Encuentros

1K 110 9
                                    

Sirius Black no era el único estudiante de Hogwarts que temía el final de año escolar. Severus Snape también pensaba en eso cada día. Aún faltaban meses para eso, pero era claro el cambio de la atmosfera en Hogwarts, los profesores poniéndose más serios con sus lecciones, dejando escapar pistas sobre la información que sería más importante para sus exámenes de fin de año. Mucho de los estudiantes que estaban emocionados por el verano comenzaron a hablar sobre los planes que estaban haciendo para cuando llegaran a casa, y incluso Lily no parecía poder parar de recordarle a Severus que no quedaba mucho tiempo antes de partir a casa.

-Nos podremos ver más seguido –dijo ella felizmente- No puedo esperar. Te he extrañado tanto, y es un dolor tener que pasar todo nuestro tiempo juntos en lugares extraños –Estaban ese día escondidos en un lugar alejado en los invernaderos, volteando una carretilla para usarla como asiento, viendo la lluvia caer desde la protección de un techo de plástico transparente.

Severus hesitó.

-Bueno... No estoy seguro de que tan seguido estaré en casa, para ser honesto –dijo él, con cuidado de no mirar a Lily a los ojos.

-¿Qué tan seguido? ¿A dónde irás? –preguntó Lily.

Severus dudó.

Él estaría con el Señor Tenebroso por las lecciones de legeremancia y temía que ver a Lily Evans muy seguido provocara tenerla en su mente y arruinara sus planes de protegerla de que Voldemort la viera en sus pensamientos. Ya sería lo suficientemente difícil mantener la imagen de esos ojos verdes fuera de su cabeza... Se volteó para mirarlos, cuando el más fuerte sentimiento de que sólo tenía cierto tiempo para mirarlos se apoderó de él. No seas tonto, se dijo a sí mismo, pero el sentimiento lo invadió cuando la miró fijamente. Se veían incluso más verdes de lo común gracias a la lluvia abismal.

-Mi mamá ha hecho algunos amigos, tal vez los visitemos –dijo él- Y Lucius me ha pedido que lo visite... -se encogió de hombros.

Lily hizo una mueca.

-Lucius Malfoy es un brabucón. No sé por qué querrías estar cerca de él. Luego de lo que le hizo a Bilius Weasley...

-Bilius es un ladrón –respondió Severus con rapidez.

-Bilius no es un ladrón –dijo Lily con convicción.

El trance de Severus causado por la belleza de sus ojos fue disturbado por la fuerza de las palabras.

-Claro que lo es- dijo él- Te lo dije, las cosas de Malfoy desaparecieron justo antes de la pelea. Es un ladrón. Él no es bueno, al igual que todos los Weasley.

-Bilius no tuvo nada que ver con el robo de las cosas de Malfoy –dio Lily, enfadada.

-¿Cómo lo sabes? No sabes nada al respecto –dijo Severus.

Lily tenía tantas ganas de contarle a Severus cómo sabía que no había sido Bilius. Se imaginó el impacto plasmado en su rostro si le decía que había sido ella quien había robado el bendito espejo del dormitorio de Lucius. Él probablemente se desmayaría justo frente a ella por la sorpresa. Pero le había prometido a Sirius que no diría nada. Lily buscó los ojos de Severus por un momento, pero él apartó la mirada y volteó hacia el lago.

-Él estaba en el Gran Comedor durante la cena –dijo ella- Estaba sentado con Alice, Derek y conmigo. No pudo haber tenido tiempo de ir a las mazmorras y robarle algo a Lucius.

Se sintió terrible por mentirle a Severus de ese modo, pero no tenía otra opción. Hubo un tiempo en el que habría confiado en él para que mantuviese el secreto, cuando le habría contado todo lo que había sucedido en las mazmorras aquella noche sabiendo que él nunca le diría a nadie... Pero había algo impidiéndoselo.

Los Merodeadores: Primer AñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora