Capítulo 40. I don't know where I am.
Bonnie me miraba con una extraña simpatía, que denotaba una perfecta personalidad. Nos conociamos desde hacia mucho, pero también era cierto que no nos habíamos visto en algunos años.
-Genial, y ten confianza. Ya verás como te terminará gustando. Mirame a mí, vine hace tres años. Al principio odiaba esto, y ahora no me quiero ir. La gente es majísima, ya veras. Confía en mí.
Oh. Menos mal que todos eran majos, sobrerodo porque no estaba segura de haber conocido a ningún alumno así aún, excepto Daniel. ¿Carlos? Bueno, teóricamente, estaba saliendo con él, aunque no sabría decir exactamente si lo consideraba lo que se llamaba 'majo'. Sí. Me terminaría gustando, pero no sabía cuándo exactamente.
-Eso espero.
No quería desilusionarla. Siempre había sido muy negativa, pero no tenía por qué transmitir esa negatividad a los demás. No a Bonnie, a la que parecía no importarle los años que hubiesen pasado desde que ibamos juntas al colegio, o el mero hecho de que nunca nos llevasemos muy bien.
-Bueno, me bajo a cenar. ¿Vienes?
No tenía muchas ganas de cenar, tenía el estómago revuelto. Pero si no comía me terminaría desmayando. Incluso entonces me encontraba casi sin fuerzas. Quizás lo mejor sería esperar a qué tuviera un poco de hambre, y luego bajar. Sí, y así tendría tiempo de buscar a Daniel. Tenía que hablar con él de lo que había pasado antes.
-Voy a esperar un rato, ahora mismo no tengo hambre.
Bonnie me miró extrañada, pero terminó asintiendo. Me dió un fuerte abrazo, y se alejó de mí contenta, juntándose con un grupo de chicas que se encontraban al final del pasillo.
Empece a caminar, para llegar a la primera planta. Las escaleras esta vez no fueron un gran impedimento, aunque estaban llenas de gente. Sentí unos cuantos ojos encima mía, pero no hice caso de ellos. ¿Por qué me miraban? Seguro que era porque era nueva, no quería comerme mucho la cabeza.
Daniel no estaba en el vestíbulo principal. No sabía por dónde empezar a buscar, o si buscar siquiera. Estaría muy enfadado conmigo, eso era un hecho. Y era completamente comprensible. Carlos le había pegado después de que nos besásemos, y yo se lo había agradecido empezando a salir con él. No tenía sentido, pero así eran las cosas. Y ya no me importaba, solo quería aclararselo. No podía forzarme a sentir algo que no sentía, no podía forzar que me gustara Daniel, cuando verdaderamente el que me gustaba, era Carlos.
Me encamine hacia los jardines, pero la puerta que daba al exterior estaba cerrada, por lo que opté por abrir la puerta que daba al despacho del director. Allí tampoco había absolutamente nadie. Me dirije al comedor, y miré atentamente en los alrededores ¿Dónde se había metido? No alcanzaba a ver el final de la sala, porque había ya cola para cenar. Pero no creí distinguirle.
-¿Me buscabas?
Sentí unos brazos a mi espalda. No, no le buscaba a él. Pero me alegre de tenerle cerca. Apenas hacia una o dos horas que le había visto, pero me reconfortaba su presencia. Aunque a él no le podía decir nada de a quién intentaba encontrar realmente, por lo que había sucedido antes. Yo quería ver qué tal estaba después del golpe que le propició.
Sentí unos labios en mi espalda, y lentos besos alrededor del cuello. Tenía que alejarme de allí, sino me atraparía de manera que me sería imposible soltarme.
-Carlos...
Me giró, y me atrajó hacia él. Los chicos que había justo detrás silbaron, y me ruboricé un tanto. ¿Qué le decía para que me dejara, sin que se lo tomara mal?
-En verdad... buscaba... a tu tío. Quería pedirle perdón, por lo que había sucedido antes.
No sonó muy convincente, pero él lo dejó pasar, sin decir nada. Me dió un suave beso en los labios, y se alejó con loa chicos de antes. Desde luego, si que sentía algo por él. Y era fuerte, algo que me asustaba un poco.
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Solo un paso.
Romance¿Es cierto que solo hay un paso del amor al odio? Si es así, a Bianca no le resulta tan sencillo. Carlos es el chico popular, cínico, psicópata manipulador, maleducado; aunque tiene dos grandes virtudes bajo esa fachada: es leal, y tiene un coraz...