McGonagall hizo un gesto a los estudiantes de primer año, invitándolos a tomar asiento frente al escritorio de Dumbledore. Sentado cerca de ellos estaba el auror, Alastor Moody, recostando su hombro sobre su asiento y rascando su mentón pensativamente mientas ellos se sentaban, su ojo bueno los examinaba. La profesora McGonagall también se sentó. Moody se recostó en el espaldar de su asiento al mismo tiempo que Dumbledore aparecía con magia varias tazas de té en su escritorio, y Moody sacó una petaca de su túnica y dijo:
-Tú entiendes, Albus –mientras vaciaba el contenido de la petaca en el té.
James tuvo el presentimiento de que no era jugo de calabaza.
Cada uno tomó su té (la taza de Peter temblaba con nerviosismo sobre el plato bajo la taza) y tomaron un sorbo, esperando que el castigo comenzara. Lily se sintió mareada de repente, no era normal que el director y dos profesores se presentaran para asignar una detención, se dio cuenta ella, y se preocupó de que estuvieran a punto de ser expulsados. ¿Alguna vez había sido expulsado todo el año de una casa al mismo tiempo?, se preguntó ella. ¿Qué dirían sus padres cuando se enteraran de que Lily había sido expulsada en su primer año en su nueva escuela? Se decepcionarían tanto de ella, se entristecerían de que no hubiese ningún mago o bruja en la familia... Al menos Petunia estaría feliz... Pero Lily no quería ser expulsada. Ella amaba Hogwarts demasiado... y, admitió a su pesar, también extrañaría a los chicos.
Como si fuese capaz de leer su mente, Dumbledore anunció:
-No voy a expulsarlos.
Lily soltó un suspiro aliviado.
-Esta vez –añadió Dumbledore luego de un momento. Los miró a todos por encima de sus gafas de media luna, firme pero preocupado- Lo que hicieron anoche fue muy peligroso, corrieron un gran riesgo y pudieron ser asesinados. Tienen suerte de que Voldemort le guste... jugar con su comida –dijo él.
-La tortura es su parte favorita de matar –gruñó Moody.
James sintió su boca seca al escuchar la palabra matar.
-Todos le deben mucho a Severus por acudir a mí –añadió Dumbledore.
James bajó su cabeza-
-Por lo tanto, le he dado a la casa de Slytherin cincuenta puntos –dijo Dumbledore- Por honestidad y preocuparse por los otros, sin importar la casa –la mandíbula de McGonagall se tensó- Esto pone a Slytherin en primer lugar en la Copa de las Casas con solo poco tiempo restante del año.
Sirius frunció el seño. Antes, Ravenclaw había sido el primero y Gryffindor segundo, dejándolos a ellos imposiblemente atrás. Ahora no había forma de que Gryffindor ganara. Una cosa más que agregar a la lista de cosas que eran su culpa.
Dumbledore dio un sorbo a su té y luego puso la tasa sobre el escritorio de nuevo.
-Pienso, sin embargo, que lo que más me molesta de toda esta situación es que no acudieran a mí con sus preocupaciones, que escogieron actuar ustedes solos.
James y Sirius rápidamente alzaron sus cabezas y abrieron los ojos como platos. Remus y Peter compartieron miradas, sabiendo lo que se avecinaba.
-¡Pero sí le dijimos, señor! –Gritó Sirius, el primero en sacar las palabras de su boca- Le contamos al principio del año, ¿recuerda? Incluso le di el pedazo de espejo, ¡y no hizo nada al respecto!
-¿Cree que no hice nada? –Preguntó Dumbledore alzando una ceja- ¿Por qué pensarían que no hice nada al respecto?
-Porque Lucius Malfoy se estaba apoderando del castillo como si le perteneciera –habló James- ¡Atacando a Bilius Weasley y alardeando ante quien sea que lo escuchara sobre cómo utilizó la maldición imperius sobre el profesor Tutman! –eso último, por supuesto, era un poco exagerado a lo que realmente había pasado, pero la exageración parecía apropiada en ese momento.
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Los Merodeadores: Primer Año
RandomLunático. Colagusano. Canuto. Cornamenta. Sus aventuras fueron leyenda en Hogwarts. Pero también hay historias no contadas, historias que sólo ellos conocen. Acompáñalos y descubre la verdadera historia de Los Merodeadores de Hogwarts. ...