Capítulo 97. Bianca on edge.
¿Qué era exactamente lo que había oído? Mi imaginación se estaba burlando de mí, ¿no? Sí, y me estaba jugando malas pasadas. Pero eso no impedía que me hubiera quedado estática.
Tanto tiempo esperando esas palabras de su parte... para que después mi cabeza me diera a entender que lo había hecho justo ahora, que se había decidido a decirlas. Pero eso era imposible, y solo denotaba que seguía obsesionada con él, por mucho que creyera que no me importaba. Y eso me preocupaba muchísimo. Porque había sonado tan jodidamente real...
-Bianca. ¿Me has escuchado? Te acabo de decir que te quiero, ¿y me ignoras?
Me giré, tan solo un segundo, y vi a Carlos. Un desesperado Carlos. Con las manos en el pelo, peinandóselo hacia atrás, y apartándose el flequillo de su pelo sin parar. Con los dientes mordiéndole el labio inferior. Eso sí, con la ceja levantada. Muy suyo. Y yo sin moverme, pero esta vez con algo de razón.
Había oído... lo había oído de verdad. Dos palabras, ocho letras; justo las que él me había reclamado que dijese si eran ciertas por mí parte hacia Axel. Él... ¿lo decía en serio? No era algo para tomar a broma, y había estado esperando que lo dijese hacía ya tanto tiempo que... Era innegable que me había afectado.
-Habla. No sabes cuánto me ha costado ser un moñas y decirlo.
Cerré los ojos, y empecé a hablar atropelladamente. No sabía qué era lo que quería decir, ni tampoco lo que evitaba decir. No podía creer lo que había oído, eso era todo.
-Carlos, yo... no puedo creer lo que has dicho.
Se puso a mi altura, y estiró los brazos, para sujetarme la cintura, y atraerme a él. No le di importancia. Todo carecia de importancia. Era increíble que Carlos hubiese dicho eso justo entonces. Bueno, increíble que lo hubiese dicho igual.
-Yo tampoco. Todavía estoy asimilándolo.
Y pronto sentí sus labios muy cerca de los míos, aunque estáticos. Yo también lo estaba, y no pensaba moverme ni un instante. Solo respiré hondo, y solté las primeras palabras que me vinieron a la cabeza.
-Solo... dime cómo eres capaz de decir esto... justo ahora.
Él negó, y se apartó ligeramente de mí. Yo estaba a la espera de que me dijese algo, del porqué había cambiado de opinión en tan poco tiempo, o por qué me lo desvelaba cuando acababa de verme con Axel, o en ese momento. Era la primera vez que alguien me decía algo así.
-Bianca, ¿podemos parar ya? ¿Tú sabes lo que me ha costado decirlo?
No tenía derecho. Últimamente Carlos no tenía derecho a decirme ninguna de las cosas que era capaz de decir. Ni a elegir con quién o con quién no estaba, si Axel era bueno o no para mí, o si podía o no podía estar con él; eso era mi decisión. Y menos de todo, estaba capacitado para decirme que me quería justo después de engañarme, y que no podía simplemente ignorarlo; porque una parte, muy grande, de mi interior lo quería conmigo. Por mucho que fuese el mayor gilipollas del mundo.
-No te pega el maricón de Axel. Tienes que estar conmigo.
"Tienes que estar conmigo". ¿Era una imposición? ¿Luego de todo me venía con esas? Yo NO tenía que hacer nada de eso.
-Corta el rollo, Carlos. Yo no tengo que estar con nadie... o con quién quiera, como mucho.
Se mordió el labio de nuevo, y yo empecé a reflexionar. Me había dicho que me quería, y ahora yo le trataba así. Tampoco era correcto de mi parte, puesto que había hecho lo que había estado esperando durante tanto tiempo.
¿Se merecía una segunda oportunidad? Tan solo hacía horas que me había enterado de lo de la otra chica. Era pronto para perdonarle, pero yo tampoco había sido una santa. Había besado a Humprey, y no era que me hubiese disgustado precisamente. Pero Carlos no se sintió sucio después de hacerlo, y yo no pude dejar de pensar que le había traicionado.
¿Qué era lo qué debía hacer? ¿Ignorarlo o rendirme? No era una decisión fácil, y posiblemente me fuera a equivocar, como siempre había ocurrido. Pero de las dos opciones, tenía más que perder que de ganar, así que igualmente... Si dejaba que todo volviese a ser como antes, él puede que volviera a engañarme. Si lo ignoraba... ¡mierda! ¡Todos sabíamos que no podía ignorarlo!
-¿Quieres salir conmigo, Bianca? Esta vez en serio.
Esas palabras me dejaron catatónica, si se podía decir tan poco. ¿Salir? ¿De nuevo? ¿Sin más?
-¿Eh?
Me señaló con el dedo, como si ya se esperase mi indecisión. Y luego me sonrió tranquilamente, acercándose a mí. Me separó un mechón de pelo que me tapaba la cara, y me sostuvo entre sus manos, hasta llegar a poner su boca en mi oreja.
-Salir... tú, yo, de nuevo. Sin nadie más.
Y de repente la imagen de Axel en el suelo empezó a venir a mi cabeza. Me acababa de pedir que "tuviésemos algo" también. Y me había portado como lo hubiera hecho una zorra, la verdad. le había dejado tirado, mientras me iba a hablar con mi exnovio; él mismo que ya, dos veces, le había pegado una paliza. Aunque en la primera los dos hubiesen salido mal parados. ¡Maldita sea! ¿Qué tenía que hacer ahora?
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Me aparecieron dos hojas a word, y supuse que aquí sería más o menos lo mismo, ¡pero es lo contrario! Bueno, igualmente espero que os guste, y mañana subiré un capi más largo.
¿Qué queréis que haga? #BiancaYAxel o #BiancaYCarlos???
Un beso<3
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Solo un paso.
Romance¿Es cierto que solo hay un paso del amor al odio? Si es así, a Bianca no le resulta tan sencillo. Carlos es el chico popular, cínico, psicópata manipulador, maleducado; aunque tiene dos grandes virtudes bajo esa fachada: es leal, y tiene un coraz...