Capítulo 105.

700 37 13
                                        

¡Lo siento mucho por tardar tanto! La inspiración no ha sido mi amiga este mes, y realmente quería escribir a cada rato... pero no tenía ideas. 

Este capítulo no es de lo mejor que habéis leído, lo sé, pero lo he escrito con mucho cariño para vosotros, para no haceros esperar más.

¡Feliz verano a todos!

*****************************************************

Capítulo 105. I'm a man.

No me gustaba nada que se echase tanto por tierra, pero lo dejé pasar; ya tendríamos esa conversación más tarde. Daniel no era mejor que él, ni mucho menos; aunque tuviese mejor temperamento. Aparte, Yo seguiría haciendo lo que me diese la real gana: ya fuese ser amiga de Daniel, o de Axel, o de cualquier otra persona... Incluido Humprey. Que no era el caso, pero podría si así lo quisiese.

Cuando acabamos de cenar, subí con él a su cuarto. Él se detuvó a unos metros de su puerta, y me miró expectante. Me encantaba su sonrisa cuando lo hacía... Siempre.

-¿Ya quieres repetir...?

Sonreí ante su ocurrencia, y él sacó la llave de su bolsillo, para abrir la puerta. No estaba pensando en eso ahora. Una vez, para ser la primera, era más que suficiente para mí.

Abrió la puerta, y yo le empujé dentro conmigo. Él me agarró de la cintura.

-Bésame.

Quizás había sido demasiado directa, pero todo había cambiado demasiado, y en menos de una sola semana. Había que aprovechar el tiempo, y yo me había dado cuenta tarde de eso; así que ahora me tocaba disfrutar todo el tiempo que pudiese.

Carlos tiró de mis caderas, hasta que nuestros cuerpos se rozaron. Entonces, fui yo la que tomó la iniciativa y le besó. No era la primera vez que lo hacía tampoco.

-Sabes bien.

Notaba como nuestra relación había cambiado mucho desde que estuvimos juntos, y también podía sentir que parte de la vergüenza, se había esfumado por completo. Esta mañana había sido demasiado abrumador.

-Pues he cenado lo mismo que tú. -Otro beso- Así que me dirás...

Me empujó hacia la cama, lentamente y a traición. Luego yo caí sobre él, tumbada.

-¿Qué es lo qué pretendes?

Sonreí en sus labios, sabía que me estaba volviendo loca.

-¿No es obvio?

¿Qué? Me hice la desentida, y negué con la cabeza. No tenía solución alguna.

-No lo es.

Arrastró un palmo arriba la falda de mi uniforme con su mano, como si no me fuera a enterar de nada. No pude evitar reírme, y posé mis labios en su cuello. Le dí un par de besos rápidos, y luego pise mi cabeza sobre el codo para mirarle. En este momento, era perfecto.

-Pues quiero que... -suspiré agitadamente- Mi chica...Me siga besando.

Y perdí la poca cordura que me faltaba, con esas pocas palabras. Me alcé sobre él, y puse las manos sobre su cadera. Él se quitó la camiseta.

No es que fuéramos a llegar más lejos, pero verle semidesnudo era una de las cosas más excitantes que una chica cuerda (o no tan cuerda) podía ver en su vida.

Carlos me miró sonriente, y susurró contra mis labios.

-Te toca a ti.

¿Qué? ¿Era una orden? Una cosa era que fuese silenciosa, como la mía; y otra cosa que directamente fuese capaz de decirlo, sin ningún tipo de reparo.

Solo un paso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora