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Solo un paso.
Romance¿Es cierto que solo hay un paso del amor al odio? Si es así, a Bianca no le resulta tan sencillo. Carlos es el chico popular, cínico, psicópata manipulador, maleducado; aunque tiene dos grandes virtudes bajo esa fachada: es leal, y tiene un coraz...