Capítulo 45. Unless you care about me.
Carlos y yo casi habíamos terminado de cenar cuando oí mi nombre desde otra mesa, enfrente de dónde estábamos sentados en el comedor. Me giré rápidamente, y pude distinguir un rostro de chica que miraba alegremente, con una sonrisa. O eso era hasta que Carlos se giró, que se tornó algo nerviosa. Bonnie levantó la mano para que me acercara a ella.
Carlos sonreía cariñosamente, mientras que acariciaba la cintura con una mano. Yo estaba preocupada por la expresión tan cambiante de Bonnie. Pero retiré la mano de Carlos lentamente, y me acerqué a ella. Él me siguió, y me dio alcance antes de que llegara a su mesa, cogiéndome de la mano.
-No te me escaparas, pequeña.
Nos acercamos a Bonnie tranquilamente, y ella seguía mirando a Carlos paralizada. ¿Se conocían? Oh. No. ¿Otra vez? Esperaba que no fuera así, que no tuviera más problemas. Que no tuviera que enfrentarme a más personas, que pudiera tener una amiga normal.
-Hola, Bianca.
Se levantó, y me dio dos besos. A Carlos también, y ambos sonrieron. Y eso causó que me preocupara un poco, por lo que pudiera venir a continuación. Pero no pasó nada, se quedaron quietos mirándose, casi diría que embobados. Y me dió una punzada en el corazón, ¿celos? No estaba segura.
-Soy Bonnie. Encantada.
Y le dió un abrazo, en frente de mis narices. Y él se dejó, y eso me cabreó un poco. ¿No se conocían? Eso no explicaba cómo le había mirado antes. ¿Por qué había sonreído como una tonta al presentarse?
-Carlos. Igualmente.
Vale. Los ojos de Bonnie se posaron en mi. Reflejaban algo que no llegaba a comprender. Y yo estaba un poco enfadada, lo suficiente para no entablar conversación.
-Bueno, Bianca. No me habías hablado de ningún amigo tan...
¡Para! No deseaba escuchar más. Porque ya lo había entendido todo. Claro que no le había hablado de él, ¡si apenas habíamos tenido tiempo de hablar de nosotras! Lo que pasaba era que a Bonnie le gustaba Carlos, y yo no sabía que hacer. Le abracé lentamente, y le besé fugazmente en los labios. Fue instintivo. Para no dejarle decir lo que iba terminar la frase.
-No es mi amigo. Es mi novio.
Carlos permaneció callado. No podía creer lo que había dicho. No solo lo había reconocido, perfecto para su orgullo. Sino que lo había dicho como única marca de posesión. Y volví a besarle, esta vez más lentamente. Él no me paró, pero me miraba extrañado. Me separé a los segundos.
-Oh. Vale. Me alegro mucho. Bueno... ¿cenais con nosotras?
En ese momento, no me apetecía nada estar sentada en la misma mesa que ella. No al saber que le gustaba Carlos. No cuando le seguía mirando asombrada a los ojos. A esos ojos que me pertenecían por derecho. A esos ojos que solamente quería que me viesen a mí.
-Bueno... la verdad es que ya hemos terminado de cenar. Ahora ibamos al cuarto un rato.
¿Qué? No, eso no lo había dicho yo. No, cuando ví la sorpresa en los ojos de Carlos, y de Bonnie. Pero ya esta dicho, así que me encaminé hacia la salida del comedor. Él me siguió, pero ella se quedo completamente parada en el sitio, completamente anonadada por la vergüenza de la situación. No me extrañaba, yo estaba igual.
-¿Con qué a tu cuarto? Yo creía que no estabas preparada.
Una sonrisa pícara, y unas manos que me empotraban contra la pared justo detrás de la puerta por la que pasamos. Me arrinconó, y acercó su cara a mi cuello.
-No creía que fueras tan celosa... ni posesiva. Me sorprendes, Bianca.
Me besó donde el pulso era más evidente, y sus brazos se colocaron a cada lado de mi cuerpo, impidiendo mi movilización. Esa situación... ya no me importaba. Es más, resultaba hasta excitante.
-Ah, no. Si la prefieres a ella... oh, ¡vamos! Se te comía con la mirada.
Él sonrió de nuevo, pero sus besos no paraban. Subiendo y bajando de mi cuello. Mi corazón se aceleraba por momentos, dandose cuenta de la situación en la que me enco traba. De que todo el internado nos podía ver. ¿Pero lo que estabamos haciendo estaba mal? No lo creía. No entoncés.

ESTÁS LEYENDO
Solo un paso.
Roman d'amour¿Es cierto que solo hay un paso del amor al odio? Si es así, a Bianca no le resulta tan sencillo. Carlos es el chico popular, cínico, psicópata manipulador, maleducado; aunque tiene dos grandes virtudes bajo esa fachada: es leal, y tiene un coraz...