Capítulo 47. Return to the past.
Carlos estaba sentado encima de mí, haciéndome cosquillas en la espalda. Yo reía sin parar, pero seguía teniendo ganas de besarle. De abrazarle. De que se quedara a dormir conmigo, en vez de mi compañera de cuarto. Hacia tan solos unos minutos estabamos... y ahora todo había cambiado. Ambos nos hallabos semidesnudos, aunque yo tapada con el top.
-Para ya, oght.
Reía desconsoladamente, casi sin respirar. Había logrado averiguar mis puntos débiles, y ahora me tocaba a mí. Me giré rápidamente, de manera que no le di siquiera tiempo a retenerme. Él quedó ahora debajo de mí, pero bocarriba. Casí lo prefería así. Me acerqué despacio, y arrime mis labios a los suyos. Él los atrapó antes de que reaccionara.
-¿Te he dicho que me encanta que me beses?
Sonreí, y empecé a tocarle el pecho con los dedos. Firme, y trabajado, sin duda. Pero eso no impedía que le encontrara las cosquillas. Así que explore arriba y abajo de la zona donde antes había estado su camisa. No hubo resultados, pero sí volví a besarle.
La puerta se abrió violentamente, sin darnos tiempo a cambiar de posición. Carlos sonreía, pero yo me había quedado sin palabras. No sabía qué hacer, cuando vi a mi compañera de cuarto parada en la puerta, muy asqueada.
-¿Ves? Ya sabía yo que eras una cerda. ¿Cómo se te ocurre? ¿Y si hubiera llegado después? ¡Oh! ¡Salgan! De esto se tiene que enterar el director, oh sí.
Empezó a reir, y salió por la puerta. La situación era avergonzante, vale, pero no debía haberme llamado así. Nunca me habían llamado así. Una lágrima se volvió a deslizar por mi mejilla, pero esta vez fue seguida de otras tantas. Carlos me vió, y me abrazó cariñosamente.
-Eh. No llores, ¿vale? Y no te preocupes, que se lo diga a quién quiera. Oye. No estabamos haciendo nada malo. Y ni puto caso a eso que te ha dicho, que sé por experiencia que solo se estaba definiendo a sí misma.
Me abracé más fuerte a él, y él me estrechó entre sus brazos. Era una sensación cómoda, pero no iba a hacer que olvidara lo que había pasado. ¿Por qué había dicho que se definía a sí misma? ¿También la conocía? Daba igual. En cierto modo, ella tenía razón, y ya eran dos personas las que me lo habían dicho. ¿Por qué si no había empezado a salir con Carlos, tan solo un día después de conocerle? ¿Tan solo un día después de odiarle?
-Carlos... esto... está mal.
Intenté separarme de él, pero no hubo manera. No dejaba que me escapase. Pretendía darme seguridad, pero lo único que me creaba era más dudas. Había roto mis principios, aquellos que había seguido durante tanto tiempo. Todos y cada uno de ellos. Y únicamente por él. Por Carlos. Era de locos.
-¿El que está mal? Vamos a ver. Yo te gusto, tú me gustas... ¿Qué hay de malo en eso? Quiero que te enteres de algo, Bianca. Me da igual lo que pienses. Yo no voy a dejar que esto se acabe, no, sabiendo que te gusto. ¿Sabes por qué? Porque eres lo mejor que me ha pasado en días. Eres preciosa, dominante, impulsiva, posesiva, celosa, ¿quieres qué siga? Eres perfecta, sino fuera porque has ido a caer en las garras del psicótico manipulador.
¿Cómo lo sabía? Que yo supiera, no se lo había dicho a nadie. Daba igual, él si que era perfecto. Por todo lo que me había dicho. Y tenía toda la razón, nadie podía juzgarlos por salir juntos. Porque eso es lo que se hace cuando hay atracción. Porque él también era lo mejor que me había pasado desde que llegue. Porque a partir de ese momento, él era mi cínico, psicópata manipulador. De nadie más.

ESTÁS LEYENDO
Solo un paso.
Romance¿Es cierto que solo hay un paso del amor al odio? Si es así, a Bianca no le resulta tan sencillo. Carlos es el chico popular, cínico, psicópata manipulador, maleducado; aunque tiene dos grandes virtudes bajo esa fachada: es leal, y tiene un coraz...