Capítulo 75. You're going to miss me when I'm gone.
Después de que Carlos se enfadara, y se fuera sin poder contestarle, las clases pasaron bastante rápidas. Sobretodo para mí, que las pasé pensando en lo que me había dicho. Pero vamos a ver, ¿acaso se cree que Axel es mejor que él? ¡Venga ya! Pero... ¿Es que no se da cuenta o qué? Y ahora encima estaba enfadado... Pues vale. Joder, que mierda de día.No había visto a Eve, ni siquiera a Humprey en todo el día. Y menos mal, al menos no había tenido que enfrentarme a nadie, hoy. Con lo de Carlos ya había tenido más que suficiente. Con eso, y con los deberes que tendría que hacer por la tarde, que me habían mandado en la hora de Química.
Marion me detuvo cuando iba andando para el comedor, y me abrazó de nuevo. En cierto modo, si que me recordaba en algo a Evelyn, aunque desde luego, no parecia ser tan... tan como ella. Al menos no me había dicho nada de Carlos, ni siquiera si era guapo. Bien, respetaba eso.-¿Qué tal las clases? Me tienes que contar más de ese... chico especial, ¿eh?
Já. Cómo hubiera más que contar. Ya se lo había dicho todo. Y recuerdo perfectamente su indiscrección al gritar en alto que estaba... bueno, sí... enamorada. Aún me daba miedo solo el hecho de pensarlo. Y más de que se hubiese enterado toda la clase.
-Bueno, pero es que no hay mucho que contar, la verdad. Ahora se ha enfadado conmigo... porque quizás he hecho una tonteria... algo... bastante grande...
Ouch. Mis palabras no habían podido retenerse, y eso que no estaba pensando en decirselo. Quizás mi inconsciente solo se hubiese dado cuenta de que necesitaba contárselo a alguien. Necesitaba desahogarme, y que Marion estaba allí para escucharme.
La miré, y ella solo me observaba callada. Con los ojos muy abiertos, como antes. Probablemente no debería haberselo dicho... Pero era lo más parecido que tenía a una amiga dentro del internado, ¿no? Oh. Mierda, mierda, mierda.
-¿Qué ha pasado?
¿Qué qué había pasado? Que la había jodido, pero bien. Pero es que lo único que había querido desde un principio era que Carlos... sí, había pretendido que Carlos tuviese celos, al igual que yo los tenía con cualquier chica que se le acercaba. Pero había sido una tonteria, y de hecho, lo mejor que podía haber hecho era directamente no haber aceptado salir el viernes de mi cuarto, Ni siquiera que él eligiera mi pareja, porque aunque yo pudiera elegir la suya... eso suponía que le tendría que ver con alguien más. Y ahora probablemente no solo tenía que hacer eso, sino que a quién vería sería a una de las muchas a las que les gustaba... abrazada a él. Y probablemente también muchísimo más guapa que yo. ¡Joder!
-Otro chico me ha pedido que vaya con él el viernes... y le he dicho que sí.
Solté una risa nerviosa, y seguí caminando según avanzaba la fila. Marion había puesto una cara totalmente inexpresiva, y yo me quedé blanca al verla. Oh, ahora solo faltaba que Marion me llamara jilipollas. Porque no estaría muy equivocada.
-¿Se ha enterado?
Siguió hablando mientras entrábamos por fin en el comedor. Estaba llenísimo, aunque yo solo pude fijarme en una mesa al final de la sala. En unos ojos color miel, exactamente. Cualquiera lo hubiera pasado por alto, y no se hubiera fijado. Cualquiera que no fuera yo.
Oh, mierda. No quería mirarle ahora. No me creía con valor suficiente como para hacerlo después de lo que me había dicho en Biología. Cogí una bandeja, y la comida; y me fui a sentar con Marion en un sitio que quedaba libre... dos mesas por delante de ellos. Por suerte, me pude sentar de espaldas a él. Casí había olvidado mi conversación con Marion.
-Carlos... sí, lo ha hecho.
Marion miró algo por encima de mi vista, y recé para que no estuviese mirando... lo que suponía que estaba mirando. Dios, Dios, Dios.
