Capítulo 96.

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Capítulo 96. Right by my side.

-Dímelo.

Nada, que se había inclinado en las mismas; y no iba a salir de ahí. "Dos palabras, ocho letras". Quería que le dijese si quería a Axel, pero eso no iba así. Más que nada porque ni yo siquiera sabía con exactitud y al ciento por ciento si lo hacía. Más bien, mis expectativas estaban incluso al otro lado.

-No lo voy a hacer.

No tenía por qué hacerlo, ¿no? Tenía mucho tiempo para decidirlo. De momento lo único que sabía era que me gustaba... quizás mucho. Pero querer era tal vez un paso más adelante que todo eso. La verdad es que me pasaba lo mismo que a Marion, no lo entendía. El por qué con Carlos tardé tan poco en hacerlo.

-Por favor, Bianca. Solo dime si le quieres.

¿Por qué necesitaba él saberlo? No necesitaba saberlo ni yo. Yo no le había preguntado en ningún momento el por qué besó en su tiempo a "quién fuese que era", ni siquiera el por qué de su actuar conmigo y sus paranoias de "no quiero que te hagan daño". Él lo había hecho.

-No lo haces. Conmigo no hubieras dudado.

Miré al suelo, y suspiré. Él tenía razón, pero no iba a dejar que lo pensase. Con él, apenas unas horas antes, no hubiese dudado ni un segundo. Pero es que realmente me gustaba... era especial. Hasta que fue capaz de tirarlo todo por la borda. Una parte de mí no quería olvidarle, y se aferraba a los buenos recuerdos; que habían sido muchos. Aún así, la otra parte (no masoquista) de mi cuerpo, la parte racional, le rechazaba una y otra vez. Considerándole el enemigo.

-¿Y tú qué coño sabes? Sí, le... le quiero. Me gusta muchísimo, más que tú y tus putas paranoias. Déjame en paz, Carlos. Crees que puedes manipularme, y jugar conmigo. Y sí, a veces la tonta soy yo, que parece que te dejo. Pues ahí tienes tu asquerosa respuesta. Le quiero.

Se acercó a mí, y me cogió de la cintura, manteniéndome quieta unos instantes. Una sensación de escalofrío recorrió cada una de las extremidades de mi cuerpo. Tenía que dejar de permitir que hiciera eso. Me hacía parecer vulnerable, aunque... vale, era vulnerable.

-Mientes.

Se mordió el labio, pero lo ignoré. Sabía lo que estaba haciendo, y esta vez no iba a dar resultado. No iba a tirar todos mis esfuerzos por la borda en tan solo unos segundos.

Era ridículo que siguiera hablando con Carlos, cuando Axel se levantó del suelo, todavía sangrando. Y con los ojos cerrados, aunque los abrió un instante para dirigirme la mirada. Y sí, creo que en ese momento pude ver la decepción en sus ojos. Y lo más importante es que llegaaba a entenderle, y me sentía como una mierda por no poder hacer nada contra Carlos.

-Piensa lo que te de la gana. Pero no... no lo hago. Le quiero... ¡porque es como es! ¡Él no tiene que esconderse! Si... le quiero tanto que hasta me duele.

Desastroso. Así era como me había quedado la última frase, y Carlos pareció haberlo notado. Era muy de película decir eso, pero también era lo primero que me vino a la mente en esos momentos. No podía quedarme atrás. No podía dejar que ganase, como tantas veces había hecho. Tenía que sacar toda la fuerza de voluntad que había en mí, que era más bien poca, y mentirle. Hacerle creer que le había olvidado, aunque fuese inútil despues de todo. Intentarlo.

-Bianca...

Avancé unos pasos para ir a dónde estaba Axel, que se dirigía a la enfermería. Me apetecía cabar con esta conversación de una vez, y poder ir a ayudarle. A preguntarle. A lo que fuese, de verdad. Solo esperaba que estuviese bien, y que no me odiara; porque yo lo haría.

-Déjalo, Carlos. Ya has ganado. ¿Ahora puedes irte?

Carlos me retuvo del brazo en cuánto intenté avanzar más. Dios, otro escalofrío. ¿Qué me estaba pasando? No podía sentir estas cosas por Carlos, solo... se había reído en mi cara durante mucho tiempo. ¿Así era cómo trataba a la gente que jugaba conmigo?

-No...

Bufé, y clave mi mirada en sus ojos. Y no debí hacerlo, porque me volvía débil.

-¿No?

De un giro radical, acabe más cerca que antes de su pecho. Con la cabez apoyada en su cuello. Y otra vez intenté separarme, pero no había manera.. Era mucho más fuerte que yo.

-Respóndeme, ¿le quieres más que a mí?

¿EH? ¿Qué clase de pregunta era esa? ¿Tenía alguna trampa? ¡¿Por qué le seguía importando?! Ya no estábamos juntos; por lo que ya no le quería. ¿No? Eso funcionaba así, pero era díficil olvidar a alguien en las horas que habían pasado..

-En teoría...

Negó con la cabeza. Ya no sabía ni por qué intentaba explicarme, la verdad.

-En la práctica.

No sabía que responder. Por el amor de Dios, no estaba obligada a hacerlo. Pero no me iba a soltar si no lo hacía. Y en serio, quería separarme cuánto antes.

-No lo sé.

Levantó los hombros, y retrocedió unos pasos, dejándome libre. Y justo antes de que yo diera media vuelta para ir a ver a Axel, me miró, tocándose el pelo frenéticamente. Como si estuviera realmente nervioso por algo. No le di importancia, y me giré. Pero cuando ya estaba andando para dirigirme a la puerta principal, unas palabras me hicieron detenerme en seco.

-Porque yo si te quiero. Maldita sea, ¡Bianca! Has trastornado mi cabeza...

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¡Espero que os guste! Lo siento por no haber escrito antes, pero... ¡acabo de terminar! ¡POR FIN! ¡SOLO ME QUEDA SELECTIVIDAD!

No ando muy creativa últimamente, y he intentado escribir este capítulo lo mejor que he podido. Sé que ha quedado cutre, pero bueno, el final lo merece. La verdad lo tenía pensando desde hacía mucho tiempo, y estoy segura de que algun@s lo sabiaís. He pretendido hacer muy bonita la última parte, pero soy un desastre :S

OS HA GUSTADO? QUÉ CREÉIS QUE HARÁ BIANCA AHORA?

BESOS<3

Pd: Este capítulo se lo dedico a una chica que me ha apoyado mucho con la novela: @yuttreza

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