Capítulo 53. I can't believe that.
Carlos me miró serio, y actúo de manera poco convencional, al menos para él. Estaba enfadado por lo que había pasado, podía verlo. Y no me gustaba nada su expresión. ¿Le habría cabreado tanto? Pero no entendía si era por mí o por Eve. Porque yo no había hecho nada, ¿no? Al fin y al cabo; todo fue su culpa.
-Pues vas a hacerlo, si quieres que sigamos... bueno, ya sabes. Porque no puedes pretender que te vea así, tan jodida por mi culpa. Porque lo que Eve te ha hecho... ha sido por eso. Y si tú no puedes simplemente ignorarla, prefiero que lo dejemos, para que no sigas haciéndote daño a tí misma.
Me mordí las uñas, me había soprendido mucho su reacción. Pero no quería que eso pasase. No quería dejarlo con él, tras solo un día de estar juntos. Tras demostrarme que era una muy buena persona, que se merecía que le quisieran. Y lo peor es que sabía que tampoco podría ignorar a Eve, porque siempre estaría ahí para joderme. Pero solo el tiempo que estuviera con Carlos. Las cosas serían aparentemente más fáciles, aparentemente, pero yo me cegaría por completo en la soledad, ya que no tenía a nadie más.
-No quiero... eso. Te juro que no quiero eso.
Me acerqué a él, y le bese rápido, con miedo a que se separara. Pero eso fue lo que ocurrió, tras solo unos pocos segundos. Y yo no pude evitar llorar, porque me miraba tan distante y tan frío... No quería separarme de él. No, porque era lo mejor que me había pasado desde que había llegado, y me atrevería a decir que desde algo antes. No trate de ocultar las lágrimas, que resbalan incesantes por mi rostro.
-Pues entonces, dime que olvidaras a Eve. No puedo ver como te autodestruyes, porque eso es lo que haces en momentos como antes. Bianca, ¡te podían haber expulsado!
Ahora que lo pensaba, tenía razón. Me había arriesgado mucho. Pero es que estaba acostumbrada a defenderme, al menos de las chicas. Porque era tal la rabia que sentía contra Eve ahora, que ya no me hubiera importado hacerla verdadero daño. ¿Pero qué decía? Yo nunca había sido violenta, jamás se me hubiera ocurrido actuar de la forma que había actuado. No. Porque yo no era así, no hasta llegar al internado. Había cambiado por completo.
-No puedo elegir. Quiero estar contigo, pero me duele que Eve me diga esas cosas, y si no la digo algo, no parará.
Carlos se acercó a mí con un leve movimiento, y me besó en el moflete. Nunca había hecho eso. Y no era una sensación buena, porque temía lo que pudiese pasar a continuación. Seguía pareciendo enfadado, aunque su semblante se había relajado un poco.
-Pues entonces está todo dicho. Avísame si algún día decides que harás lo que te he dicho. Porque mereces la pena, Bianca. Te lo aseguro.
Se marchó lentamente, y yo me quede completamente paralizada. ¿Qué acababa de pasar? ¿Se había terminado? ¿Me había dejado sin más? No me lo podía creer. Y por una tonteria, que era lo peor. Podía simplemente haberle mentido, haberle dicho que no causaría más problemas. Y esto no se habría acabado, no por mi culpa.
-Carlos, espera.
Pero ya no tenía sentido intentar retenerle, porque ya se había ido. Habría debido pensar desde el principio, y haber decidido detenerle antes. Dejaba escapar a una de las mejores personas que había conocido. Porque Carlos era un chico con una careta; cínico y manipulador por fuera; y leal y cariñoso por dentro. Nunca volvería a estar con alguien tan especial.

ESTÁS LEYENDO
Solo un paso.
Romance¿Es cierto que solo hay un paso del amor al odio? Si es así, a Bianca no le resulta tan sencillo. Carlos es el chico popular, cínico, psicópata manipulador, maleducado; aunque tiene dos grandes virtudes bajo esa fachada: es leal, y tiene un coraz...