Marion señaló con el dedo, indiscretamente; y me giré a ver a quién... Sí, quién me temía. Pestañeé un par de veces, y giré mi cabeza rápidamente. Carlos seguía mirándome.¿Qué era lo que pretendía? Desearía volver al pasado, y poder cambiarlo todo. Empezando por lo que le dije a Axel. ¿Qué rídicula idea se me pasó por la cabeza al decirle que sí?
-¿Era ese, no? ¿El que no te quita los ojos de encima?
¿Tenía que preguntarlo? ¡Ya lo sabía! Aún así, afirme con la cabeza, tratando de parecer cuerda. Y se volvió a girar hacia él, ¿Siempre era así? ¿Por qué hacía eso? Hacía que todo el Mundo se enterar de lo que hablabamos, o lo que pensabamos. Genial, Marion, genial.
-Espera aquí.
Marion se levantó de la silla, y yo intenté retenerla. Solo me miró sonriendo, y fue hacia él. Yo intentaba hacerme diminuta en cuanto se alejó de mí. Oh, no. Esto no podía ser bueno. Por supuesto que no lo era. ¿Qué coño le había impulsado a levantarse? Por muy "amiga" o compañera mía de cuarto que fuera, ¡no podía hacer eso! Y para colmo, que Carlos no quería que se enterase nadie. Lo iba a arruinar todo... lo que quedaba. ¿Qué pretendía hacer?
Me llevé las manos a la cara, y oí unas risas detrás mía. ¿Qué narices estaba...? Me giré un segundo, y lo que vi me dejó anonadada. Vi cómo Marion daba un beso a todos los que estaban sentado en su mesa. ¿Qué coño...? ¿Se estaba presentando o algo? Carlos se levantó de su mesa, y la dio un beso también. Entonces se sentó a su lado, y vi cómo empezaban a hablar entre ellos.
Comí un poco de lo que había cogio, y tomé una decisión mientras seguía mirándolos. Como Marion no volviera en cuestión de dos minutos, iría a por ella yo misma. Y que me explicara de qué había hablado con ellos, y por qué siquiera había ido a su mesa. Carlos no me iba a perdonar esta, y yo no sabría cómo suplicarle. Joder, querría estar con él ahora mismo. Maldita Eve.
Miré otra vez, y vi cómo Marion venía hacia mí. Y menos mal, porque si no, la hubiera traido yo misma de los pelos. Me debía bastantes explicaciones. Solo se agachó a mi lado, y me sonrió calurosamente, mientras yo la miraba con furia. Me dejó una servilleta sobre la mesa. ¿Qué? ¿Para qué narices iba a querer yo una servilleta?
-Para tí. Es... bastante simpático. Y me gusta su amigo Derek. Un montón.
Seguía igual de confusa, y seguía mirándola con rabia. No lo podía evitar. Necesitaba saber qué había hablado con ellos, y si ya estaba todo perdido por su culpa.
-¿Quién es ese? ¿Por qué me das esto? ¿Qué ha pasado?
Sonaba como una psicótica loca. Y comprendí perfectamente que Marion se alejara de mí un instante; lo que no entendí muy bien fue el por qué se volvió a acercar, y puso la servilleta en mis manos, aún sonriente. Se acercó a mi oído.
-Tú limitate a leer la servilleta, que estoy intrigada por saber lo que pone.
Marion se sentó en la mesa, y yo me quede un poco paralizada. ¿Qué leyera la servilleta? ¿Desde cuándo...? Daba igual, persistí, y terminé abriéndola con cuidado, buscando algo... que no sabía qué era. Pero todas mis dudas se disiparon al ver algunas palabras escritas... con la letra de Carlos.
~Puedes venir tú misma. No hace falta que pidas esclavas. ¿Qué tal con Axel? ¿Es tu nuevo novio? Nos vemos a las tres, en tu cuarto.~
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Solo un paso.
Romance¿Es cierto que solo hay un paso del amor al odio? Si es así, a Bianca no le resulta tan sencillo. Carlos es el chico popular, cínico, psicópata manipulador, maleducado; aunque tiene dos grandes virtudes bajo esa fachada: es leal, y tiene un coraz...