Capítulo 98.

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Capítulo 98. We all got the spark tonight.

-¿Bianca?

Y Axel... ¿Carlos se merecía dos oportunidades y Axel ninguna? Era totalmente injusta con él, independientemente de que quisiese a uno más que a otro, o que simplemente quisiese a uno de los dos.

¡No podía dejar a Axel así! ¡Estaba herido por culpa de Carlos! Y se había comportado como un verdadero amigo conmigo... e incluso sí, me había llegado a gustar. Por culpa de Marion y por culpa de sus malditas bromas durante todo el día. Había intentado animarme... pero había pasado lo mismo que con Daniel, al fin y al cabo. Solo se daría cuenta de lo mierda de persona que era, y dejaría de hablarme. Eso era lo normal.

Me jugaba mucho con esta decisión. Podía o bien quedarme como estaba, o perderlo todo. Carlos era... Dios, era una persona increíble, por mucho que me hubiese engañado; aunque eso hacía que tuviese desconfianza de él. Sin embargo, Axel... Axel era simplemente perfecto; menos por el hecho de esa relación que buscaba, que yo no entendía muy bien. Eligiese lo que eligiese, iba a salir perdiendo a alguien. Y no es que me sobrara gente para perder.

Desde que había llegado me había sentido atraída por Carlos, e incluso no soportándole. Tenía algo especial, y no podía fingir que no le había querido. En cambio... Axel se había ganado un hueco en mí, a partir de ser cómo era.

-Bianca, por favor. Me estás poniendo de los nervios, solo contéstame, ¡venga!

Al ver que no iba a decir nada de momento, se apartó un poco de mí, y se fue alejando progresivamente hasta un árbol, apenas a unos metros. Se sentó detrás, aún mirándome, y sacó algo de su bolsillo del pantalón. No logré distinguirlo hasta que se lo llevó a la boca. Era un cigarro. No sabía que Carlos fumaba.

Caminé despacio hasta él, en espera de llegar a pensar una respuesta. Debía decirle algo, aunque no estuviese obligada, pero simplemente por pura ética. Además, que algo en mí se moría por poder contestarle. Por obtener una respuesta de mi misma para decirle.

-Carlos...

Me senté a su lado, y pensé en cómo había cambiado la situación. Hacía apenas minutos, él me preguntaba a mí. Ahora, era yo la que se intentaba preguntar qué era lo correcto, la opción que debería tomar, si había alguna. 

Me tendió el cigarro, y lo miré unos instantes. Luego, inconscientemente, y por primera vez en mi vida reciente, lo cogí entre mis dedos. Y lo llevé a mi boca, lo que era más raro aún. Pero bueno, de perdidos al río. Solo por una calada no me iba a pasar nada.

Cuando la mezcla inspirada inundó mis pulmones, no tuve más remedio que toser. Al menos fueron dos veces, pero era una sensación extraña. El humo era bastante espeso. No estaba acostumbrada, y además, estaba asqueroso. Le tendí el cigarro de vuelta.

-No sabía que fumabas.

Él negó con la cabeza, y estampó el cigarro en el suelo. Vaya, había fumado yo casi más que él. Rodé los ojos.

-No lo hago. 

Di un pequeño salto, aunque no me aparté. ¿Estaba intentando mentirme de manera tan descarada? No lo entendía.

-¿Y eso qué era?

Sonrió, y puso su mano en mi rodilla, acariciándome suavamente. No como muchas veces lo había hecho, pero más calmado. Como si quisiera darme a entender algo, pero que no llegaba a entender. No sé qué encontraba de gracioso en eso, pero empecé a reír como una histérica. Carlos me miró para saber qué me estaba pasando, y también esbozó una sonrisa al verme.

-Me lo pasó un amigo. No es tabaco, Bianca.

Miré hacia el suelo, con los ojos muy abiertos ; pero no hice otra cosa. Ni siquiera enfadarme, de hecho no dejé de sonreír. Y en ese momento no supe decir lo que era más raro... si que no me molestase en absoluto la idea de que hubiera fumado cualquier mierda de esas, o si es que me lo esperaba en cierto modo. No era como si nunca hubiese probado el tabaco, y desde luego que nunca me había sabido tan extraño... Aunque tampoco lo habría imaginado por mi misma.

Me quedé callada un momento. La sensación de sentirse como en una nube empezó a aparecer en mí a los pocos minutos. Vale, en parte estaba exagerando, pero era la reacción natural; y había que esperarla.

La mano de Carlos empezó a buscar la mía a tientas, hasta que se topó con ella; y yo dejé que descansara ahí. Todo era confusión, alegría, y duda. Una mezcla de sentimientos un tanto extraña, que me hacía querer seguir riendo. 

Le miré una vez más, y todo se esfumó de mi mente. Axel, Daniel, Humprey, Kat, Marion, y todas las personas que conocía. Solo estaba él, y solo estaba yo. Carlos, y Bianca; solo eso. La decisión era díficil, y podía arruinarlo todo; pero estaba claro qué era lo que iba a escoger... o más bien a quién. Solo una persona me hacía querer hacer locuras, y solo una persona había conseguido que le quisiera. Y esa era la misma persona que ahora merecía una segunda oportunidad.

-Te quiero, Carlos.

 Y ya no hicieron falta ninguna otra palabras, porque se abalanzó a por mí. Y yo supe que nunca iba a dejar escapar esto. A él, a mí. Lucharía con todo lo que hiciera falta, porque así era el amor. Loco, incosnciente y totalmente influido por nuestras queridas hormonas. Y qué coño, porque el chico que tenía delante era un Dios griego también.

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¡¡¡¡Espero que os haya gustado!!!!

¡Ya falta poquito para el final! Pero bueno, creo que me dará para llegar hasta el capi 130 o por ahí, porque escribo muy lento.

Un beso, y espero que os haya gustado<3

PD: En especial dedicación a "María a secas"

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