Capítulo 84.

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Capítulo 84. Change your mind like a girl change her clothes.

Miré más al chico que tenía delante, que continuaba hablando animadamente con la profesora, ahora en lo que parecía una conversación privada. No podía creerme que tuviera los ojos negros, nunca había visto unos tan oscuros. Tenía el pelo peinado hacia atrás en lo que parecía ser una pequeña cresta. Era bastante alto. Y para qué negarlo, también guapo.

Me limité a escuchar la conversación hasta que la profesora le mandó escoger un sitio, y él se decantó por una silla libre al final de la clase. Pude ver como algunas chicas se giraban para mirarle mientras caminaba. Vale, era un poco exagerado por su parte.

La profesora ordenó sus cosas de encima de la mesa, y salió de clase apurada, en apariencia en busca de algo. Entonces, y como era más o menos normal en una clase con alumnos de diecisiete y dieciocho años, empezó el bullicio.

Cogí hojas de mi escritorio, y me puse a copiar lo que había escrito en la pizarra. Tampoco es que hubiese sido mucho, pero la química no es que fuera mi fuerte... Vale, no tenía fuertes.

La gente se comenzó a levantar de la mesa, y a salir por la puerta. ¿Ya se había terminado la hora? Madre mía, ¡yo acababa de llegar! Empecé a recoger mis cosas, y me levanté también del asiento. No quería llegar tarde a otra clase más.

Unos ojos negros me taparon la vista cuando iba a salir, y me sobresalté de verlos tan de cerca. Daban más miedo del que había pensado antes.

-Me llamo Sean.

Se abalanzó a mí, y me dió dos besos. Retrocedí un poco instintivamente, asombrada. ¿Esa costumbre era también de los chicos? Vale, sí. Pero me había chocado un poco.

-Bi... Bianca.

Me miró con ojos saltones, y yo no pude evitar sonreir. No por él, sino por la situación. Era muy extraño todo... Quiero decir, el hecho de que un chico se te lance a dar dos besos, cuando todavía no os conoceis ni un poquito.

-Encantado.

Asentí con la cabeza, y me regañé a mí misma por no saber exactamente como actuar entonces. ¿Qué debía decirle ahora? ¡Mierda! ¿Desde cuándo me había vuelto yo tan tímid... Tan estúpida?

Él tomó la decisión de hablar primero, vista mi indecisión. No es que me hubiese quedado sin palabras, en serio. Es que... Era una sensación extraña.

-Genial ¿Tienes los apuntes de química por algún lado? Es que no he podido venir hasta ahora y...

Volví a asentir, y recogí las hojas que había encima de mi mesa, intentando ordenarlas lo más rápido posible. Se las tendí, y él me las cogió dudoso, con una ceja levantada, aún sonriendo.

-Toma. Solo tengo las de hoy.

Me dí la vuelta, y cogí lo que me faltaba. Luego me encaminé hacia la puerta, lo más rápido que pude. Se hacía tarde, y ya no quedaba nadie en clase.

-¿Te los devuelvo mañana?

Hice un movimiento con la cabeza, sin ni siquiera girarme. No podía haber hecho un gesto más idiota, pero tampoco había mucho más que decir.

Empecé a andar hacia el aula de Biología, junto con otros chicos que se encontraban en el pasillo. Realmente, no había distancia entre una y otra clase, así que llegué bastante rápido. No de las primeras, aunque tampoco de las últimas.

Cogí la misma silla que siempre, y saqué varios folios de la cajonera, junto con el libro de clase. Quería entretenerme por si volvía a ocurrir "el incidente" de Carlos con la chica esa. Debía confiar en él, pero es que era tan díficil todo. ¡Joder! ¡Había sido yo la primera que había besado a Humprey ayer! Y lo más curioso, es que no sabía ni por qué lo había hecho. Pero rezaba por todo para que Carlos no se enterase. Porque tendría razones para enfadarse... De sobra.

Una chica morena, y de ojos oscuros se sentó en la silla de al lado de la mía, entrando con otros estudiantes. Yo retiré mis cosas para que pudiera tener su propio espacio, aunque me quedé mirándola con detenimiento. No me sonaba que hubiese estado en esta clase conmigo antes.

-Soy Bianca.

Le sonreí, y ella de vuelta, algo tímida. Se peinó el pelo con las manos, y sacó cuidadosamente los folios de la mesa.

-Sonsoles, pero prefiero que me llamen Sonso. Mi nombre es... Demasiado largo.

Me reí ante su comentario, no pude evitarlo. Entonces se me vino a la mente que "Alexa...." Humprey si que era largo. ¿Por qué narices pensaba en eso ahora? Daba igual.

Parecía simpática, aunque hacía ya bastante que no me dejaba llevar por las malditas apariencias. Efectivamente, su nombre no es que fuera largo... Sino poco común. Aunque era... Curioso, al fin y al cabo. ¿Quién se preocupaba por un nombre realmente?

Miré hacia la puerta un instante, y vi como entraba el profesor en clase, cargado de libros. Detrás de él, y como siempre tarde, llegaba Carlos. Con su pose de "soy-el-mejor-y-me-lo-tengo-totalmente-creído". Aún así, adorable.

Me miró un instante, sonriendo, y se sentó en su sitio. Solo tenía que recordar lo que sucedió ayer por la noche... Dios, ¿cómo le podía mirar a la cara siquiera? Desde luego, había perdido totalmente la vergüenza con él. Vale, tampoco había sido nada tan malo, y desde luego no había pasado nada... Fuera de lo común. Pero dormir juntos, yo medio desnuda, era ya un gran paso para mí. Aunque hubiera dado el siguiente, si hubiese querido.

-Tierra llamando a Bianca. ¿Me has escuchado?

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Sé que el capítulo no dice absolutamente nada, pero es solo un enlace para lo que viene a continuación. Prometo escribir el viernes y el domingo.

Si os gusta, ya sabéis, me encanta que voteis.

Besos~

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