Capítulo 93.

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Capítulo 93. And the seal goes ow ow ow.

¿Por qué me había dicho eso? ¿Estaba tan solo bromeando? ¿Cómo me lo tenía que tomar? Normalmente, no era buena para captar las ironías; pero seguro que lo había dicho sin ánimo de que me lo creyera. Le daba demasiadas vueltas.

Había oído muchas veces que esto solía pasar. Que los adolescentes se dejaban llevar por sus hormonas, que realmente estaban llenos de sentimientos. Pero es que yo nunca había vivido esto... Seguro que me estaba equivocando.

-Bianca, te vas, ¿eh?

Me hizo una señal con las manos, sonriendo. Y yo recuperé el sentido y la cordura. Y dejé de darle vueltas a lo que me había dicho. Ya no importaba, de todas formas.

Axel se puso un dedo en la cabeza, con gesto pensativo, y acto seguido me tiró hacia atrás en la hierba. Estaba húmeda, y me levanté rápidamente por la reacción. Él permaneció tumbado entonces.

-Bueno... ¿Por dónde ibamos? ¡Ya sé! Mira, te propongo un juego.

Puso los brazos detrás de su cabeza, dejándola apoyada en sus manos. Yo me quedé pensando un instante en el giro que había dado la conversación en cuestión de minutos. ¿Qué diablos? ¿A qué quería que jugásemos?

-¿Qué juego?

Hizo una mueca divertida, y no pude evitar sonreír. Puse los ojos en blanco, y esperé su respuesta. Desde luego, no tenía remedio.

-Veinte preguntas. Tu contestas, yo contesto.

Parecía cómo si lo tuviese ya todo pensado. Lo decía todo con tal sencillez... Que le envidiaba. Parecía cómo si nada le importase realmente, como si calculase las cosas antes de decirlas, hasta el mínimo detalle.

¿Axel me podía hacer cualquier pregunta? ¿Y si...? Dios, ¿y si había alguna que no quería responder? La verdad, es que prefería no decir nada a mentir. Aunque desde que había llegado no hubiese parado de hacerlo.

-¿Y si hay algo que no quiero contestar?

Axel me miró, y enarcó una ceja. Luego fue él quién se mordió el labio, en gesto exasperado. Mierda, preguntaba demasiado.

-Entonces te quitaras una prenda, como en todos los juegos.

Sonrió de manera lobuna, y yo me quedé mirándole. Inconscientemente. ¿Ropa? Estaba de coña, ¿no? ¡Yo no me iba a quitar nada!

-Suena infantil... Y estúpido.

Me miró a los ojos, y fue bajando por mi cuerpo. Yo le golpeé en el hombro, nada más me di cuenta de lo que estaba haciendo.

-No. Y la verdad es que me encantará verte cuando te hayas quitado toda la ropa.

Per... ¿Perdona? ¿Había oído mal o algo? ¡Yo no me iba a quitar nada! ¡No iba a jugar a ese maldito juego! ¿A quién se le ocurre..?

-Já. Te lo crees tú.

Siempre habría preguntas que no querría responder. Porque me preguntaría por Carlos, o eso era lo que pensaba. Y de eso no quería decir ni una palabra. Otras cosas... Además, cualquier pregunta corriente podía ser díficil de contestar para mí.

-¡Venga Bianca! ¡Te dejo hasta dos comodines! ¡Lo que quieras! ¡Pero hazlo! Disfruta un poco. Déjate llevar, solo... Serán fáciles, te lo prometo.

Axel había pasado a estar eufórico. Pero ese juego me seguía sin gustar. Seguro que Axel creía que iba a terminar sin nada puesto, o algo. La verdad era que no lo sabía ni yo, y por eso no me gustaba.

-Por favor... Tienes que divertirte. Este juego es divertido.

Me miraba con ojos de cachorrito. Y yo no iba a cambiar de opinión, pero quizás podríamos cambiar el juego. No prendas. Preguntas y ya estaba.

-No necesito comodines. Solo dime que no me quite prendas. Sustituimos cada pregunta por otra pregunta.

Sonaba aburrido, pero realmente no tan estúpido como lo había hecho segundos antes, en mi cabeza. Así podríamos saber más el uno del otro. Eso estaba bien, ¿no?

-No es tan divertido. ¿Pero aceptas entonces?

Axel sonaba realmente convencido, aunque algo triste. Yo sonreí ante su gesto, y volví a darle un codazo, mirándole a los ojos. Dios... Era tan g... ¡Axel!

-Acepto. ¿Empiezas tú?

Asintió con la cabeza, y apretó fuerte los ojos. Frunció el ceño, y miró a un lado, claramente dudoso. Luego negó él mismo con la cabeza, y sonrió.

-Empiezo yo. ¿Cuál es tu color favorito?

¿Esa era la cuestión que iba a hacerme? ¡Era muy fácil! Había derrochado una pregunta. Já.

-No tengo uno en especial. Mi turno... ¿Qué te gusta hacer?

Bueno, no era como si yo tuviese buenas ideas tampoco. No podía quejarme de las suyas.

-Juego al fútbol, y hago judo. ¿En qué te fijas en un chico?

¿Hacía judo? Vale, ahí teníamos la explicación de por qué estaba fuerte. Ignoré lo que me había preguntado, pero la respuesta salió atragantada de mi boca... Mientras lo procesaba.

-Supongo que en la sonrisa, y en los ojos... ¡Axel! ¡No es una pregunta corriente! ¡Eso es trampa! Contéstame tú ahora... ¿Por qué me lo preguntas?

En serio, que no tenía remedio. La respuesta era simple, era en lo que casi todas nos fijábamos, ¿no? Los ojos verdes, o azules, siempre me habían encantado. Aunque también me fijaba muchísimo en la sonrisa. Era un gesto primitivo.

-Tengo una sonrisa bonita, y unos ojos impactantes. ¿Todavía no te has fijado en mí?

Parpadeé un par de veces ante su pregunta. ¿Se refería a...? No, ¿no? No. Seguro que no. Pero tampoco sabía responder de otra manera.

-¿Cómo respondo a eso?

Me miraba impenetrable, sin un ápice de risa. Es más, estaba totalmente serio. Yo desvié la mirada.

-Solo quiero que me respondas.

Puso un brazo en mi cintura, y me acercó a él de nuevo. Sentía cómo me había sonrojado, a pesar de volver a estar sin palabras, y medio en estado de shock.

Quizás una parte de mí ya sabía lo que responderle, aunque la otra parte no lo tenía muy claro. Acababa de romper con Carlos, y eso aún estaba muy reciente para mí.

-Sí, Axel. Claro que me he fijado en...

Pero, antes de que llegara a decir el 'ti'; ya me había tirado encima suya. Y ya había chocado sus labios con los míos.

**********

¿Os ha gustado el capítulo? Ya iba tocando uno de #BiancaYAxel.

Un poco empalagoso, quizás... Pero espero que os guste... ¡A mí me encantó escribirlo!

¿Qué preferís? ¿#BiancaYAxel o #BiancaYCarlos?

Un beso a todos

Solo un paso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora