5 minutos antes de la explosión.

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El interrogatorio se empezaba a tornar violento, Kouta no era comunicativo, este solo maldecía a Saíto mientras este le daba puñetazos en la cara. Havok observaba detenidamente la forma de reaccionar de Kouta al recibir los puñetazos, Miller y Yoshida hacían lo mismo.
- Resistirte a hablar no hará que ellos te vengan a sacar de acá - exclamo Saíto mientras sujetaba el cuello de la camisa a Kouta. - ¿Enserio crees que tu vida vale tanto para ellos?, ¿crees que ellos harían lo mismo que tú en una situación similar?
- Saíto veo que eres un idiota con prejuicios, no conoce nada de los Xfire.
Saíto le dio dos puñetazos en el lado izquierdo del rostro provocando que esa parte del rostro de Kouta empezara a tomar color morado, Kouta escupió sangre a su izquierda y volvió a ver a Saíto.
- Responde de una sola vez, o si no tendrás un trato preferencial.
- Saíto detente - interrumpió Havok sujetando el brazo izquierdo de Saíto que se dirigía de nuevo al rostro de Kouta. - Yo me encargare de esto, tengo un método que lo hará hablar.
- ¿Si tenías un método por qué no lo dijiste antes? - exclamo Saíto lanzando otro puñetazo a Kouta haciendo que este cayera al suelo.
- Un agente de la C.D.A. - dijo con voz burlona Kouta mientras se levantaba lentamente del suelo mientras observaba a Havok con una mirada de rabia - ¿Qué me hará un agente de una organización tan estúpida que no investiga bien lo que sucedió en la ciudad de Nuevo Kioto?
- Esto será bastante incómodo y doloroso para ti amigo - exclamo con una sonrisa Havok mientras se ponía unos guantes negros, estos guantes estos tenía una insignia, era como una i mayúscula, alrededor de ella habían unos cuadros verticales, sobre la punta de los cuadros habían unos brazos, formando un semi cuadro vertical. Havok junto las dos manos como seña de meditación, se lograba observar unos destellos de electricidad salir de las manos, este las separo, y solo dejo levantada a la altura de su pecho la mano derecha, una fuerte concentración de electricidad se encontraba sobre esa mano, los ojos de Havok se habían tornado azules.- Esto solo te dolerá un poco.
- Espera ¿qué piensas hacer? - Pregunto nerviosamente Kouta- Oye cálmate amigo, hablare lo que quieras peor no me toques con esa cosa, enserio es peligroso.
El rostro de Kouta reflejaba el temor que le tenía a esa concentración de electricidad que portaba sobre su mano derecha Havok.
- Señor ¿no creo que sea necesario hacer eso - pregunto Miller un poco preocupado, instantáneamente le respondió Saíto.
- Sera mejor que dejes trabajar a tu superior, no cree agente Miller.
-Pero ....
- confía en tu superior, es tu deber como subordinado. - Dijo Saíto fríamente, eso incomodo a Miller quien luego de mirar a Saíto, volvió a ver a Havok.
Havok no se inmutaba con nada, Kouta se encontraba ya en lágrimas, esto debido al pánico que le provocaba ver a Havok acercarse cada vez más a él con esa cosa eléctrica en la mano. Havok no aguanto más y se apresuró a ponerse frente a Kouta, instantáneamente coloco en la cabeza de Kouta la concentración eléctrica que tenía sobre su mano derecha, hubo un gran destello por toda la prisión, Kouta empezó a gritar fuertemente, parecía que los estaban desmembrando vivo, los ojos de este se volvieron azules, la electricidad empezaba a salir por sus ojos, boca, y oídos. Hubo un destello, luego de eso se dejó de ver la electricidad y la luz celeste que emergía de la cabeza de Kouta. Havok levanto la mano de la cabeza de ese sujeto, Kouta cayó al suelo como un costal de papas, se encontraba inconsciente.
- ¿Señor lo mato? - Pregunto confundido y preocupado Miller.
- No te preocupes Miller - Respondió tranquilamente Havok , este se dio la media vuelta con una sonrisa, mientras tenía los ojos cerrados - No tienes que preocuparte, lo que hice fue simple, solo concentre aire y un poco de mi conciencia en mi mano derecha que me permitiera entrar en la mente de Kouta para obtener algo de información.
- ¿Algo de tu conciencia? - pregunto confundido saíto.
- Había olvidado que tú no eras un alquimista saíto. - exclamo irónicamente Havok.- Veras la alquimia consiste en la energía natural que existe en cada cosa que hay en este mundo, muchos la denominaban como magia, otros como poder espiritual, y los más ridículos como un don milagroso, Nostradamus es uno de los alquimistas más reconocidos, y este adquirió gran popularidad por sus visiones, esas visiones no fue ningún don divino, ni tampoco espontaneas, todo alquimista lo sabe, el utilizo alquimia para obtener esas visiones, aunque a un alto precio, estas redujeron en gran medida sus años de vida debido a que utilizo una gran cantidad de energía vital para poder tener esas visiones. La forma en la que las obtuvo fue por medio de la energía vital del agua, y de los homúnculos que había creado, este era rodeado por una energía similar a la que concentre en mi mano y de esa forma obtenía las visiones.
- ¿Eso cómo se supone que me ayude entender lo que le hiciste?- Pregunto molesto y aún más confundido saíto.
- Si a eso voy no es necesario que te desesperes saíto, veras, concentre e aire en mis manos junto con un poco de energía alquímica o vital de mi cuerpo o como quieras llamarlo, para que de esa manera pudiera entrar a la memoria del sujeto ya que así pudiera tomar una parte de su energía alquímica, y la uniera con la mía, esto permitió que pudiera "penetrar" sus recuerdos, pero...parece que lo han entrenado para soportar eso.- dijo Havok mientras miraba Kouta quien se encontraba inconsciente en el suelo.
- Sigo sin entender, además eso no me importa mucho, solo dime obtuviste alguna información relevante.
- Por desgracia no saíto, parece que alguien creo una barrera de energía alquímica en lo que son los recuerdos, por eso fue el destello a solo 30 segundos de ver iniciado con eso.
- ¿Qué haremos señor? - Pregunto Miller - Esperaremos que despierte.
- Por supuesto, no debes de preguntar lo obvio Miller - respondió Havok mientras caminaba hacia la puerta de la celda - no nos iremos hasta verle sacado alguna información a este espía de quinta.
- Muy bien los dejo encargado del resto del interrogatorio - exclamo saíto quien ya había salido de la celda - hay algo que debo de atender con el sujeto nuevo, que nos encontramos mientras nos dirigíamos hacia aquí.
Saíto camino hacia la puerta, la abrió y la cerro, Havok y Miller se quedaron en la celda por algún motivo no le gusto escuchar lo que dijo uno de las fuerzas especiales que se encontraban custodiando a Kouta, parecía que recién habían encontrado cinco cuerpos sin vida de otros miembros de elite de las unidades de fuerzas especiales de la policía japonesa.
- Parece que saíto tendrá mucho trabajo por hacer.
- ¿Lo cree señor?
- Tengo un mal presentimiento Miller, tuvimos que ver traído alguna arma alquímica.
- ¿Cree que vengan por él?
- No te cansas de hacer preguntas Miller.
Se escuchó una fuerte explosión, había sido por los baños donde se habían encontrado con aquel sujeto que decía ser recién transferido.

Miller al igual que Havok actuaron impulsiva-mente, salieron de la habitación para hacer guardia en la habitación que daba con la habitación donde estaba la celda de Kouta.
"¿Alguna baja?"," unidad 7 responda", "unidad 10 responda" Parecía que la explosión había acabado con dos escuadrones, se empezaron a escuchar unos disparos por el camino que daba hacia la habitación donde se encontraba Havok y Miller. Yoshida se encontraba con ellos, este saco la pistola, y le dio las señas con la mano de que los dos miembros especiales se colocaran a los costados de la puerta.
- Parece que tenemos invitados .
- Creo que no es momento para esa clase de bromas.
- Vamos relájate Miller no hay que tomar todo tan apecho. - Dijo Havok mientras sacaba un revolver de su pantalón.
- Señor tendremos una confrontación sin nuestras armas.
- Miller, las armas no nos hacen especiales, al igual no hace especial a la alquimia, nosotros tenemos la capacidad de usar la alquimia, y a la vez somos lo mejor de lo mejor, ya que por alguna razón somos miembros de la C.D.A.
- A decir verdad tengo un mal presentimiento - dijo Yashida nerviosamente.

Instalaciones del centro de operaciones.
as unidades de las fuerzas especiales se empezaban a dispersar por todas las instalaciones de la base tratando de buscar a algún responsable de la explosión. El policía recién transferido, Goro Fujita se encontraba en el pasillo principal de la base de la policía japonesa mientras cargaba una gran sonrisa de oreja a oreja, caminaba llevando sus manos sujetadas a su espaldas, traía los ojos cerrados, una unidad de 6 policías de las fuerzas especiales de la policía japonesa se colocaron alrededor de él, dos a la izquierda dos a la derecha, otros dos enfrente. Coordinadamente, los seis le empezaron a apuntar con sus m-16, y éste se detuvo.
- ¿Qué sucede muchachos? - preguntó inocentemente Fujita con una sonrisa en su rostro.
- Deje de actuar. Sabemos muy bien que fue usted quien mató a nuestros camaradas en el baño, y también provoco la explosión. - exclamo uno de los policías que estaba frente a él.
- Chicos relajémonos, simplemente soy el chico nuevo, no soy ninguna clase de terrorista o algo así, estamos del mismo bando. - exclamó Fujita mientras movía su mano derecha en forma de negación.
- No somos idiotas - grito uno de los policías que estaba a la izquierda de Fujita.

- Chicos, enserio deben de relajarse, solo soy el chico nuevo, además tengo que ir a ver al inspector en jefe Saíto, harán que esté problemas en mis primeros días en la primera semana laboral que tengo de estar acá.
- ¿Y quién crees que nos mandó maldito espía?- Gritó uno de los policías a la derecha de Fujita. Fujita inclinó un poco su cabeza a la derecha, solo abrió un poco el ojo derecho y miró al policía. Aún poseía su sonrisa, pero esta ya no era una sonrisa larga. Los dos policías de la derecha empezaron a temblar al observar el ojo derecho de Fujita, el cual era de lo más raro: era anaranjado, no poseía un círculo, donde debía estar un círculo negro, había una cruz pequeña, esta tenía una figura triangular en las puntas. Sus ojos estaban entreabiertos, su sonrisa se volvió a alargar de oreja a oreja. Entonces, con incertidumbre, los 6 policías que lo rodeaban retrocedieron un poco, manteniendo su posición amenazante.
- Bien, entonces, si ese es el caso, será mejor que los mate a todos ¿no lo creen?- Fujita extendió su brazo a la derecha, y un aura anaranjada rodeó su mano. Con ella, su mano derecha parecía ser una gran mano con garras. Fujita la movió rápidamente a su derecha. En un instante, se lanzó hacia atrás, y con un movimiento rápido, arrancó la cabeza a los dos miembros de las fuerzas especiales policíacas. Los cuatro restantes empezaron a disparar hacia Fujita, quien por verse lanzado hacia atrás, se encontraba en el suelo, de un salto. Había caído de rodillas. Colocó su brazo que estaba cubierto de un aura anaranjada frente a él. El aura extraña se esparció como un escudo que cubría la mayor parte de su cuerpo. Los disparos impactaron en esta barrera, y Fujita puso su mano izquierda en el suelo. Inmediatamente, hubo un destello de energía anaranjada debajo de ella. Las fuerzas especiales seguían disparando, cuando del suelo aparecieron unos alfileres enormes de color naranja atravesando la cabeza de uno de los policías que estaban frente a él, y al otro policía le atravesó su garganta. El hombre se empezó a ahogar con su propia sangre, y los dos de la derecha fueron arrancados de la mitad de su cabeza por los alfileres de aura anaranjada. Éstos desaparecieron y Fujita se levantó. En un parpadeo, el aura anaranjada desapareció de su brazo derecho. Fujita hizo como si se limpiara las manos, inocentemente. Sus ojos estaban cerrados de nuevo. Mientras se arreglaba la gorra del uniforme, poseía la sonrisa enfermiza dibujada en su rostro y prosiguió exclamando - Vaya, parece que el inspector en jefe Saíto no es tan idiota después de todo. Será divertido jugar con sus hombres, aunque espero que sean más eficientes que estos seis payasos que no sirvieron ni para calentar - Tras esto, Fujita soltó una carcajada frenética, mientras empezaba a caminar por el pasillo con los brazos extendidos

Alquimia OscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora