Capítulo 19.

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Capítulo 19. Ella.

Una chica se dirigio hacia nosotros, con cara de pocos amigos. Ella no parecía tímida. Parecía verdaderamente enfadada. Como si estuviese... no sabía cual era la palabra. No la conocía de nada, y ya tenía la sensación de que no la caía demasiado bien. Intente ignorarla mientras no se me acercara.

Se aproximaba a nosotros cada vez con más rapidez, lo que me impidió el no fijarme en ella. Parecía extasiada por algo, y no llegaba a entender el qué. Iba vestida de manera... poco convencional. Una camiseta sin mangas, y una falda, quizás demasiado corta para mi gusto.

-¿Y bueno? ¿Qué, Dani, ya me has reemplazado?

Me miró directamente. ¿Qué? Yo no entendía absolutamente nada. ¿De qué estaba hablando? Desde luego, no era una presentación, sino más bien una declaración de guerra. ¿Le había reemplazado? ¿Dónde?

-Nadie sería capaz de reemplazarte, Lizz. Pero si de olvidarte.

A continuación, Daniel esbozo una sonrisa. Yo seguía sin entender gran cosa. ¿Reemplazarla dónde? ¿Olvidarla? Además, no me fue indiferente que Daniel cambió el registro de voz a uno más... menos inseguro. En las dos veces que habiamos estado juntos, nunca había hablado de manera tan seria.

-Tú, bonita. Ni te acerques. Es más, aléjate de él. No se si lo entenderás, pero me da igual. Daniel, esto.. él es mío.

Se dirigía a mí. ¿Pero qué coño estaba diciendo? Daniel me caía bien, y no me iba a distanciar de él, solo porque ella me lo dijera. Aunque solo nos hubieramos visto dos veces, era una persona a la que merecía la pena conocer, y por tanto, quería hacerlo.

-¿Qué? ¿Perdona, que no he oído bien?

Me levanté, para ponerme a su altura, subiendo los dos escalones que había bajado desde la tercera planta. Era algo más bajita que yo, pero había algo en ella que lograba intimidarme. Aún así, no le iba a dar el gusto de hacerselo ver.

-Lizz, puedo estar con quién quiera, y cuando quiera. Lo sabes. Tú y yo, ya no estamos juntos. No sé si recuerdas el por qué.

¡Así que se trataba de eso! Daniel parecía sinceramente enfadado con ella. Se levantó y se situó a mi lado. Algo me decía que yo no debía estar allí, pero me habían implicado en el momento en el que la chica había empezado a meterse directamente conmigo.

Me di cuenta de que había retrocedido unos pasos. ¿Tenía miedo de mí? No, de él. Porque se le veía realmente nervioso con esa situación.

-Escuchame, Dani. Tú... no te puedes simplemente haber olvidado de mí... No... no es posible.

Me reí en mis adentros. Esa situación era bastante graciosa. La chica balbuceaba en un idioma que era ininteligble. Además, sabía que todas y cada una de sus palabras, iban directas a mí.

-Lo hice. Y debes recordar el por qué, como ya te he dicho.

Esa conversación se había turnado un tanto más privada, así que decidí irme de allí. Ya hablaría con Daniel más tarde. Sobre su actitud con ella, y sobre que me hubiera defendido. Cada vez me caía mejor. Pero esa chica... esa chica no sabía dónde se había metido. También hablaría con ella después, pero de otra manera muy distinta.

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