Capítulo 106. If you want it like I want it.
El baile. Todas las alumnas del internado se estaban preparando ya para la 'gran fiesta', con sus vestidos largos y decorados seguro con perlas, tacones altos, y pulseras voluptuosas. Nadie había enseñado la ropa que llevaría, como si fuera el secreto mejor guardado del Mundo.
Marion, a mi lado, cogía tres vestidos del armario; uno rosa, uno azul marino, y uno negro con destellos. Los extendió en su cama, y me miró con una sonrisa.
-Elige tú primero.
Ella sabía perfectamente que la ropa que me había traído era demasiado escasa. Sobre todo, vestidos, y lo referente a las fiestas y similares. De todas maneras, no quería abusar de su confianza.
-Es tu ropa, Marion. Creo que deberías elegir tú.
Todavía no habíamos hablado de Axel, aunque cuando me preguntó, le deje en claro lo que sentía con respecto a él. Ya hablaríamos más tarde de eso... Pero desde luego quería que me contase qué había pasado.
-¡No! ¡A mí me quedan bien todos! - Río, y yo con ella. Admiraba la capacidad que tenía de autoestima, pero era la realidad.- ¡Venga!
Lo cierto era que nada podía quedarle mal a ella. Tenía un cuerpo perfecto y envidiable para cualquiera. Ese era el mismo motivo de que pudiera tener a todos los chicos que quisiera.
La miré, y ella asintió.
-¿Seguro?
Ella me respondió con un suspiro. Seguro que estaba pensando que era una pesada, pero de verdad que no podía hacer otra cosa. Eran mis principios.
-Por supuesto.
Y sin tardar más, cogí el vestido negro con destellos. Creo que siempre elegiría la ropa así, al igual que pasó en la fiesta nocturna, días anteriores.
-Buena elección.- Cogió el rosa.- Yo éste.
Me subí el vestido por encima de la ropa interior, teniendo cuidado de no pisarlo o arrugarlo. Sabiendo como era Marion, todos esos debían de valer una verdadera fortuna. Me lo abroché en la parte del pecho, y subí la cremallera lateral. Era palabra de honor, así que no tendría que enredar con los tirantes. Quizás se me ajustaba un poco a la zona de las piernas, y era un poco corto; pero sin duda era precioso.
-Ayúdame.
El vestido de Marion se abrochaba por detrás, dejando un tercio aproximadamente de espalda al aire. Le subí la cremallera sin esperar, cuidadosamente para no pillarle el pelo con ella.
Ella se giró para mirarme.
-Preciosa, como siempre. Coge mis zapatos.- Señaló el pie de su cama.- Están ahí.
Mentía, una y otra vez. Y yo le dejaba hacerlo, porque en cierto modo siempre sentaba bien que te halagasen.
Cogí sus zapatos negros de tacón, los mismos que los de la otra vez, y me los puse en los pies, ignorando el hecho de que me rozaban un poco por la punta. Los tacones nunca habían sido mi fuerte, aunque intentase aparentar que así era.
-¡Tú si que estás guapa!- La obligué a dar una vuelta sobre sí misma.- Vas a impresionar esta noche. ¿Quién es el afortunado de llevarte al baile al final?
Ya sabía cuál iba a ser su respuesta, pero quería oírla de ella. Se mordió el labio mientras se ponía unas manoletinas de cuña marrón.
-A... Axel.
Había llegado la hora de sacar el tema.
-¿Estáis juntos?
Estaba intrigada. Axel me había dejado en claro que no buscaba nada serio... Pero nunca podía estar segura. Era un buen tipo.
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Solo un paso.
Roman d'amour¿Es cierto que solo hay un paso del amor al odio? Si es así, a Bianca no le resulta tan sencillo. Carlos es el chico popular, cínico, psicópata manipulador, maleducado; aunque tiene dos grandes virtudes bajo esa fachada: es leal, y tiene un coraz...