Solo un paso.

Capítulo 52.

Capítulo 45. Suprise.

El profesor sonrió. Parecía simpático, al menos más que el de Historia, que solo se había limitado a señalarme la pizarra. Pero Carlos no le atendía a él, estaba demasiado ocupado haciendome cosquillas en la espalda. Yo me contenía para no reir, la situación era muy embarazosa. Menos mal que estabamos en penúltima fila.

-Bueno, para los que no me conozcais, soy el señor Johson. Y seré vuestro profesor de Filosofía durante todo el año. Sé que es una asignatura díficil, pero intentaré hacerla lo más amena posible. Espero que si teneis alguna duda, os sintais libres de preguntarme. Estaré encantado de responderlas.

Apenas me había fijado, pero el profesor era bastante guapo. Tenía un pircing en la oreja, y se podía ver por un mechon desenfadado de su pelo. No parecía tener muchos años más que yo. Y sí, efectivamente era muy simpático.

Miré lentamente hacia Carlos. Y no pude evitar pestañear. Era totalmente increíble, aún con uniforme. Y eso era extraño, porque todavía no había visto a ningún otro al que le quedara bien esa ropa azul horrenda. A mí, por ejemplo, me hacía parecer una monja de clausura.

-Madre mía... ¿cómo puedes ser tan guapo, jodido estúpido?

Pestañee dos veces más, porque no me lo creía. No me creía que estuviera saliendo con alguien tan fantástico. Que me hubiera elegido a mí, en vez de las otras chicas verdaderamente guapas del internado. Dios, es que me parecía tan imposible...

-Mirate bien. Eres perfecta, pequeña.

Carlos me cogió el cuello suavemente, y posó sus labios en él, haciéndome cosquillas. No pude más que estallar en una carcajada, aunque me arrepentí al momento. Todo la clase nos miró, incluida Eve. Me sentí morir. El profesor también nos observaba, callado.

Eve me observaba con cara de asco. ¿Por qué me miraba así? A lo mejor era porque estaba con Carlos, pero pensaba que tenía más que ver conmigo que con él. Porque no la había hecho caso en un principio.

-Carlos, ¿es una broma? ¿Me has cambiado a mí por esto?

El 'esto' era yo. Y no iba a tolerar que nadie me tratara así, así que la agarré fuerte del pelo y tiré hacia atras, tratando de hacerla el mayor daño posible. ¿Quién se creía que era? No tenía ningún derecho a hacermelo pasar de esa manera. Me levanté y tiré su silla al suelo.

-Bianca, tranquila.

El profesor se había quedado atónito, con la mirada perdida. Como si no acabase de creerse lo que había pasado. Pero pronto sentí que unas manos me separaban de ella suavemente, y me llevaban para atrás, haciéndome retorceder unos pasos. La clase vitoreaba.

-Eh. Bianca, tranquila. Vamonos.

Carlos me cogió de la mano, y lentamente me llevó fuera de la clase. Agradecí ese gesto por su parte, porque si hubiera sido por mí, la hubiera pateado la cara. ¿Cómo había podido ser tan falsa conmigo? Me arrepentía muchísimo de haberla hecho caso con todo lo que me había dicho respecto a Carlos, de que me hubiera hecho dudar.

-¿Se puede saber qué te pasa? Eve va a ser siempre así. Tienes que ignorarla. No merece la pena. Solo... tranquila, ¿vale?

Había sido tan paciente conmigo... en estos tres días, había estado ahí para calmarme y consolarme. Carlos había sido mejor que nadie conmigo. Quizás fuera un tanto rebelde, arrogante y manipulador; pero también era leal, y muy cariñoso. Y merecía la pena, verdaderamente.

-Es solo que... joder. No puedo.