La Confesión de Severus Snape

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Lily Evans estaba de pie en el marco de la puerta del Gran Comedor durante el desayuno a la mañana siguiente, esperando. Acababa de ser dada de alta por Madame Pomfrey cuando bajó... No a comer, como Peter, James, Sirius y Remus habían hecho, sino a ver a Severus Snape. Observó a los estudiantes de Ravenclaw, Hufflepuff, Gryffindor y otros de Slytherin atravesar las puertas, esquivando y empujándose unos a otros, riendo, sin estar al tanto de todo lo que había pasado la noche anterior. Finalmente, después de lo que parecieron siglos, Severus salió de las mazmorras. Cuando la vio ahí, del otro lado del pasillo, se detuvo en seco y la miró fijamente, aliviado de verla, y ansiando saber lo que ella le diría.

Ella asintió en dirección a la puerta.

Afuera, caminaron por los caminos marcados en los terrenos desde las puertas del castillo sin hablar. Cuando llegaron a la cresta de la pequeña colina, mirando el límite del bosque donde Lily y los chicos se habían adentrado, ella se detuvo y se volteó para mirarlo.

-Dumbledore dijo que tú fuiste quien le contó lo que estaba pasando anoche –dijo ella con sus ojos llenos de confusión- ¿Cómo lo supiste?

Severus dudó en responder.

-Estabas leyendo mi mente, ¿cierto? –preguntó ella con gentileza, motivándolo a decirle la verdad.

Severus negó con la cabeza, pero no era una mentira. Él había intentado leer la mente de Lily pero no podía encontrarla, lo cual había sido su motivación para ir con Dumbledore.

-¿Entonces qué? –Demandó Lily- ¿Cómo pudiste haber sabido?

Severus suspiró y mordió su labio inferior.

-Ayer durante el almuerzo, te vi... sentándote con... con ellos –dijo él. Rascó su nuca durante la confesión- No podía soportarlo, ¡simplemente odio cuando estás con ellos! Me enfurece, me dan celos, Lily. Ellos no merecen tu compañía, ¡son un montón de idiotas! Especialmente Potter... La forma en que piensa sobre ti... ¡Me da náuseas! Y yo... Yo puedo escuchar su cerebro con tanta claridad como si fuese una estación de radio para que todo el mundo lo sepa. Pero él estaba preocupado por ti, él pensaba que prefería que no estuvieses involucrada, él estaba asustado de lo que pasaría si ibas con ellos... Y luego se alivió cuando no quisiste ir. Y me pregunté "¿Involucrada en qué?". Sus intenciones nunca son buenas, después de todo, y... Bueno, no me importaba en absoluto si no estabas involucrada, así que solo presté mitad de atención al resto de sus pensamientos. Todo lo que conseguí saber es que era peligroso e involucraba el Bosque Prohibido... Quise decirle a Dumbledore, pero no sabía cómo hacerlo sin explicarle como lo supe.

-Bueno, ¿entonces por qué le dijiste? -preguntó Lily.

-Porque me desperté en la noche en medio de un ataque de pánico y me di cuenta de que lo estaba escuchando a él de nuevo y él temía... temía por ti... Y fue ahí cuando me di cuenta de que habías ido con ellos. Y él estaba pensando en el Señor Tenebroso y que pasaría si el Señor Tenebroso te capturaba y... -Severus se pausó- Le dije que tú me habías contado el plan y que pensé que habías estado bromeando hasta que te vi partir.

Él había pensado lo suficiente sobre lo que pasaría con Lily frente a la presencia del Señor Tenebroso desde hacía ya mucho tiempo. Una hija de muggles tan altanera como Lily no tardaría ni un segundo en hacer enfurecer a Voldemort. El simple pensamiento lo hacía sentir débil. Tan débil que estuvo a punto de desmayarse del miedo mientras corría por el castillo, gritando por Dumbledore o Moody la noche anterior, desesperado por encontrar a alguien, quien sea, que pudiera salvarla.

Lily extendió su mano y tomó la de Severus.

-Gracias –dijo, sonriéndole- Nos salvaste a todos. No sabíamos en lo que nos estábamos metiendo. ¡Fue tan aterrador, Sev! Él es repugnante, debiste haberlo visto, simplemente horrible.

Los Merodeadores: Primer AñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora