Manchester 15:00 horas.

73 9 0
                                    


El ambiente de fiesta se percibía en el aire, una gran parte de los ciudadanos de la ciudad caminaban con camisas rojas y bufandas cantando "Glory, glory man United "mientras se dirigían al estadio Old trafford para ver la última fecha de la premiere, ese partido decidiría quien es el nuevo campeón de la liga inglesa de futbol, el partido los disputaría el Manchester United contra el Liverpool equipo que estaba igualado en puntos con el Manchester. Nadie en la ciudad quería perderse ese partido, existía un gran cordón de seguridad en los alrededores del estadio. Un grupo de cuatro niños observaban las filas que se hacían para comprar los pases para el partido, estos no tenían suficiente dinero para comprar una entrada, los niños cargaban una camisa del Manchester United y parecía que tenían 10 años tres de ellos y el más alto de ellos 12, estos estaba deprimidos por que no podrían ver el partido. Unos gritos de júbilo junto con aplausos empezaron a surgir entre la muchedumbre que se encontraban en los alrededores del estadio, estos empezaron a abrir un camino, como si trataran que pasara alguien, el niño que tenía 12 años levanto la cabeza para tratar de ver por qué la gente se abrió hasta el punto de hacer un camino, el niño se impresiono de ver a un joven que parecía tener 22 años caminando sobre ese camino y lo acompañaban tres hombres más vestidos de traje formal. el joven tenía el cabello rubio y dos flecos a los lados, sus ojos era amarillos, no era muy alto, este traía unos zapatos Adidas blancos, una chaqueta café clara que le llegaba hasta la mitad del muslo, traía una bufanda azul enrollada en el cuello y traía una camisa del Manchester United. El niño estaba sorprendido de ver como las mujeres tanto como jóvenes y adultas enloquecía al ver al joven apuesto, este tenía el rostro completamente ruborizado mientras saludaba a todas las personas con una sonrisa nerviosa. El joven miro en dirección hacia el niño de 12 años, el joven se percató que el niño estaba completamente asombrado de verlo, este empezó a caminar hacia el niño.
— ¿ Niño cómo te llamas? — pregunto el joven de ojos amarillos al ponerse frente al niño.
— Me...— el niño estaba en shock, este empezó a tartamudear por los mismos nervios que tenía por tener a aquel joven frente a él. — me, me....ee.me...lla..Llamo....Will.
— Ya veo Will... ¿cuántos años tienes Will?
— 12 años señor.
— ¿Estas solo aquí en el estadio?
— No vi..vi...vine con mis dos hermanos y un amigo de ellos al partido pepepero no tenemos didinenerooo para la entradas. — dijo el niño mientras agachaba la cabeza con un rostro de tristeza.
— Muy bien dile a tus tres acompañantes que vengan yo les pagare las entradas. — Exclamo el joven con una gran sonrisa, una sonrisa sincera.
— ¿Lo dice enserio señor? — pregunto el niño de forma eufórica.
— Por supuesto Will ustedes tienen derecho de disfrutar este partido así que vamos ve a decirle a tus hermanos.
— Muchas gracias señor pero podría decirme ¿Quién es usted?
— ¿Quién soy? — Pregunto El joven señalándose el mismo — Bueno mi nombre es Edward Folker pero tú puedes llamarme Ed, Will  ahora ve por tus hermanos. — dijo con una gran sonrisa el joven Folker. El niño contemplo el rostro de Ed y luego corrió con una gran sonrisa hacia sus hermanos.
— Señor no debería de exponerse de esa manera. — expreso uno de los agentes de seguridad que cuidaban al joven Folker.
— Blake ve a comprarle las 4 entradas a los niños.
— ¿Qué pero señor no cree que es innecesario meterlos al estadio?
— Muy bien Blake te diré dos cosas muy importantes, la primera estos niños tienen el derecho de ver este partido como todos, y segundo yo no te pago para que critiques mis decisiones. — dijo Edward mientras metía sus manos a las bolsas del pantalón.
— pero señor.
— Que vayas a comprar las entradas, y ya te dije que no te pago para que critiques mis órdenes.
El tono de voz con lo que dijo eso hizo que Blake fuera directo a la fila de la taquilla, después de cinco minutos Blake tenía las entradas de los niños, Ed se las entrego y estos lo siguieron, cada uno de los niños no despegaban la mirada del joven Folker, al igual que la mayoría de los presentes en el estadio aplaudían la acción.

El partido empezaría en diez minutos, el ambiente al interior del estadio era increíble, las barras de ambos equipos cantaban, y correaban el nombre de su equipo. Los cuatro niños se encontraban emocionados de estar junto al hijo del duque Folker, el famoso Edward Folker, amado por miles, y respetado por todos. Edward Folker tenía sus manos cruzadas, movía su pierna derecha a cada instante, eso era un símbolo de nerviosismo por parte de él. El joven Folker era un gran aficionado al Manchester United y en pocas ocasiones pudo visitar el Old Trafford.
— Señor Edward Folker — dijo un hombre que había colocado su mano encima del hombro del Joven. El hombre tenía el cabello completamente blanco al igual que su bigote, sus ojos eran azules. Este traía puesto un traje formal y una chaqueta negra, alrededor de su cuello tenía una bufanda del Liverpool.
— General Wesley no pensé verlo aquí. — Exclamo Folker cuando vio el rostro de aquel hombre que tocaba su hombro.
— No me perdería por nada de este mundo este partido joven Folker..Veo que es aficionado del Manchester United.
— Y parece que usted es un aficionado del Liverpool no.
—Creo que es ridículo que digamos lo evidente señor Folker. — La mirada de Edward y el general Wisley chocaron por un minuto. — Por cierto Edward te presento a mi hijo Kimbley Wisley. — Expreso el hombre con una gran sonrisa señalando a su lado derecho a un joven aproximadamente de 20 años, este tenía un suéter rojo con el escudo del Liverpool y cuello de tortuga, el chico poseía el cabello peinado hacia atrás, y uno que otro mechón de pelo sobre su frente, los ojos del chico era azules, y su piel blanca.
— Mucho gusto señor Folker es un placer conocerlo soy un gran admirador de su trabajo en La Organización de Naciones Unidas. — Exclamo Kimbley estrechando su mano con una sonrisa bastante inocente.
— Kimbley Wisley, parece que tienes un nombre para una gaseosa, y el placer es mio. — dijo Edward mientras estrechaba su mano con la de Kimbley.
— Él trabaja en la ONU con nosotros sabe, es el asistente del presidente actual.
— ¿Asistente de Ferreiro? Es extraño que no te haya visto en ninguna asamblea a lado de el.
— Lo que sucede señor Folker que los asistentes no tenemos permitido entrar— Exclamo el Kimbley mientras se rascaba la cabeza un poco apenado.— pero cuando mi padre sea el presidente de la organización posiblemente me vea en las asambleas.
— Asi que el jefe máximo de la OTAN aceptara la candidatura a presidente de la ONU interesante.
— Sabes también sería bueno que dijeras que tengo bajo mi mando a la unidad de control de Alquimia. — La voz del general Wisley se volvió ronca y seria. — Le diré algo de confianza señor Folker, hay un escuadrón aproximadamente de 27 hombres que se dirigen a Japón en estos momentos, parece que los tratados de su padre corren peligro.
— ¿Peligro?
— Encontraron a unos Xfires muertos en un apartamento de una de las zonas de los Unravel, El agente Havok contendrá la situación pero si falla sabe que es lo que sucederá Señor Folker.
— ¿Es una broma verdad? Sabe muy bien lo que significa un hecho de esa magnitud, eso significaría que el trabajo de mi padre haya sido en vano.
— Lo sé muy bien por eso se lo digo porque quiero que sepa que mis hombres van a trabajar duro para que no se pierda la paz por la que lucho su padre.
— jajaja me parece algo irónico padre y señor Folker. — Dijo kimbley con una sonrisa interviniendo en la conversación. — Serán rivales por la presidencia de la ONU y también lo serán hoy durante el partido.
Edward solo lo observo a ambos pensativo, cuando el estadio estallo de júbilo por la salida de los equipos, el partido parecía estar próximo a empezar.
—Buenas suerte general y kimbley.
—Buena suerte Edward Folker.
— Que gane el mejor —dijo Edward estrechándole la mano al general Wesley.

Alquimia OscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora