Tic, tic, tic, tic, tic.
Sirius se estiró, pero no se despertó.
Tic, tic, tic, tic.
-Ugh, que alguien deje entrar al jodido pájaro –gruñó la voz de James por debajo de la profundidad de mantas y almohadas que lo cubrían.
Tic, tic, tic, tic, tic.
-Es el jodido pájaro de Sirius –se quejó Peter.
-Por Merlín, Sirius, responde tu lechuza –comandó Jame soñoliento.
El rostro de Sirius estaba firmemente plantado en su almohada.
-No tengo ninguna lechuza, ¿Quién me enviaría a mí una lechuza?
-Pero esa no es Bubo, él toca con su pico, no con sus garras –respondió James, cubriendo su cabeza con su almohada
Tic, tic, tic, tic, tic, tic, tic, tic, tic...
-¡ESTÁ BIEN! Está bien. Estoy despierto. Estoy despierto –Sirius rodó fuera de su cama, aterrizando con sus pies y se acercó para abrir la ventana para dejar que la lechuza entrara al dormitorio. Para su sorpresa, los chicos estaban en lo correcto y esa era su lechuza, o al menos la de su familia. Adolf, le llamaban ellos. La lechuza lanzó la carta en la mano de Sirius y, sin esperar un pago o comida, se dio la vuelta y batió sus alas fuera de la ventana, por los terrenos y voló en dirección a Londres. Sirius bajó la vista a la carta en shock.
James se sentó.
-¿De quién es? –preguntó en medio de su bostezo.
Sirius alzó la vista, la perplejidad en su rostro era más que evidente.
-Mi madre.
-¿Tu madre? –Preguntó James, comprendiendo lo significante de que la madre de Sirius le enviara una carta a la escuela- Pero... ¿Pero por qué?
-No sé, no la he abierto aún, ¿o sí? –dijo Sirius, dándose la vuelta. La punta del sobre estaba sellada con un sello indestructible, presionado por el anillo con el sello ornamentado que su madre siempre usaba, el cual pintaba el escudo de la familia Black.
Incluso Peter estaba interesado ahora, mirando por encima del hombro de James desde su cama.
-¿Qué esperas? –Apresuró él- Ábrelo.
Sirius tomó una respiración profunda y pasó su dedo por debajo del sello, abriendo el sobre y extrayendo un pedazo de pergamino doblado, el cual Sirius examinó para ver la escritura corrida y pequeña de su madre garabateada de un lado a otro del pergamino en una sola línea. Un nudo se formó en su garganta mientras miraba las palabras que ella había escrito.
-¿Y qué dice? –preguntó Peter, inclinándose ahora hacia la cama de James en un intento de ver mejor.
-¿Sirius? ¿Estás bien, compañero? –preguntó James, preocupado por el rostro considerablemente pálido de Sirius. Sin decir una palabra, Sirius le ofreció la nota a James y retrocedió unos cuantos pasos para sentarse en la orilla de su cama. James le dio la vuelta al sobre y miró las palabras en el papel.
-Recuerda que todo lo que haces es un reflejo en la Casa de los Black.
Peter alzó la vista.
-¿Qué significa eso? –preguntó estúpidamente.
Sirius alzó la vista lentamente.
-Significa que sabe lo del espejo y no está feliz por eso –contestó.
James pareció nervioso.
-¿Cómo lo sabe? –preguntó Peter.
Sirius se mordió el labio, temiendo decir en voz alta la única respuesta en la que podía pensar.
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Los Merodeadores: Primer Año
RandomLunático. Colagusano. Canuto. Cornamenta. Sus aventuras fueron leyenda en Hogwarts. Pero también hay historias no contadas, historias que sólo ellos conocen. Acompáñalos y descubre la verdadera historia de Los Merodeadores de Hogwarts. ...