Solo un paso.

Capítulo 7.

Capítulo 7. Carlos.

Acababa de salir por la puerta, cuando una mano me sujeto el brazo. Me giré, én señal de abatimiento. Era él. Estaba segura de que me diría algo.

-¿Y bien, chica borde? ¿Me puedes decir ya tu nombre?

Sus jos miraban a los míos fijamente, sin apartarse un ápice de ellos. Me sorprendía de lo increiblemente verdes que podían llegar a ser sus ojos. No tenía ningún derecho a recriminarme por no haberle dicho mi nombre, pero no tenía fuerzas para resistirme. Me temblaban los labios cuando hable.

-Soy... Bianca.

Me colocó de espaldas a la pared. Notaba el frío que estab tarnsmitía. Tenía miedo. No sabía exactamente de qué, pero tenía miedo. Quizás era él el que me lo provocaba. Esa actitud que guardaba conmigo, no era ni medio normal.

-Ah, ¿con qué Bianca? Pues un nombre muy bonito, por cierto. ¿Eres nueva, entonces? Oh, claro que lo eres.

Definitvamente, un psicópata manipulador. Ahora estaba más segura que nunca de ello. Acercó su cara a la mía, y yo intenté separarme, pero no me dejó. Estaba aturdida, no podía moverme. Nuestros rostros apenas estaban separados por unos centímetros. ¿Qué era lo que pretendía? Me ponía muy nerviosa esa situación. Separó un poco los labios, y los acercó a mi lóbulo de la oreja izquierda.

-Pues ya nos veremos por aquí, ¿no?

Puso las manos en la pared, una a cada lado de mi cuerpo, pero únicamente fue un segundo. Luego se apartó, y caminó hacia el vestibulo. ¡No había hecho nada! ¡No había intentado retener a ese imbécil! Me había simplemente quedado paralizada, y no había sabido moverme. Me tenía, joder, me tenía.

Miré hacía el lugar por donde se alejaba, culpandome por no haber realizado ninguna acción coherente momentos antes. Era un puñetero acosador. ¡Me daba asco! ¡Me daba asco a mí misma, y me daba asco él! No tenía ningún permiso para tratar a la gente así, por muy tío suyo que fuera el director del internado.