Observando a Los Muggles

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Sirius Black consiguió un nuevo pasatiempo durante la primavera que siguió a la visita de Eileen Prince. Él lo llamaba "Observando a los muggles". Él nunca asoció ese nuevo pasatiempo con la visita de Eileen Prince y su hijo de diez años. Incluso sin asociar nada, había una agobiante pregunta que parecía estar retumbando en su mente desde que ellos estuvieron en su casa. Él se posaría en el ático del Numero 12 de Grimmauld Place con un viejo par de Omniculares comprados en un juego de Quidditch al que Orion Black había llevado a Sirius y su hermano como regalo de cumpleaños para Sirius. Haría girar el objeto y observaría a los muggles mientras ellos se movían alrededor del parque que estaba en frente de la casa, paseando a sus perros y jugando en la sombra de los arboles mientras los meses hacían el clima cada vez más cálido. ¿Acaso había alguna diferencia entre muggles y magos? ¿Realmente había razón alguna para odiarlos como sus padres siempre lo hacían?

Los Black siempre se iban más allá de sí mismos en su forma de demostrar su odio, en realidad. Orion Black siempre ignoraba brutalmente el Estatuto Internacional del Secreto Mágico, rehusándose a utilizar ropa muggle, incluso cuando se aventuraba entre las públicas calles de Londres. Lanzaba miradas frías a cualquiera que se atreviese a mirarlo por sus túnicas ondeantes. Walburga murmuraba una larga lista de insultos por lo bajo cuando pasaba frente a cualquiera que no fuese un descendiente de los sangre pura. Había arruinado muchas de las caras del tapiz de la familia Black, como lo hizo con Eileen Prince, por una gran variedad de ofensas que pudiesen estar relacionados con la anulación de alguna de las ramas del árbol.

-¡Asquerosos! –susurraba al tapiz cada vez.

Los Black también habían tenido cierto interés últimamente en los movimientos políticos del nuevo líder, un Señor Tenebroso del que ellos hablaban con fervor en la mesa durante la cena, mientras Kreacher se apresuraba a servir la comida para la familia. Con entusiasmo, los Black dieron su fortuna a la causa del Señor Tenebroso, esperando el día en el que pudiesen hacer más. El Señor Tenebroso cambiaría la manera en la que eran mirados, aseguraban, y arreglaría las cosas en el mundo mágico. El estatus de sangre finalmente tendría la atención que merece, y los sangre pura se convertirían en los nuevos gobernantes sobre los asquerosos mestizos, sangre sucia y muggles.

Pero todas las veces que Sirius ha escuchado las sentencias de odio de sus padres, nunca había escuchado una verdadera razón por la cual ellos odiaban a los muggles y los mestizos, pero él estaba e una edad en la que se sentía tonto de preguntar por qué (era algo que debió haber preguntado cuando era un niño, algo que sus padres esperaban que el supiera por instinto). Así que se propuso a observarlo por sí mismo.

Por eso, la observación de muggles.

Todos los días Sirius se sentaba en el ático, posado en la ventana más alta de la casa, observando con sus omniculares. Al principio su tiempo en el ático era interrumpido por las visitar de Regulus, quien le pedía detener su espionaje para jugar Snaps Explosivos, pero cuando Regulus aprendió que Sirius nunca aceptaba jugar con él, eventualmente dejó de acercarse, optando por enseñar a Kreacher como jugar. Sirius perdía la noción de tiempo y llegaba tarde a las cenas familiares o abandonaba completamente sus estudios por un día entero, atrapado por la rutina de los muggles que visitaban la cuadra.

Un niño en particular atrajo la atención de Sirius más que cualquier otro que frecuentaba el parque. El niño iba al parque solo, se sentaba en el banco y dibujaba en su cuaderno. Dibujó grandes pinturas que hacían que Sirius usara el zoom de sus omniculares para ver mejor. Dibujos de piratas y caballeros alrededor de una mesa, astronautas y todo tipo de cosas. Las pinceladas del niño eran como magia, la forma en la que presionaba el carboncillo sobre el papel cambiaba como las marcas se formarían, y las pinturas parecían cobrar vida. No porque estuviesen literalmente moviéndose, como las fotos de los magos, más bien porque estaban tan bien animadas que no necesitaban moverse.

Los Merodeadores: Primer AñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora