Confrontacion

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Reese iba en la primera fila de las tres columnas que iban frente al tanque, Atrás de este iban veinte escuadrones de soldados de la O.T.A.N. estos caminaban sobre las ruinas de Sakuragicho. El capitán Jonhson iba en la primera fila junto a Reese, este se detuvo, levanto la mano como señal que todos se detuvieran, algo lo estaba incomodando al igual que el resto de soldados, era la niebla que surgió dentro de la ciudad desde el momento en que entraron a la ciudad.
— ¿Solo tres sujetos provocaron todo este daño?— Exclamo uno de los soldados con miedo.
— Algo no esta bien— Dijo en voz baja Reese, este levanto la bota al sentir que estaba pateando algo plano, era la cabeza de un niño de siete años, frente a el se encontraba el cuerpo de una mujer, frente a los soldados había una pila de muertos que trataron de escapar de esos sujetos, era un baño de sangre y cuerpos sin vida. Uno de los soldados vomito al ver esa imagen. Unos cuerpos se encontraban clavados por alfileres que perforaba la cabeza, otros tenían la cabeza aplastada o ese encontraban mutilados, los cuerpos eran de niños, mujeres , hombres ancianos, no había diferencia entre los cuerpos.
— ¡NO TITUBEEN!— Grito cabreado el capitán Jonhson— Vamos a hacer pagar a los bastardos que hicieron esto— Movió la mano como señal que se empezaran a movilizar.
— Son unos monstruos— Exclamo con una voz temblorosa Reese, este se encontraba temblando del miedo, su rifle temblaba cuando caminaba pero era debido a la forma como temblaba el por el miedo. Reese levanto la cabeza, su corazón se acelero mas al ver una silueta caminar entre la sombre a unos metros de la primera unidad de choque. Se escuchaban los pasos sobre la laguna de sangre— Señor ¿ordenes?— Exclamo invadido por el miedo Reese.
— Díganle al sujeto del tanque que dispar— Una onda de aire paso a su derecha, seguido a eso hubo una gran explosión a sus espaldas, El capitán aun en shock por la onda de aire que lo había interrumpido volteo a ver su brazo derecho debido a que sentía un dolor punzante, este quedo inmóvil por el miedo y dolor, su brazo derecho había sido arrancado por la corriente de aire, luego volteo a ver al tanque, este había estallado en su interior. Otra onda de aire atravesó su pecho haciendo que este cayera de manera inmediata al suelo, el capitán había muerto.

Los soldados levantaron la cabeza con miedo, la neblina se había dispersado un poco por la corriente de aire, frente a ellos estaba un sujeto de cabello blanco con ojos rojos, y una sonrisa inocente, su brazo estaba estirado apuntando en dirección al tanque, sus dedos estaban cruzados.
— Les parece si empezamos con el juego— Exclamo Kaworu con una sonrisa benevolente. Los soldados abrieron fuego sin pensarlo dos veces, un soldado corrió hacia el frente y disparo un misil con su rpg, Kaworu sonrió y levanto la mano derecha, un muro se levanto frente a el, los disparos y el misil del RPG impacto en la pared— Los humanos nunca aprenden, creen que sus armas pueden hacernos algo—Camino sobre los restos de la pared que había creado mientras los disparos pasaban a la par de el, abrió la palma de su mano derecha, una esfera de energía morada— Por eso deben de ser regidos por una ley absoluta, por eso los Unravel debemos de gobernarlos — Kaworu extendió su mano, apunto la esfera de energía en dirección a los soldados, la energía salio disparada hacia los soldados. La energía desintegro a los soldados que estaban frente al tanque, fue lo mismo para los soldados que estaba atrás.
Reese se había escondido en uno de los escombros de los edificios que se ubicaban a la derecha del tanque, habían otros cinco soldados con el, todos estaban temblando, uno de ellos tenia los pantalones orinados.
— ¿Qué se supone que hagamos ahorita?—Pregunto el soldado de pantalones orinados mientras se quitaba el casco y sujetaba su cabeza como señal de pánico.
— Guarda silencio, es lo primero que deberías de hacer si ese sujeto nos escucha estaremos jodidos— Dijo otro soldado de piel oscura.
— Creo que lo mejor seria salir de este edificio a buscar un refugio o tratar de salir de la ciudad— Sugirió  Reese— Es mas que lógico que estamos jodidos.

Kaworu se detuvo frente al edificio donde se encontraba Reese, levanto la cabeza hacia arriba y exclamo con seriedad.
— Roy, Makoto bajen de los edificios, las reglas de este juego ha cambiado.— Roy era el sujeto de cabello largo, el salto del edificio que se encontraba a la izquierda de Kaworu, del edificio de la derecha salto Makoto quien tenia un corte de pelo similar al de los militares. Estos se arrodillaron frente a Kaworu.
— Si Lord ¿Cuál es su deseo?— Preguntaron sincronizada mente ambos.
— Roy quiero que extermines a los soldados que se encuentran escondidos en los edificios de lado Oeste y tu Makoto a los de la Este, quiero que los exterminen a todos, y no se contengan con nuestros invitados del C.D.A. — Kaworu hizo una sonrisa inocente— Es hora de que me divierta con el shinigami alquimista.
— ¿El shinigami alquimista se encuentra aquí?— Pregunto sorprendido Makoto— Yo quiero enfrentarme contra ese miserable.
— Moriras Makoto, además deseo comprobar que tan fuerte es— Kaworu los miro a ambos — Retírense— La mirada con las que los vio era intimidante al punto que ambos siguieron las ordenes de Kaworu sin protestar.

Los agentes del C.D.A. comandados por Saubers se encontraban en la entrada de la ciudad. Los disparos se escuchaban, eran la señal que ya habían encontrado a los responsables de causar daño en la ciudad de Sakuragicho. El sonido de los disparos disminuyó de forma rápida.
— Ikki quiero que vayas a lado oeste de la ciudad y tu Miller al lado este, yo tomare la ruta por donde paso el tanque— Ordeno Saubers.
— ¿Cree que es buena idea que nos separemos?—Pregunto Miller.
— No tienes que preocuparte por eso Miller, nuestras armas alquímicas nos sacaran de problemas— Dijo Ikki mostrando sus dos pistolas alquímicas que tenia colección de dagas de tamaño mediano.
— Es una corazonada, les daré un consejo, sigan sus instintos en un combate, acaben con el enemigo si tienen la oportunidad de hacerlo en el primer ataque— Saubers extendió su brazo, los demás hicieron lo mismo y chocaron sus puños. Ikki y Miller tomaron sus caminos, Saubers se quedo con otros dos agentes, los miro de reojo— Tengan cuidado, hay algo que no me gusta de este camino.— La niebla se empezaba a dispersar por la ciudad.

Alquimia OscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora