Capítulo 6.

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Capítulo 6. ¡Sorpresa!

Debo reconocerlo, jamás pensé que fuera a encontrar ese aula rápido, porque aún no me conocía bien el lugar. Pero tampoco creía que fuera a tardar más de veinte minutos en saber de su posición. Tuve que mirar al rededor de todo el vestíbulo, para orientarme. De la segunda a la tercera planta estaban únicamente las habitaciones, así que supuse que lo mejor sería ver por allí.

Tras recorrer todo el pasillo al que daba la tercera puerta de la sala principal, llegue al aula 10-2. Tenía sin duda la puerta más bonita de todas los rincones que había visitado del edificio; tallada en madera de color ocre. Me pareció que debía de ser el despacho del director, pero no había ningún rótulo en la puerta que lo indicase. Llame lentamente, y abrí la puerta. No sabía exactamente qué hora era, porque no llevaba ningún reloj encima.

-Justo a tiempo, señorita Laurence. Pase, y pongase cómoda.

Esas palabras resonaron en mi mente por unos instantes. Menos mal que había llegado puntual. Bueno, o así me lo habían hecho saber. Delante de mí, había una serie de sillones, pero solo ví uno libre, todos los demás estaban ocupados. Así que obedecí la orden, y me sente.

Si por fuera parecía una obra de arte, ya ni hablar de lo que parecía por dentro. La combinación de colores era perfecta. Las paredes tenían un tono amarillo muy pálido, y todos los muebles, de un refinado acabado caoba. La habitación no estaba nada recargada. Cuatro asientos, colocados debidamente en fila, junto a la pared; y un pequeño despacho, situado en el centro de la sala.

-Bueno, pues como iba diciendo, bienvenidos a todos a Kylemore. Supongo que todos sabréis que el nivel de exigencia en este nuestro colegio es alto. Exigimos las mejores cualificaciones. Y por eso os ofrecemos planes de estudio fuera del horario escolar, en vuestro tiempo libre. Si hallais alguna dificultad con cualquier asignatura, por favor, no dudeis en preguntar. A partir de ahora esta será vuestra residencia, y espero que os sintais cómodos y confortables. Si teneis alguna pregunta, estamos abiertos a cualquier tipo de sugerencia o cuestión. Ese es nuestro compromiso para con vosotros. Os entregaremos una carpeta con el horario de clases de cada uno, para que podais orientaros mejor. ¿Alguna pregunta?

El director nos miró a todos, pero nadie dijo nada. Nos hizó una señal, señalando que ya podiamos abandonar la sala. Pero un chico de cabello rubio se levantó y se cruzó de brazos. No podía verle la cara; pero juraría que ese pelo me recordaba a alguien.

-Sí, bueno... ¿Y qué pasa si no cumplimos el toque de queda, eh, tito?

¿Tito? Todos nos quedamos de piedra, aunque las chicas que tenía a mi lado, que eran dos, sonrieron entre ellas. El chico apenas le dió importancia. Él se giró hacía nosotros, y clavó la mirada en mí. ¿Él? Oh no, él otra vez no, por favor. No me podía estar pasando eso a mí. Era un puñetero maleducado e irrespetuoso.

-En fin, podéis iros. Tú también, Carlos.

Solo un paso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora