Detectores de Tenebrismo

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-¡Lo que este lugar necesita es un bendito mapa! –exclamó Sirius.

Era lunes y estaban perdidos tratando de encontrar la forma de llegar a su clase de Defensa Contra las Artes Oscuras. Remus no tenía idea, ya que nunca había ido a esa clase por estar "enfermo" la semana anterior, y ninguno de los otros chicos parecía tener alguna pista sobre a donde estaban yendo. Ellos sólo habían seguido a Lily antes.

-Un mapa sería increíble –concordó James, mirando agitado a cada lado del pasillo- Caramba, todos se ven iguales, ¿no les parece?

-Creo que ya hemos visto ese retrato antes –dijo Remus, señalando a un pequeño cuadro en la pared mostrando un caballero y un pequeño y robusto caballo. El caballero con armadura acababa de haber sido derribado por su corcel y estaba intentando volverlo a montar, pero seguía atascando su armadura en la silla de montar del caballo.

-Sí, Sir Cadogan –dijo Peter.

-Sir Cadogan, el caballero loco –murmuró Sirius- ¡Huy, enserio!

Acababan de cruzar la esquina y se encontraron en los pies de la escalera que llevaba al vestíbulo de entrada de nuevo. Habían recorrido ese punto varias veces.

James miró su reloj. –Vamos muy tarde.

Remus frunció el ceño. –Nunca voy a aprender teoría de defensa a este paso.

-¡Aquí están! –los chicos se dieron vuelta para encontrar al profesor Tutman acercándose a ellos con Lily pisándole los talones, cargando con una caja bajo su brazo- Estuvimos buscándolos –dijo jovialmente.

-Nosotros también estuvimos buscándolos –dijo James.

El profesor Tutman hizo un gesto para que lo siguieran. –Nuestra clase de hoy será afuera –dijo, guiando el camino.

Los chicos caminaron escaleras abajo con el profesor Tutman y Lily, a través del vestíbulo de entrada y hacia los terrenos. Era un fresco día de otoño, uno que prometía traer un frío invierno. Lily bajó las mangas de su suéter hacia sus manos y Sirius frotó sus palmas para calentarlas. El profesor Tutman los guió hasta el lago, donde había un gran roble y se sentaron bajo éste en el césped y el profesor Tutman posó la caja que había estado llevando en el suelo.

-La razón por la que los he sacado del castillo es para poder mostrarles algunos detectores de tenebrismo que sé que no funcionarían estando tan cerca de los estudiantes dentro del castillo –dijo. Metió la mano dentro de la caja y sacó de ésta un montón de instrumentos brillantes, algunos que Remus recordó haber visto en la oficina de Dumbledore. El profesor Tutman los colocó encima de la caja para que ellos pudieran verlos. Había un gran objeto plateado que la parte de arriba parecía levitar en su huso, un espejo, un juego de balanzas y un par de objetos con formas extrañas que James tuvo que estirar su cuello para poder ver desde donde estaba sentado, un poco atrás de Peter Pettigrew, quien había peinado su cabello rubio ceniza para arriba esa mañana, tratando de hacerlo lucir desordenado como el de James, pero sólo consiguiendo que se viera desastroso.

Una vez que todos los instrumentos estaban fuera de la caja, el profesor Tutman agitó su varita para activarlos y éstos comenzaron a moverse e iluminarse. La cosa con punta levitante comenzó a girar, haciéndose borroso por la velocidad de sus giros, y el espejo se nubló con figuras como sombras al mismo tiempo que otra cosa que lucía como una caja grande y rectangular con luces en ella parpadeó sin control.

-Bien, no estamos lo suficientemente lejos de la escuela como pensé, o tal vez alguno aquí tiene un secreto oscuro –dijo Tutman, mirando a cada uno de ellos.

Remus frunció sus cejas, tratando de parecer tan preocupado como los otros, pero bajo su túnica de Hogwarts sintió su piel calentarse. ¿Las herramientas del profesor Tutman podrían ver que era un hombre lobo?

Los Merodeadores: Primer AñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora