Capítulo 43. Looking for you.
Carlos me miró de manera cariñosa, y me volvió a abrazar. Necesitaba eso. Necesitaba a alguien que no me mintiera, que estuviera conmigo. Necesitaba al psicópata manipulador. No. Le necesitaba a él.
-Cuentámelo.
No quería decir nada, pero me lo había pedido con tanta dulzura... No conocía esta faceta suya, solo su parte cínica. Pero me encantaba, me encantaba que fuese tan atento conmigo.
-Sólo... Daniel y yo hemos peleado.
Su cara se tornó completamente enfadada al oir la segunda palabra. Le odiaba. Le odiaba mucho. Y me había dicho que no me acercase más a él, y lo había hecho. Él tenía razón, y yo tenía que haberle hecho caso.
Vi sus ojos, y supe que si no hacía nada iría directo a por él. Y le dejaría peor incluso que la última vez. Así que me acerqué a él rápidamente, y uní mis labios con los suyos. No hicieron falta más palabras, porque esbozó una sonrisa, y empezó a besarme con furia.
Su rostro reflejaba una mezcla de cariño, dolor, y enfado a partes iguales. Carlos era... ¿perfecto? Para mí, y en aquellos momentos, la respuesta era afirmativa. Aunque no hubiera olvidado nada de los anteriores días, ni de la pelea que había tenido con Daniel.
-No... vuelvas... a... hablar... con... Daniel... O... prometo... que... le... mato... ¿Entendido?
Abrí los ojos de golpe, pero no por ello deje de besarle. Asentí, y deje que me apoyara contra la pared, suavemente. Me giró, dejándome de espaldas, y comenzó a besarme el cuello, desde la parte final de la barbilla, hasta el torax. La sensación que me producía era encantadora. Y sus besos... me descontrolaban totalmente.
Debíamos parar... en áquel momento. Pero ninguno de los dos lo hacía. Y yo me estaba volviendo completamente loca. Me ardía la cara. Enterré mi mano por debajo de su camisa, acariciándole la espalda. Y él me hizo cosquillas, subiendo la suya por mi tripa. No quería que parase. Quería seguir... hasta el final. Pero mis principios me lo impedían, sabiendo el poco tiempo que llevabamos juntos.
-Para... Carlos... por favor.
Se separó de mi, brucamente. Me miraba con comprensión, pero aún así agitado, y algo cabreado... puede que por haber parado justo entonces. Me cogió de la cintura, y caminamos juntos hasta el comedor.
-¿Vamos a cenar?
Quería seguir besándole. Besaba tan bien... Y además, era incluso dulce. Me había equivocado con él en un principio.
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Solo un paso.
Romance¿Es cierto que solo hay un paso del amor al odio? Si es así, a Bianca no le resulta tan sencillo. Carlos es el chico popular, cínico, psicópata manipulador, maleducado; aunque tiene dos grandes virtudes bajo esa fachada: es leal, y tiene un coraz...