La Reforma de Los Caballeros de Walpurgis

2.2K 165 30
                                    


Severus Snape siempre había tenido sueños extraños. Siempre eran una mezcla de piezas que no terminaban de tener sentido juntas y siempre sentía una extraña y confusa sensación cuando los recordaba, como si estuviese soñando dos cosas distintas al mismo tiempo. Desde que había llegado a Hogwarts, todo había empeorado.

En vez de sólo tener dos sueños diferentes, tenía docenas de sueños diferentes, todos al mismo tiempo, y a veces se hacían tan confusos y sobrecargados que se despertaba y no podría volver a dormir. Un momento como ese había pasado la noche del martes.

Estaba despierto durante la noche en el dormitorio de Slytherin mirando al techo de su cama de dosel, confundido porque había estado soñando sobre Quidditch, lo que no era su estilo, y no sólo eso, sino que en el juego había un calamar gigante y el calamar estaba repartiendo cervezas de mantequilla y ranas de chocolate mientras ellos estaban bajo el ataque de un aterrador dragón. El dragón rodeó con su cuello la escoba de Severus y luego...

-¡Ahhh!

El chico de la cama de al lado se despertó gritando. Severus miró fijamente al chico a través de la oscuridad mientras el chico recuperaba la respiración y se levantaba de su cama para buscar agua en su mesa de noche.

-Fue sólo un sueño, Dimitri, sólo un sueño –se murmuraba a sí mismo. Se bebió el agua rápidamente y volvió a trepar a su cama, los resortes del colchón chillando hasta que se acomodó y finalmente se volvió a dormir.

A la maña siguiente, el miércoles, Severus estaba exhausto. A penas había dormido y como resultado, sus ojos estaban oscuros y hundidos contra su piel pálida, y frunció el ceño frente al espejo con inquietud. Sólo podía imaginar lo que James Potter y Sirius Black dirían de las sombras en su cara cuando lo vieran en el Gran Comedor. Se puso el cabello sobre la cara, tratando se cubrir su rostro, imaginando que podría comer dándole la espalda a la mesa de Gryffindor. Pero se dio cuenta de que si lo hacía, no podría ver a Lily. Quería ver a Lily y cualquier cantidad de bullying valdría la pena por ella. No estaba funcionando, lo del cabello en su cara. Se detuvo y suspiró, rindiéndose, y salió de la sala común.

Dimitri Goyle y un chico de segundo año que Severus estaba seguro que su apellido era Crabbe, estaban sentados en uno de los sofás verdes bajo la cúpula del lago que era el techo de la sala común de Slytherin. Dimitri estaba en el medio de un relato cuando Severus pasó a su lado.

-... ¡Y el dragón tomó mi escoba y la mordió!

Severus dudó y se dio la vuelta, quedándose de pie detrás del sofá, sus cejas fruncidas. ¿Goyle no pudo haber tenido el mismo sueño que él, cierto?

-Caramba, ¿y luego que pasó? –preguntó Crabbe.

-Bueno, después me desperté, claro –contestó Goyle- ¿No sabías que si eres comido por un dragón en el sueño, mueres en la vida real?

-Wow, estuvo cerca –dijo Crabbe, temblando con temor.

Goyle miró a Severus de repente, como si se acabase de dar cuenta de que estaba ahí. -¿Qué quieres?

-Nada –contestó Severus, y al darse la vuelta casi choca con Lucius Malfoy- Lo siento –dijo –No te escuché venir.

Lucius no contestó, en cambio, le dijo a Crabbe: -Tengo una oportunidad para ti y me gustaría hablar contigo aquí, en la sala común, esta noche, después de media noche, así nadie nos interrumpirá –miró alrededor de la sala. Sus ojos se posaron en Severus –Tú también puedes venir.

-¿Qué clase de reunión? –preguntó Crabbe.

Lucius hesitó y luego dijo: -Es algo así como... ah... una sociedad secreta.

Los Merodeadores: Primer AñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora