Peter había olvidado completamente la dirección en la que habían ido cuando llegó al pasillo. En su pánico, corrió a lo largo de los pasillos, pensando escuchar a Lucius Malfoy tras él y abrió la primera puerta que encontró. Se metió dentro, tropezó y cayó los cortos pasos que lo llevaron a una parte del suelo, cayendo sobre su espalda.
Descubrió que estaba mirando un techo que se veía como una pecera verde y gigante con una gran colección de plantas acuáticas meciéndose como sombras entre el agua detrás del vidrio. Eso producía una luz verde y sombría en la habitación. Rodó sobre su estómago y miró alrededor. Había muebles y sillas rodeando una chimenea de hierro forjado con grandes serpientes decorativas que se enrollaban y curveaban a los lados. Paredes verdes, plateadas y de piedra le daban un aire sofisticado y oscuro a la habitación. Sintió su boca secarse mientras se ponía de pie.
De alguna u otra forma, había terminado en la sala común de Slytherin.
Se apresuró a volver a la puerta cuando una figura salió de la oscuridad, bloqueando su paso.
-¿Qué estás haciendo tú aquí? –dijo la voz. La figura se paseó en una luz verde y su descuidado y grasoso cabello fue inconfundible. Severus Snape lo miriaba fijamente desde la oscuridad y Peter se retorció incómodamente. Severus, quien había escuchado a Lucius Malfoy salir a toda prisa de la sala común, se había levantado para ir a investigar y casi se tropieza con Peter corriendo en la sala común. Ahora Peter estaba temblando ante él, y obviamente no le iba a contar lo que estaba haciendo en la sala. Sólo un Slytherin podía abrir la puerta. En lugar de tener una contraseña, la puerta estaba encantada en un estilo muy similar al del sombrero seleccionador. Las posibilidades de que Peter pudiese abrir esa puerta eran interesantes, si acaso existían.
Severus lo miró con ojos entrecerrados.
-¿Y bien? –insistió.
Peter negó con la cabeza e hizo ademán de esquivar a Severus para pasar por la puerta pero Severus lo tomó por el brazo para impedirle que saliera y lo miró fijamente, severo. Peter hizo una mueca de terror. Después de un momento de silencio, la cara de Severus se iluminó con una expresión de entendimiento o sospecha. Miró hacia la puerta por un momento, luego de vuelta a Peter.
-¿Dónde están tus amigos? –preguntó con brusquedad.
-Estoy solo –chilló Peter.
-Obviamente –dijo Severus de mala gana- Pero no lo estabas cuando viniste aquí a husmear, ¿o sí? ¿A dónde fueron?
-No sé de qué me hablas –murmuró Peter- Yo... Yo vine... Vine solo.
La voz de Severus fue firme: -No pudiste haber venido aquí solo. No eres lo suficientemente valiente.
-Soy valiente –dijo Peter- Estoy en Gryffindor.
-Y no sé cómo- Severus lo consideró por un momento- Como sea, con o sin ellos, estás en un montón de problemas. No se supone que debas estar en otra sala común, para empezar, o incluso fuera de la cama a esta hora. Creo que el señor Filch estará muy interesado en escuchar sobre esta visita que nos has dado.
Peter no podía creer los problemas en los que se había metido y todo por James, Sirius y Remus. ¡Todo era culpa de ellos! Si ellos no metieran las narices donde no les incumbe y no lo hubieran arrastrado hasta ese lugar en una de sus estúpidas "misiones"... Como si ellos pudiesen haber hecho algo al respecto. ¡Ellos! ¡En primer año! No tenía sentido y ahora él iba a ganarse una detención –o a ser expulsado, tal vez- y ni siquiera era su culpa, su idea. ¿Y donde estaban Sirius y James ahora? No siendo atrapados, ahí estaban, probablemente ya metidos en sus camas, cálidos y cómodos.
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Los Merodeadores: Primer Año
RandomLunático. Colagusano. Canuto. Cornamenta. Sus aventuras fueron leyenda en Hogwarts. Pero también hay historias no contadas, historias que sólo ellos conocen. Acompáñalos y descubre la verdadera historia de Los Merodeadores de Hogwarts. ...