De Mal Humor

1.1K 104 4
                                    

En poco tiempo hubo un alboroto en la escuela sobre las clases de Defensa Contra las Artes Oscuras. Cada clase que pasaba, todos salían hablando del profesor Moody, quien era un Auror real del Ministerio de Magia. Los estudiantes de Ravenclaw, Hufflepuff y Gryffindor estaban más que felices y emocionados mientras las clases transcurrían, pero los miembros de la casa de Slytherin estaban menos impresionados.

De hecho, el día que los estudiantes de séptimo año de Slytherin estuvieron en Defensa, Lucius Malfoy apareció en la sala común fuera de sus casillas, su rostro sonrojado con el enojo.

-Maldito amante de muggles –siseó al mismo tiempo que lanzaba su mochila contra las escaleras, la cual se abrió, provocando que todas sus plumas y pergaminos salieran volando en todas las direcciones. Severus lo observó mientras bajaba las escaleras. Narcissa se mantuvo plantada a los pies de las escaleras hasta que la puerta del dormitorio de Lucius se cerró con un portazo y conjuró un hechizo para recolectar las cosas de Lucius y reparar su mochila.

-¿Qué le sucede? –preguntó Mulciber, quien estaba sentado en un sofá, haciendo trampa en un juego de gobstones contra Avery.

Narcissa suspiró y se volteó para mirarlos.

-Ese profesor nuevo de Defensa Contra las Artes Oscuras –respondió ella con el ceño fruncido- Aparentemente dijo cosas horribles sobre el padre de Lucius... Pero no me contó lo que el viejo dragón le digo.

Avery frunció el ceño.

-Ese viejo es un verdadero zoquete –murmuró él.

-Sí, a mí tampoco me calló bien –concordó Mulciber- Hablando y hablando sobre cuántos de nosotros tenemos familiares en Azkaban gracias a él... ¡Mitad de la clase o más!

-Alguien debería ponerlo a él en Azkaban –murmuró Avery- Encerrando sangre mágica tras las rejas por protegernos de los muggles. No es correcto. Los muggles han estado matando a magos por siglos, nosotros debemos protegernos, debemos proteger nuestra raza, y estamos siendo encerrados por ello.

-Nada de lo que el Señor Tenebroso no vaya a encargarse cuando esté en el poder, ¿cierto? –señaló Mulciber con malicia.

Severus, quien había estado haciendo su tarea en una mesa de la sala común, se tragó el nudo en su garganta que los nervios le produjeron, asustado del nuevo profesor de Defensa. Había escuchado opiniones de Moody mayormente de los Slytherin, aunque había tenido unos cuantos minutos a solas con Lily, en los cuales ella le contó que, a pesar de que Moody era brillante, también era brusco en el exterior.

-Supongo que tiene que serlo, por ser un policía –dijo ella.

-Auror –la corrió Severus- Es un Auror. Somos magos, Lily, no tenemos policías como los muggles.

Lily entrecerró los ojos por el tono con el que Severus había dicho la palabra "muggle".

-¿Estás diciendo que hay algo malo con los muggles? –demandó ella.

Severus había interpretado, correctamente, el tono de voz de la chica como una advertencia de que no debía decir más sobre los magos y muggles y la diferencia entre ellos, así que cerró la boca y cambió de tema.

Ahora era su turno de ir al salón de Defensa Contra las Artes Oscuras por primera vez desde que Moody había reemplazado a Tutman. Se aproximó al ala con recelo, acompañado de Evan Rosier, como de costumbre, frunciendo cada vez más y más el ceño. Evan se sentó al lado de Severus casi al frente del salón, aunque Evan movió su silla unos centímetros más lejos de él, como queriendo evitar estar asociado con Severus Snape.

Los Merodeadores: Primer AñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora