Capítulo 4. Observaciones.
Ya no podía hacer nada, salvo permanecer donde estaba. Me encontraba en un lugar bastante parecido a un salón, con una gran escalera situada en su centro. La barandilla que servía de sujección aparentaba ser de mármol, lo que demostraba la gran clase del lugar. A mi alrededor, sillones color caoba, una estantería, y unas cuantas puertas.
Apenas había dos chicos hablando cerca de nosotras. ¿dónde estaba todo el Mundo? ¿No deberían estar por allí? Al menos alguien, no sabía. Nada me extrañaba más que no ver a ningún grupo de alumnos merodeando por las escaleras o sentados en los sillones. Era todo muy extraño.
-¿Qué? ¿Te gusta? ¿Tu primera impresión ha sido buena?
No, no me gustaba nada. Pero me obligue a mi misma a mentir, por una buena causa. Para no decepcionar a la única persona que se había acercado a hablar conmigo. Para no arrebatarle esa sonrisa que acababa de recuperar.
-Sí. Es precioso, Eve.
Ella me abrazó, y siguió caminando hacia el ala izquierda del vestíbulo. Allí, había un folio con los nombres de los respectivos alumnos que ocuparían el inetrnado ese año escolar; y las habitaciones que les correspondían. Su nombre estaba tercero en la lista, habitación 13A de la segunda planta. Pareció alegrarse de que la hubiera tocado compartir cuarto con una tal Nohemi. Miré la lista, pero no ví mi nombre por ninguna parte.
-No, cielo. Tu lista está al lado de la escalera.
Me dirigí hace la pared de enfrente, donde había un papel amarillo claro, que tenía la lista de los alumnos nuevos. Eramos pocos, apenas unos doce. Busque mi nombre. "Bianca Laurence; diecisieis años, habitación 24B, tercera planta. Aula 10-2, tres y media". No entendí muy bien esto último, aunque supuse que era una cita con el director para una presentación o algo.
Camine hacía Eve de nuevo. Parecía más extasiada incluso que antes. No entendía su estado de tanta felicidad, aunque me alegraba por ella. Me había caído muy bien desde el principio.
-¿Qué? ¿En qué habitación te toca?
Muy lejos de ella. ¿Por qué? ¿Por qué no podía compartir habitación con la persona aparentemente más simpática de la escuela? No quería pensar en ello, porque solo me acarrearía una decepción. A las demás personas yo no les iba a caer bien, lo sabía. Esa era la única verdad, mi verdadero futuro me destinaba a estar completamente sola en la escuela.
-En la 24B. Es la tercera planta.
Eve hizo una mueca de orgullo. ¿Qué pasaba? ¿Era algo malo estar en la tercera planta? Estaba bastante preocupada por la respuesta que pudiera venir, si le preguntaba. Debió de ver mi cara de desilusión, porque masculló algo que no logré entender.
-¿Estás de broma? ¡Es la mejor planta!
Un suspiro. Solo era eso. Aunque no me lo creía, era un alivio. La mejor planta. Já. En ese lugar no podía haber mejores plantas.
-Ey, que sigo aquí, Bianca... Anda, sube a dejar las maletas, y a ponerte cómoda. ¡Nos vemos luego!
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Solo un paso.
Romance¿Es cierto que solo hay un paso del amor al odio? Si es así, a Bianca no le resulta tan sencillo. Carlos es el chico popular, cínico, psicópata manipulador, maleducado; aunque tiene dos grandes virtudes bajo esa fachada: es leal, y tiene un coraz...