Capítulo 16. Kiss me like we're gonna die today.
-¿Qué? ¿Qué me dices?
No me podía creer lo que estaba oyendo. Un beso. Me pedía un beso para contarme lo que quería saber. Según él, la versión real de la historia. Já. Lo llevaba claro. ¿Un beso? No, a él no. Y menos de nuevo.
Miré hacia otro lado, intentando parecer tranquila. Visto desde otro ángulo, la información que me podía dar llegaría a ser valiosa para mí. Podría comprender un poco más la historia que me había contado Eve. Y más acerca de él. Espera. ¿Por qué quería saber más acerca de él? No parecía tan malo, al fin y al cabo. Solo tenía una naturaleza manipuladora como la que más, pero realmente no le conocía. No se conoce a una persona en solo unas horas, por mucha impresión que creas haber tenido en un principio.
-Vamos, solo es un beso. Ya me lo diste antes, ¿recuerdas? Y no me lo niegues, te pica la curiosidad.
Oh. Vale. Tenía ganas de saber lo que él iba a decirme. Sí. Pero eso no justificaba que me pidiera un beso. No, sabiendo qué pasó la última vez. No, sabiendo lo que había pasado el día anterior. Seguía yendo en contra de mis ideales.
-No.
Sonrió de nuevo. Pero esta vez era una mirada encantadora. Aunque no me deje atrapar por ella. "Un beso es solo un beso". Eso era lo único que repetía mi consciencia al verlo así. Parado en la puerta, mirandome como si me fuera a deslumbrar.
-Venga. Un beso y te lo cuento. Te gustará saberlo. De verdad.
Mi respuesta seguía siendo la misma, pero habían cambiado un poco las perspectivas. Me iba a gustar saberlo. Quizás. ¿Pero por qué me habría de mentir Eve? Quizás el único mentiroso era él. Solo él.
Se acercó lentamente a mí, y me sostuvo la barbilla con los dedos de su mano derecha. Me miró con ojos compasivos, pero aún así con la picardía que le caracterizaba. No caería en sus redes. Sería la excepción del internado. Y si pensaba que iba a hacerlo, estaba muy equivocado.
-Un beso, me lo cuentas, y te vas por donde has venido.
Aceptó con una mueca, y bajo la cabeza. Sus ojos azules se centraron en mi cuello. Me sujeto con una mano, mientras dejo la otra apollada en la pared. Acercó su rostro, y poso sus labios sobre los míos. Aquello era un desafío. Era una batalla, y estaba dispuesta a ganarla.
Cambió la posición de la mano derecha a mi cadera, y me obligué a mi misma a cerrar los ojos. Pensar lo que estaba haciendo era... simplemente repugnante. Necesitaba cerrar los ojos para imaginarme otra situación. Pero no dió resultado. Me apretó más contra él. Contra su pecho, que latía desenfrenadamente. No entendía el por qué, pero así era.
Sin querer, abri un poco más la puerta. Y él me empujo, sin separarme, para dentro. Una extraña sensación me embargó entonces, me di cuenta de que no quería separarme de él. ¡Joder! ¡Otra vez no! Pero no podía hacer nada, mi cuerpo no deseaba interrumpir el beso.
ESTÁS LEYENDO
Solo un paso.
Romance¿Es cierto que solo hay un paso del amor al odio? Si es así, a Bianca no le resulta tan sencillo. Carlos es el chico popular, cínico, psicópata manipulador, maleducado; aunque tiene dos grandes virtudes bajo esa fachada: es leal, y tiene un coraz...