Capítulo 59. Tonight, take me to the other side, and now kiss me like is do or die.
Carlos se separó de mí lentamente. Yo aún no estaba preparada para nada más que los besos con él, y lo sabía. Parecia no importarle demasiado, aunque creía que le molestaba igual. Pero no podía hacer nada, ni siquiera estábamos saliendo; como él había dicho momentos antes. Y aunque lo estuviesemos, tan solo llevariamos un día juntos. Todo iba demasiado rápido.
-Eh. Venga, a clase.
No me quería separar de su lado. Además, ya nos habíamos perdido una hora; en mi caso Física; y por otra hora no pasaría nada. O eso pensaba, porque todo carecía de importancia cuando estábamos los dos juntos.
-No, quedémonos un rato más.
Sinceramente, me sorprendía que aún no hubiera llegado nadie a la clase. Vale que hubieramos estado tiempo del recreo, pero dudaba que durara tanto tiempo como parecía que habíamos estado.
Carlos me miró extrañado, al principio. Luego solo me dedicó una de sus medias sonrisas, con su típica expresión pícara. Oh. Esa mirada era... sencillamente provocativa. Y me hacia querer besarle de nuevo, aunque ya sentía los labios entumecidos por el tiempo que habíamos pasado juntos.
-¿Un rato más? ¿Cuánto más?
Me agarró de la cintura, y me bajó de la mesa. Jo. No había conseguido convencerle. Tenía que haberle retenido, besándole. Dios, es que necesitaba estar con él. ¿Pertenencia? Podía ser. Nunca me había sentido tan atada a alguien.
Curvé mis labios en una sonrisa, y le abracé. Con todas mis fuerzas, como si no quisiese dejarle escapar... nunca. Necesitaba eso. Estar así con él. Siempre. Le quería a mi lado, por los dos días fantásticos que habíamos pasado juntos.
-Mucho. Todo el tiempo del Mundo.
Se rió; y no pude evitar sonreir también. Es que era un sin sentido, pero lo decía porque era lo que me apetecía. Realmente me apetecía quedarme a su lado. Con sus besos, con sus abrazos, con sus ojitos verdes. Hacia poco le había dicho que le quería, y ahora no estaba tan segura de que hubiese sido a la ligera.
-Bueno, creo que tenemos ese tiempo. Me encantas, Bianca. Espero que nunca te canses de mí. Al fin y al cabo... soy el psicótico-manipulador de el que estás enamorada, ¿no? Y si te sirve de algo, bonita, me pones mucho.
Oh, madre mía. Si que había oído mi 'te quiero'. Me ruboricé un poco, pero pronto me calme, porque yo lo había pronunciado, y debi haber sabido las consecuencias. Al menos, no había sonado nada mal en su boca. Enamorada del psicópata-manipulador, ¿podía ser? No estaba segura, pero no pensaba reconocerlo nunca más.
Sonrió al verme ruborizada, pero yo lo ignore y me puse a pensar en lo otro que había dicho. Dios, Carlos siempre tenía que estropearlo todo. Había dicho palabras tan bonitas que casi se me habían caído las lágrimas. Jamás un chico me había dicho algo como eso, aunque estuviesemos saliendo juntos. Pero lo jodió todo con lo último. Bueno, ¿qué más daba? Yo no me atrevería a confesarlo, pero él también a mí.
-Sigues siendo un chulo.
Me abrazó de nuevo, y me dio un suave beso en el pelo. Yo hubiera preferido que fuera en los labios, aunque simulaba estar enfadada por lo que había dicho. Él rió contra mi cuello, y yo volvi a sonrojarme. Idiota, debes aprender a controlarte.
-Tu chulo. Pero bueno, dejemoslo aquí que no quiero que te pierdas más clases. Y no rechistes, o te tendré que volver a poner encima de esa mesa, y creéme, ya no habrá nada que me detenga. Ni siquiera tus valores.
Dios, Dios, Dios. Eso sonaba como una amenaza... muy excitante. Me encantaba esa faceta suya de decir las cosas sin ningún pudor. Me separé lentamente, y me coloque el pelo a un lado del cuello, dejando el otro libre. Vale, aceptaba no más besos, pero esto no iba a quedar así.
-Quizas Daniel sepa apreciar lo que tú rechazas, o Axel, no sé, no sé. Bueno, porque ahora eso es lo que somos, ¿no? Una relación "abierta". Y no creas que estoy de acuerdo, pero pienso disfrutarlo.
No. No estaba nada conforme con lo que él me había propuesto. Como había dicho, era mío, y no iba a dejar que nadie le tocara, no al menos de la forma que yo lo hacía.
Me separé aún más de él, e intentó retenerme. Pareció molesto, pero no me importo. Camine hacia la puerta sonriendo.
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Solo un paso.
Romance¿Es cierto que solo hay un paso del amor al odio? Si es así, a Bianca no le resulta tan sencillo. Carlos es el chico popular, cínico, psicópata manipulador, maleducado; aunque tiene dos grandes virtudes bajo esa fachada: es leal, y tiene un coraz...