Los Merodeadores: Primer Año

Preparativos

Ninguno de los profesores entendía que había hecho que Peter Pettigrew empezara a hacer tantas preguntas en clases de la noche a la mañana. Especialmente el profesor Moody en Defensa. Moody miró a Peter con su ojo bueno y lamió su labio inferior con interés y cuestionamiento cuando las calificaciones de Peter comenzaron a elevarse. Por supuesto que James, Sirius y Remus conocían la razón. Era porque Peter Pettigrew de repente se había motivado muchísimo a saber todo lo que le fuese posible sobre cómo defenderse a sí mismo del Señor Tenebroso.

De hecho, todos los chicos se estaban esforzando al máximo con sus estudios en preparación para ejecutar su plan, al cual se reverían como "Operación Moldy Voldy". Todos habían acordado durante el más extenso proceso de planear su operación, que necesitarían llenar su arsenal de hechizos potentes para pelear y protegerse, en caso de que Quien No Debe Ser Nombrado encontrara la manera de resistirse a sus aturdidores. Se habían aferrado a sus libros e inmediatamente comenzaron a trabajar, practicando cualquier hechizo, encantamiento o maldición que pensaron podría ser útil para ayudarlos en medio de la batalla.

Pero los hechizos no eran la única cosa en la que estaban trabajando para las preparaciones: Habían encontrado el mapa que James y Sirius esperaban conseguir, el que les mostraba los terrenos de Hogwarts y dónde estaba el límite en el Bosque Prohibido.

Fue Peter quien se dio cuenta del principal problema que el mapa presentaba:

-¿Cómo sabremos que tanto debemos caminar, una vez que estemos en el bosque, para saber que estamos fuera de los terrenos? –preguntó, mirando a los otros tres- ¿Cómo medimos que tan lejos hemos llegado?

-Bueno... Caray, nunca lo consideramos, ¿o sí? –dijo James.

-Contaremos nuestros pasos –sugirió Sirius.

Así fue como los chicos pasaron muchos periodos libres en los terrenos, caminando alrededor del castillo hasta el inicio del bosque, contando sus pasos mientras caminaban, murmurando números mientras se movían desde el vestíbulo principal hasta el primer árbol, donde escribían la cuenta que habían sacado y procedían a caminar de vuelta, saludando a Hagrid, quien estaba en su cultivo de vegetales plantando algo.

Gracias a las muchas preparaciones que habían surgido (y la insistencia de Remus de que no debían apresurarse con el plan), decidieron poner la Operación Moldy Voldi en acción en abril, en vez de antes de la próxima luna llena como Sirius había decidido. Pero Sirius estaba ansioso y nervioso de posponerlo tanto y enterró el espejo aún más profundo en su baúl, rehusándose a abrirlo hasta que fuera absolutamente necesario, temiendo que el Señor Tenebroso lo estuviese observando. Nada era más crucial en el plan que mantenerlo en secreto.

-Estoy contenta de verlos tan estudiosos –les dijo la profesora McGonagall una tarde, sorprendida de encontrarlos amontonados en una mesa de la biblioteca de la escuela- Si necesitan alguna ayuda con cualquier tarea, siéntanse libres de pasarse por mi oficina –agregó, sonriendo a través de su marcado acento escocés mientras se paseaba por la montaña de libros.

-¡Si tan solo supiera lo que planeamos! –Murmuró Sirius- Dudo que quiera ayudarnos con eso, ¿eh?

-Lo dudo mucho –concordó James.

El fin de semana de luna llena, Remus les recordó firmemente de no ir, bajo ninguna circunstancia, tras el Señor Tenebroso antes de su regreso.

-Recuerden –dijo él- Prométanlo –añadió.

-Por supuesto que no iríamos sin ti –Sirius parecía estar en shock- ¿Alguna vez he hecho algo como esto sin ti, compañero?

Remus alzó una ceja.